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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Autoconsumo para desinflar la factura de la luz

Este tipo de consumo ha pasado del 19% en 2020 al 32% del total de la nueva potencia fotovoltaica instalada

Europa se prepara para un invierno frío. En lo meteorológico está por ver, pero en lo energético, las previsiones de los mercados internacionales adelantan una posible escasez de materias primas y combustibles y, por tanto, un notable incremento de los precios de la electricidad y de los carburantes. El precio de la luz se ha encarecido más de un 50% en el último año, más de un 30% a pesar de las rebajas de impuestos aprobadas hasta la fecha, según los datos del INE. Y las perspectivas no parece que vayan a mejorar. Según las previsiones de OMIE (Operador del Mercado Ibérico de Energía), el precio de la electricidad va a permanecer por encima de los 150 euros/MWh en lo que queda de 2022 y la previsión para el próximo año eleva esa cantidad por encima de los 190 euros/MWh. Esto supone que los particulares no verán una rebaja sobre precios actuales.

En este contexto, el autoconsumo se perfila como un aliado para reducir el consumo de electricidad de la red durante los días más fríos del año y, por tanto, como una fuente de ahorro para las familias.

El mantenimiento de las sanciones a Rusia, los recortes en el suministro de gas a Europa, la duración del conflicto con Ucrania, la escalada de precios de las materias primas y de los combustibles fósiles y la escasez de buques para atender toda la demanda de gas natural licuado son algunos de los elementos que amenazan con una factura de la electricidad desbocada para el otoño y el invierno que viene.

El Consejo de la Unión Europea, preocupado por esta situación, ha apretado el acelerador y ha anunciado un incremento en los objetivos de implementación de renovables aprobados en el paquete de medidas denominado Fit for 55. La solución para los consumidores pasa así por dos acciones complementarias.

La primera es la mejora de la eficiencia energética sobre el principio de que consumir menos es la mejor manera de reducir las emisiones de efecto invernadero. La segunda acción es optar por el autoconsumo: producir nuestra propia electricidad, renovable y barata.

El autoconsumo contribuye a frenar el cambio climático y a reducir el consumo de energía de la red eléctrica. Además, ofrece autonomía energética y libertad para poder organizar nuestro acceso a la energía en función de nuestros propios picos de producción.

Lo han podido comprobar ya quienes el pasado mes de marzo, tras la invasión rusa de Ucrania, instalaron placas solares para aliviar la escalada de precios de la electricidad que se produjo aquellos días. Su sistema de autoconsumo les ha permitido, por ejemplo, encender el aire acondicionado durante las olas de calor con las que hemos arrancado el verano sin miedo a las facturas. También les ha permitido cargar el coche eléctrico, utilizar los electrodomésticos a su conveniencia y poder mantener otros consumos en horario nocturno para aquellos que, además, instalaron baterías en su sistema. Según los datos proporcionados por Unef, en 2021 se instalaron 1.203 MW de fotovoltaica para autoconsumo en España, lo que supuso duplicar la potencia instalada en un año. Aunque manejamos estimaciones más conservadoras, casi 100.000 hogares han optado ya por el autoconsumo, lo que supone 10 veces la cantidad de instalaciones que había en 2019. El autoconsumo ha pasado del 19% en 2020 al 32% del total de nueva potencia fotovoltaica instalada. Y la tendencia es imparable.

El encarecimiento de los combustibles fósiles es una de las principales causas de la subida de la electricidad. Pero esta no ha sido la única consecuencia que hemos sufrido en lo que va de año. Este encarecimiento de los carburantes ha supuesto un incremento de precios de los bienes de consumo que deben ser transportados, afectando especialmente en la cesta de la compra. La escalada del IPC ha sido constante desde principios de 2022 y la subida de los precios se sitúa actualmente en el 10,4% en tasa interanual, su nivel más alto desde abril de 1985. Los ahorros que se consiguen cada mes gracias al autoconsumo constituyen una importante ayuda para permitir a las familias afrontar los efectos de la inflación con mayor soltura.

El autoconsumo aún tiene mucho recorrido en España especialmente si observamos a otros países vecinos. Según los datos publicados en el Barómetro fotovoltaico de EurObserv’Er, Alemania, con muchas menos horas de sol que la Península Ibérica, fue capaz de producir en 2021 más electricidad solar que Italia, Portugal y España juntas. Y lo hizo gracias a la enorme implantación de esta tecnología.

El potencial de crecimiento de la renovable en nuestro país es, pues, enorme. Para que nos hagamos una idea, Francia nos supera en 1.600 MW de potencia fotovoltaica instalada, pero aun así en España somos capaces de producir un tercio más de electricidad al año que nuestro vecino del norte. Las horas de sol son una oportunidad que no podemos dejar escapar.

Eso han hecho ya miles personas en España para quienes el autoconsumo se ha convertido en un aliado perfecto para pagar menos y ahorrar más; un aliado que está llamado a jugar un papel fundamental para aliviar las facturas de la luz a las que tendremos que enfrentarnos en los próximos meses y años. El otoño y el invierno que vienen serán menos duros si apostamos por generar nuestra propia electricidad limpia y barata. Y por ello hay que actuar ahora y no dejar los deberes para septiembre.

Íñigo Amoribieta es CEO de Otovo en España

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