Una vez que la gente abandone el petróleo, no volverá
Las sucesivas crisis energéticas han ido frenando el aumento del consumo a la larga, y esta vez incluso caerá
Los precios altos no afectan mucho al consumo de petróleo a corto plazo. Pero si se mantienen elevados de forma persistente, como advierten las perspectivas actuales, pueden cambiar el crecimiento de la demanda de forma permanente.
Alrededor de dos tercios del crudo utilizado en Estados Unidos se destinan al transporte, según la Administración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés) del país. A los estadounidenses les encantan los devoradores de gasolina: los tres vehículos más vendidos en 2021 –el Ford F-150, la camioneta de Ram y el Chevrolet Silverado– fueron todos camionetas. Y el coche medio en la carretera tiene 12 años, así que se necesita mucho para mover la aguja.
Durante las etapas breves de subidas de precios, el consumo de gasolina se mantiene estable. Del verano de 2017 al de 2018, el precio del petróleo subió dos tercios, con pocos cambios en la demanda. El consumo y el comportamiento se ajustan más si los precios se mantienen altos durante un periodo más largo. Un aumento del 10% en el coste del combustible redujo el tráfico en un 3% y la demanda de fuel en un 6% a lo largo de cinco años en múltiples países, según un estudio del University College de Londres.
Cuando los precios se dan la vuelta tras permanecer altos durante un largo periodo, la demanda no se recupera del todo. El consumo de petróleo aumentaba un 4% anual antes de los años setenta, según la EIA. Entre 1972 y 1980, el precio del petróleo ajustado a la inflación se multiplicó por más de cuatro. A partir de entonces, el crecimiento del consumo se redujo a un 1% anual aproximadamente.
Tres décadas después, los altos precios provocaron un estancamiento total de la demanda. El petróleo superó los 100 dólares en 2008 y, salvo una bolsa durante esa Gran Recesión, se mantuvo persistentemente alto hasta 2015. La demanda de gasolina en EE UU se estancó en 2007, pero la economía es ahora dos tercios más grande.
Aunque los precios de la gasolina han bajado más de un 20% desde su máximo, pueden seguir estando elevados, porque la oferta no puede aumentar fácilmente. Las petroleras cotizadas prefieren recomprar acciones antes que ampliar la producción. Halliburton habló recientemente, en una presentación de resultados, de concentración entre las empresas de servicios de campos petrolíferos, limitando la expansión del sector perforador. Es posible que Arabia Saudí tampoco pueda aumentar su capacidad.
Con el estancamiento de la demanda de gasolina en Estados Unidos, el siguiente paso es la contracción. Los avances tecnológicos, y leyes ambientales más estrictas, están reduciendo la demanda. Un Ford F-150 recorre ahora 22 millas por galón (9 kilómetros por litro), más del doble que en los años setenta. Más del 7% de los trabajadores trabajan a distancia, según el Gobierno. Además, las ventas de vehículos eléctricos alcanzaron un récord en el segundo trimestre de este año, según Cox Automotive, y esos consumidores conservarán sus coches durante un tiempo. Una vez que la gente abandone el petróleo, no volverá.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías