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Las dificultades del socio chino de BMW son un aviso para sus rivales

El saqueo de Brilliance China Automotive, la empresa conjunta de BMW en la República Popular, por parte de su endeudada matriz estatal debería servir de aviso a otros fabricantes de automóviles extranjeros atrapados en acuerdos similares: tomen el control o váyanse.

El viernes, Brilliance, que cotiza en Hong Kong, informaba de que una compleja serie de operaciones no reveladas por un total de 53.000 millones de yuanes (7.600 millones de dólares) había provocado una pérdida de 2.400 millones de yuanes para la empresa, una entidad separada de la empresa conjunta con BMW, entre 2019 y 2021. Esto incluía 11.000 millones de yuanes de transferencias de fondos y garantías de préstamos para su matriz estatal en apuros, Huachen Automotive Group, que nunca fueron gestionados por el consejo ni explicados a los accionistas. Esto no es precisamente sorprendente. Huachen ha estado en reestructuración por bancarrota tras una serie de impagos en 2020, y su expresidente fue acusado de soborno.

Resulta vergonzoso, pero claro, Brilliance es un caso atípico entre los fabricantes de automóviles chinos. Su provincia de origen, Liaoning, es una de las economías regionales más débiles del país. Desde que Pekín anunció que se permitiría a las marcas extranjeras tomar el control de las empresas conjuntas de automóviles, los inversores llegaron a la conclusión de que quedaría poco valor en Brilliance sin su gallina de los huevos de oro, y el precio de sus acciones se redujo a la mitad hasta que la empresa dejó de cotizar en marzo de 2021, después de no presentar su informe anual de 2020.

Las revelaciones no son como para que BMW tire cohetes, después de que en febrero desembolsara 3.700 millones de euros para aumentar su participación en la empresa conjunta hasta el 75% y ampliara su contrato hasta 2040. Aun así, la consolidación ha hecho que el beneficio antes de impuestos aumente hasta los 13.000 millones de euros en los primeros seis meses de 2022, desde los 7.500 millones de euros en el periodo comparable de 2021. Tener a tu socio del 25% en apuros es un riesgo operativo, pero salvo que haya esqueletos en el armario, no ha perjudicado a BMW.

Muchos fabricantes de automóviles extranjeros, como Nissan Motor y Ford Motor, aún no han tomado el control. Igual que BMW, la mayoría de sus socios están respaldados por gobiernos locales que ahora están sometidos a una creciente presión fiscal. Aumenta el riesgo de que las autoridades recurran a los campeones locales del automóvil para obtener fondos, como hizo la provincia de Guizhou con su gigante del sector del licor, Kweichow Moutai.

Las empresas conjuntas también están plagadas de constantes batallas por la tecnología, el talento y el poder. BMW y Volkswagen se apresuraron a hacerse con el control; Stellantis abandonó su acuerdo con Guangzhou Auto Group cuando fracasó su intento de hacer lo mismo. Cuanto antes se decidan los que están viendo los toros desde la barrera, más protegidos estarán.

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