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Energía

Repsol se embolsa 4.700 millones con ventas de activos para apuntalar su giro estratégico

La petrolera completa la quinta venta en pocos meses

Álvaro Bayón

Repsol avanza en el giro de 180 grados que inició a finales de 2020, con la presentación de su último plan estratégico. En este tiempo la petrolera se ha embolsado 4.700 millones con la venta de participaciones en varios de sus negocios y de sus activos. Un dinero disponible desde ya para que la compañía consume su gran giro estratégico: dejar atrás el lastre del CO2 y poder presumir de ser una firma verde.

La última operación que ha realizado es la joya de la corona. Es el traspaso del 25% de su filial de producción petrolífera al fondo EIG, que anunció ayer. Por ella se ha embolsado 3.400 millones, sin computar 1.400 millones de deuda, lo que arroja una valoración del equity de 13.400 millones. Según ha afirmado la propia compañía, utilizará el dinero obtenido en diversos aspectos. Reducirá la deuda, para dejar el endeudamiento de la firma por debajo del 10%, e incrementará el dividendo y las recompras de acciones. Pero, fundamentalmente, dedicará este dinero a invertir en la propia compañía. En concreto, en su área de energías renovables.

Este negocio recibió un fuerte espaldarazo ya antes de verano, cuando Repsol protagonizó una operación similar a la de ayer. Vendió otro 25% de su filial de negocios bajos en carbono a un consorcio formado entre los fondos EIP y Crédit Agricole, por lo que obtuvo 905 millones. Y valora esta filial, sobre la que pivotará todo el crecimiento del grupo, en 3.600 millones.

Además, en este aspecto, la estrategia de Repsol ha seguido otro camino paralelo. Además de buscar un socio para toda la filial, también ha optado por vender participaciones en algunos de sus parques concretos. Así, se ha asociado con Pontegadea, el family office de Amancio Ortega, para venderle el 49% de dos parques eólicos. También ha transferido otro porcentaje igual al fondo Infrared de un parque solar. Entre estas tres operaciones, Repsol se ha embolsado unos 400 millones.

Todas estas transacciones son clave en la hoja de ruta de la compañía, que debe cumplir antes de 2025. Fue a finales de 2020 cuando presentó ese plan estratégico y la compañía que pilota Josu Jon Imaz se comprometió a meter la directa en su transición renovable. Trabaja con el objetivo de ser una compañía neutra en carbono para 2050. Y para alcanzar los 6GW de potencia instalada para 2025 y superar los 20 GW para 2030. Actualmente tiene 1,6 GW repartidos por España, EE UU y Chile, así como participa en el proyecto portugués en eólica marina WindFloat.

Para ello, tiene previsto invertir 4.000 millones al año hasta 2025. Y espera, para entonces, emplear el 40% del capital en estos negocios bajos en carbono. Repsol barajó entonces sacar a Bolsa su negocio renovable, pero finalmente la opción elegida ha sido la de dar entrada a socios en filiales que aporten la liquidez necesaria y le acompañen en esta etapa de crecimiento. Y dejar para el futuro las salidas a Bolsa tanto de la división de renovables como la de upstream, a la que ya ha puesto fecha para 2026. También llegó a barajar realizar una operación similar con su filial de clientes, que abarca a toda su división comercial. Pero la dejó en el tintero.

Desde que se presentó su último plan estratégico, Repsol ha tomado también otras decisiones para reorientar sus negocios. En los últimos años ha vendido por completo sus negocios en varios países, como Malasia, Vietnam, Australia, Irak, Irlanda o Marruecos. Y, más recientemente, Rusia. También ha vendido sus gasolineras en Italia a Tamoil. Y actualmente baraja también salir de Canadá.

Sobre la firma

Álvaro Bayón
Redactor de la sección de empresas especializado en operaciones corporativas, banca de inversión y capital riesgo. Graduado en Estudios Hispánicos por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en Periodismo UAM-El País, ha desarrollado toda su carrera en Cinco Días, donde trabaja desde 2016.

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