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Matthew Jackson: “El crecimiento del populismo es difícil de superar”

Ha ganado el Premio Fronteras de BBVA en Economía por su teoría sobre el papel de las redes en este campo

Matthew Jackson, presidente de economía en la Academia Nacional de Ciencias de EE UU.
Matthew Jackson, presidente de economía en la Academia Nacional de Ciencias de EE UU.
Ixone Arana

El jurado de los Premios Fronteras del Conocimiento, creados por la Fundación BBVA, destaca que el trabajo de Matthew Jackson (Elmhurst, Illinois, EE UU, 1962) ha inspirado una ingente literatura, tanto teórica como empírica, en la que el estudio del papel que desempeñan las redes es clave para el conocimiento de los mercados financieros, el desarrollo económico y muchos otros fenómenos económicos. Este trabajo le ha valido al catedrático de Economía en Standford y presidente de la sección de economía de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, entre muchos otros cargos, el premio de la presente edición en la categoría de Economía, un galardón que recogió este jueves en el Palacio Euskalduna de Bilbao.

R. ¿Cómo han evolucionado esas redes desde que empezó a estudiarlas, hace 25 años, hasta ahora?
R. Las cosas están cambiando de forma muy rápida en los países en desarrollo. Ahora, muchas más personas tienen teléfonos móviles, hay más acceso a la información básica y hay un mayor movimiento de personas que migran a las ciudades porque es donde está gran parte del empleo. Esto, de alguna forma, ha llevado a más desigualdades en los lugares todavía en desarrollo porque aquellos que se han quedado atrás tienden a ser los que no tienen las capacidades o las oportunidades para moverse.
R. ¿La hiperconectividad favorecerá o disminuirá esa desigualdad?
R. Ojalá supiese la respuesta. Queda claro que la comunicación mundial supone que culturalmente estamos empezando a tener un mundo más homogéneo. Pero, al mismo tiempo, políticamente está cada vez más dividido. Creo que hay una combinación entre la conectividad y nuestra capacidad de separarnos, en lo que también influyen los algoritmos que nos unen con personas que son muy similares a nosotros. Hay muchos países donde cada vez hay más polarización política y un crecimiento del populismo. Es algo que no es único de un país, sino algo que tiene las fuerzas básicas detrás y creo que las democracias se tienen que preocupar de este tema porque no es algo fácil de superar.
R. En su trabajo menciona el papel clave de esa tendencia a unirnos con personas similares a nosotros, a la que llama homofilia. ¿Cuáles son sus ventajas y desventajas?
R. Hay muchas razones para hacerlo. La principal es, simplemente, el contacto porque geográficamente las personas tienden a estar en zonas donde tienen condiciones económicas similares. Por ejemplo, en los centros escolares te ponen con gente de tu misma edad. La gente que practica la misma religión también tiende a estar en la misma zona. Si acabas de ser padre quieres conocer a otras personas que acaban de tener un bebé para hablar sobre cómo cuidarlo. Hay muchos beneficios y muchas razones por las que los humanos nos organizamos de este modo. Pero también hay otro lado y es que, de alguna forma, limita las oportunidades y la información a la que tienes acceso. Tiene este efecto secundario que puede llevar a la polarización. Si esto lo juntas con cómo consumimos los medios de comunicación modernos y las redes sociales, es bastante llamativo cómo puede afectarnos y separarnos.
R. ¿Cuál es la relación entre las relaciones internacionales y la disminución de los conflictos bélicos?
R. Cuantos más países comercian unos con otros, menos interés tienen en entrar en guerra entre ellos porque se dañan a sí mismos. Cuando se involucran en estos conflictos dañan sus economías. Si miramos atrás, hace muchos años, cuando había poco comercio, la gente luchaba en el territorio por razones comerciales, pero sufrían menos en cuanto a la pérdida directa de este. Ahora, esta disrupción es muy amplia y muy costosa, no es algo que vaya a favor de los intereses de las personas para ninguno de los países.
R. ¿Cuál es el impacto de la ruptura de relaciones bilaterales entre Rusia y Ucrania para la economía mundial?
R. Esta guerra es muy difícil de explicar. Después de la Segunda Guerra Mundial, en el mundo desarrollado prácticamente no ha habido guerras entre países que tenían comercio entre ellas. La globalización ha supuesto que casi desaparezcan, así que realmente es una anomalía. Lo que estamos observando es una gran ­disrupción en el comercio de petróleo y gas, incluidas otras presiones involucradas que también venían de la pandemia. Así que nos lleva a una inflación y a daños a largo plazo no únicamente para Rusia y Ucrania, sino también para otros países que están involucrados en las sanciones.
R. ¿Cuáles son sus predicciones a corto plazo?
R. Creo que va a ser un periodo muy duro. No va a ser fácil salir de ahí. La inflación va a tener una duración de varios años. La buena noticia es que no está dirigida o liderada por problemas fundamentales, así que hay una oportunidad de sobrepasarla. Pero aun así va a ser un shock.

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Sobre la firma

Ixone Arana
Es redactora de Estilo de Vida. Antes de incorporarse a EL PAÍS, donde también ha escrito para la sección de Madrid, trabajó en 'Cinco Días', principalmente en la sección de Fortuna. Graduada en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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