La UE propone nuevas normas para evitar un crac de liquidez en el mercado de energía
Exige a la ESMA investigar por qué los mercados de energía no han estabilizado los precios, y propone flexibilizar la aportación de garantías a éstos
La crisis energética en Europa ha llevado al mercado a un abismo de liquidez. Dentro del plan de la Comisión Europea para contrarrestar el chantaje energético de Rusia, el Ejecutivo comunitario ha propuesto este miércoles un paquete de medidas que permita al bloque combatir el exceso de volatilidad en los mercados de energía, cuyas variaciones de precios han forzado el requerimiento de garantías adicionales a los operadores; un escenario crítico que ha llevado a algunas compañías a refugiarse en el rescate o el aval del Estado.
Cuando una empresa contrata un futuro sobre energía, aporta un pago inicial en concepto de garantía o colateral y, a medida que el precio de mercado se desvía de la referencia inicial, el mercado donde cotiza exige mayores garantías para cubrir los riesgos. Con el incremento de los precios energéticos, el margen inicial solicitado en concepto de colateral es más alto también y la crisis energética ha multiplicado por más de 10 veces esta cifra.
Entre estas medidas planteadas por Bruselas, está permitir que los avales bancarios sirvan como colateral a la hora de aportar garantías en los mercados, según un documento publicado por la Comisión, y elevar a 4.000 millones el umbral a partir del cual los operadores no financieros en estos mercados deben actuar con una cámara de contrapartida central. Este último paso ya fue propuesto en junio por el supervisor de los mercados de valores de la UE, la ESMA.
La ESMA, además, deberá investigar a petición de Bruselas por qué los mercados de energía no han aplicado los sistemas de estabilización de precios que exige la normativa. Estos mecanismos, aun distintos en cada mercado, son comunes a todas las Bolsas del mundo. Unas prohíben que los valores suban o bajen más de un determinado porcentaje y otras, como la española, inhiben la formación de precios por un tiempo hasta que oferta y demanda se aproximan.
Tal y como señala la nota publicada por la Comisión, la normativa MiFiD II, los sistemas de negociación deben "ser capaces de detener o restringir temporalmente la negociación si se produce un movimiento significativo de los precios de un instrumento financiero en ese mercado o en un mercado conexo durante un breve período". Bruselas destaca, no obstante, que aun estando sujeto a esta regla, ningún mercado ha aplicado estos sistemas de estabilización (circuit breakers, en inglés) en respuesta a la enorme volatilidad del mercado.
Así, el Ejecutivo ha planteado a la ESMA tanto la investigación sobre los motivos que expliquen esta ausencia como explorar si se precisa una armonización de las normas. "Se trata de garantizar que todas las bolsas de electricidad adopten una línea coherente al afrontar la volatilidad de los precios del gas". Asimismo, ha pedido a la ESMA que armonice las normas que exigen a los mercados procedimientos para rechazar órdenes cuyos precios superen determinados umbrales. "Estos límites de precios deberían poder mitigar de la volatilidad excesiva y también deberían frenar las peticiones de márgenes intradía resultantes de grandes movimientos de precios en periodos cortos".
La fortísima inestabilidad de los precios ha disparado el coste de las garantías que los mercados exigen a los operadores, en particular a las empresas que comercializan energía y que toman posiciones cortas: el pasado lunes éstas aumentaron un 35%. Una situación que “tiene los ingredientes para convertirse en una especie de Lehman Brothers de la industria energética”, tal y como aseguró en su momento el ministro finlandés de Finanzas, Mika Lintilä. El país aportó 10.000 millones en avales para que sus empresas energéticas pudieran depositar las garantías necesarias para seguir operando, y evitar así un colapso del mercado que había elevado aún más la inestabilidad de los precios. Suecia aportó otros 25.000 millones en avales, y Alemania ya rescató a la energética Uniper.