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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Tras las lecturas sobre Andalucía, consenso para enjugar la dificultad económica

CINCO DÍAS

Las elecciones autonómicas de Andalucía dejan un resultado inequívoco, con una aplastante victoria del Partido Popular, la primera desde que Alberto Núñez Feijóo lidera la formación, y una sonrojante derrota del Partido Socialista, que encadena al menos dos dolorosas sacudidas en convocatorias regionales, tras la experimentada hace algo más de un año en Madrid. Hablar con seguridad de un cambio en el ciclo electoral tiene siempre sus riesgos, porque en los comicios regionales juegan variables difíciles de extrapolar más allá de sus circunscripciones, donde se valora la gestión pasada y la calidad de los liderazgos, pero donde es muy complicado hacer abstracción de lo que pasa en la gestión política y económica a nivel nacional. Pero como ya ocurriera tras los comicios de Madrid hace trece meses, el Gobierno seguramente afrontará, ahora o a la vuelta del verano, una nueva remodelación buscando un revulsivo electoral para afrontar las autonómicas y municipales de mayo y las generales a final de 2023.

En todo caso, el análisis no puede hurtar el hecho de que en Andalucía, comunidad de tradicional sesgo de izquierdas, se ha producido un triunfo histórico de la derecha y un retroceso no menos histórico de la izquierda, además de la práctica desaparición de Ciudadanos. A la gestión moderada de Juanma Moreno ha podido sumarse la dificultad económica que está encajando la sociedad en los últimos meses por la erosión que la inflación provoca en las rentas de los particulares. Pero dentro del voto conservador hay lecturas evolucionadas sobre las que acontecían en los últimos meses. El Partido Popular alcanza una mayoría absoluta holgada y seca el crecimiento de Vox, una formación que había centrado su estrategia política hasta las generales en su imprescindibilidad para gobernar. La vuelta del electorado a las opciones moderadas y centradas ha empezado, tanto en la derecha como en la izquierda, lo que ofrece mejores opciones de gobernabilidad.

El peso de Andalucía en España es muy importante por el nivel de población, la extensión de su territorio y el peso de su economía, y lo ocurrido ayer condicionará la política nacional en los trimestres venideros. Pero no estaría de más que Gobierno y Partido Popular buscaran vías de entendimiento para enjugar el daño que los acontecimientos económicos exteriores están provocando en el país. Pese a disponer de unos datos nominalmente buenos en materia de empleo, la inflación cercena cada día la renta de la gente, la subida de los tipos de interés frena la inversión y el consumo, y los mercados financieros han advertido de la debilidad de las finanzas públicas en cuanto el BCE ha dejado de comprar deuda española. Se avecinan tiempos complicados en los que el consenso resuelve más que la confrontación.

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