Google ofrece concesiones para evitar una demanda antimonopolio en EE UU
Propone a los reguladores separar de su negocio principal lo que tiene que ver con la subasta de palabas clave y anuncios que se colocan en páginas web y apps, según 'The Wall Street Journal'
Google ha ofrecido concesiones a los reguladores de EE UU en un intento de evitar una posible demanda antimonopolio por su negocio de tecnología publicitaria, informó este viernes The Wall Street Journal. Según las fuentes consultadas por el rotativo, como parte de su oferta, Google ha propuesto separar de su negocio principal lo que tiene que ver con la subasta de palabas clave y anuncios que se colocan en páginas web y apps. La nueva entidad, que estaría bajo el paraguas de Alphabet, podría estar valorada en decenas de miles de millones de dólares, dependiendo de los activos que contenga.
Las mismas fuentes aseguraron que esta oferta es una señal de que las presiones legales y regulatorias sobre el gigante tecnológico están llegando a un punto crítico. Lo que se desconoce es si los reguladores antimonopolio van a aceptar la propuesta de Google, dado que los funcionarios antimonopolio han manifestado su preferencia por cambios estructurales más profundos en el negocio publicitario de Google.
El Departamento de Justicia de EE UU lleva mucho tiempo investigando las acusaciones de que Google abusa de su papel de intermediario y subastador de anuncios digitales para estrangular la competencia, y está preparando una demanda, que podría presentarse este mismo verano.
En un comunicado remitido a CincoDías, un portavoz de Google asegura que la compañía "ha colaborado de forma constructiva con los reguladores para responder a sus preocupaciones". “Como hemos dicho antes, no tenemos planes de vender o salir de este negocio”. El portavoz añadió que “una competencia sana en la tecnología publicitaria ha permitido que los anuncios online sean más relevantes, ha reducido las tarifas y ha ampliado las opciones para editores y anunciantes”, ha añadido.
Brandon Kressin, un abogado antimonopolio que representa a editores y empresas del sector de la tecnología publicitaria, se ha mostrado escéptico de que la oferta de Google sea suficiente. "No veo cómo la separación del negocio, pero manteniéndolo bajo Alphabet resolvería el problema. Google seguiría teniendo un incentivo para autopreferirse", dijo en un correo electrónico a Reuters.
El departamento de Justicia de EE UU demandó a Google en octubre de 2020, acusándola de usar ilegalmente su fuerza en el mercado para perjudicar a sus rivales. A este lado del Atlántico, el regulador británico de competencia abrió en mayo su segunda investigación sobre las prácticas publicitarias de Google, y Bruselas abrió una investigación este pasado marzo para determinar si un acuerdo entre Google y Meta afectaba a la competencia en el mercado publicitario. Antes, en junio de 2021, había abierto otra investigación solo a la primera por abuso de posición en la publicidad online.
La investigación de la Comisión Europea iba a analizar distintas herramientas y métodos utilizados por Google en su negocio publicitario. Un ejemplo es la obligación de utilizar sus servicios Display&Video 360 y/o Google Ads para adquirir anuncios en YouTube.
Según informó Reuters, Google también habría hecho una oferta para resolver la investigación que tiene abierta en Bruselas. Como parte de la misma, la compañía permitiría a los competidores intermediar en la venta de anuncios directamente en Youtube. Actualmente, la única forma de comprar anuncios en el servicio de vídeo de la compañía es utilizar las herramientas de compra de anuncios de Google.
Ni el departamento de Justicia de EE UU ni la Comisión Europea han querido hacer comentarios.
Los ejecutivos del sector editorial llevan tiempo quejándose de que el poder de Google le ha permitido cobrar comisiones más altas, reduciendo sus ingresos por anuncios digitales. También las empresas de tecnología publicitaria rivales se han quejado de sus prácticas. Todos ellos acusan a la compañía de haber utilizado durante muchos años una combinación de tácticas fraudulentas para forzar sus herramientas publicitarias a los editores y consolidar su posición privilegiada como “intermediario” entre los compradores de espacios publicitarios online y los sitios web que los venden.