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En colaboración conLa Ley
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Orgullo LGBTI
Tribuna
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El silencio es una traición

Los aliados son fundamentales para crear un entorno seguro e inclusivo que ayude a erradicar los prejuicios; deben ser visibles y alzar la voz

Una imagen de la diosa de la Justicia con la bandera arcoíris de fondo. Getty
Una imagen de la diosa de la Justicia con la bandera arcoíris de fondo. Getty
CINCO DÍAS

Junio fue el mes del orgullo. Y cada vez más empresas del mundo occidental muestran su apoyo a sus empleados LGBTQ+. Hay quien dice que esto no es más que pinkwashing, un lavado de cara. Para la gente de mi generación, y viniendo de una ciudad pequeña (Salamanca), ver a todas estas empresas e instituciones mostrar los colores del orgullo era algo inconcebible hace unos años y demuestra lo mucho que han avanzado las cosas en este lado del mundo.

Pero esto no es suficiente y queda mucho por hacer. A pesar de estos avances, muchos miembros de la comunidad LGBTQ+ afirman sentirse vulnerables, poco representados e incapaces de ser ellos mismos en el lugar de trabajo.

Por eso, en Freshfields, este mes del orgullo nos hemos centrado en los aliados. Y es por eso que lidero nuestra red Halo Champions en España, el grupo de inclusión LGBTQ+ de la firma. No quiero que nadie sienta que tiene que vigilar su identidad o volver a meterse en el armario, ya sea en el lugar de trabajo o en cualquier otro sitio.

Los aliados son fundamentales para crear un entorno seguro e integrador en el que las personas puedan ser ellas mismas en el trabajo y para ayudar a erradicar los sesgos (conscientes o no). ¿Cómo podemos convertirnos en un buen aliado?

Edúcate tú mismo

No esperes que los miembros de la comunidad LGBTQ+ se encarguen de educar a los demás sobre sus propias experiencias y sobre los problemas actuales de la comunidad LGBTQ+. Es tanto una cuestión de aprendizaje como de desaprendizaje. Debemos trabajar para eliminar nuestros sesgos y cuestionar nuestras suposiciones.

Y, en este contexto, el lenguaje es clave. Las palabras se han utilizado para atacar a la comunidad. Debemos escuchar siempre a los demás y cómo se describen a sí mismos e intentar evitar el lenguaje normativo, como preguntar a alguien por su marido o mujer. ¿Por qué no preguntarle por su pareja? Aunque a menudo se trata de preguntas bienintencionadas, estas interacciones pueden hacer que alguien se sienta aún menos cómodo hablando de su vida privada. El uso de pronombres es otra cosa fácil de hacer que puede tener gran impacto.

Alza tu voz

Llega un momento en que el silencio es una traición. Reconoce cuando la gente hace comentarios lgtbfóbicos y señálalos. No los dejes pasar.

Ser el “único”

Los aliados son cruciales para garantizar que los empleados LGBTQ+ no se sientan excluidos o aislados, especialmente en centros pequeños. Incluso cuando las empresas cuentan con las políticas adecuadas, algunas personas siguen tratando de encontrar la manera de ser ellas mismas en el trabajo. Y miran a su alrededor: a los directivos, a otros empleados, buscando señales visibles sobre cuán abierto se puede ser. Un aliado cuenta mucho y las señales son importantes.

¿Y las microagresiones?

Las microagresiones no son actos discriminatorios de tipo flagrante (que también pueden existir), sino pequeños retazos que se suman con el tiempo. Tiene mucho que ver con hacer suposiciones sobre la vida personal de alguien fuera del trabajo. Y pueden ser aún peores dependiendo de los diferentes colectivos dentro de la comunidad LGBTQ+. La interseccionalidad de género es importante: las mujeres LGBTQ+ y los empleados transgénero son más propensos que los hombres homosexuales a sufrir microagresiones en el lugar de trabajo. Estas pequeñas microagresiones repercuten en la experiencia de cada uno, ya que se acumulan unas sobre otras. Tenemos que cuestionar nuestros propios prejuicios y estereotipos.

Inclusión

Al final, todo gira en torno a la inclusión. Los altos directivos y los aliados deben ser un modelo de lo que es la inclusión. Eso significa ser visible, hacer demostraciones públicas, tanto internas como externas, de apoyo. Si no tienes una cultura inclusiva, estás perdiendo talento, te costará retenerlo y es menos probable que sean capaces de ser auténticos en el trabajo y de participar y comprometerse plenamente y sacar lo mejor de ellos.

Pueden producirse muchos cambios en poco tiempo si se envían las señales correctas, especialmente desde la dirección, pero también en toda la organización. En Freshfields, entre los objetivos que nos hemos establecido globalmente, uno de ellos es que al menos 5% de los socios sean del colectivo LGBTQ+ para 2026.

Existen muchas oportunidades para los aliados, así que permítanme terminar con una llamada a la acción sobre lo que cada uno de nosotros puede hacer a nivel personal e individual. Como individuo, sé visible en tu apoyo a la comunidad LGBTQ+. Si cada aliado llevara a cabo pequeñas acciones para mostrar su apoyo e inclusión, habría una gran diferencia. Se un disruptor social, un cómplice y hazlo los 365 días del año.

Raquel Flórez Escobar (ella/her), socia y encargada de diversidad en España de Freshfields

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