El Ibex retrocede un 7,5% en tres sesiones y el S&P entra en fase bajista
Wall Street inicia la semana con nuevas caídas y el selectivo español pierde los 8.200 puntos
El pesimismo se instala en los mercados. Las compras de hace apenas dos semanas, cuando el Ibex llegó a decir adiós a las pérdidas del año, han resultado ser un espejismo. La llave de los mercados sigue en manos de los bancos centrales y con una inflación que está lejos de tocar techo, los encargados de la política monetaria redoblan su apuesta por la retirada de los estímulos. La normalización monetaria y la subida de los tipos de interés se abren paso en un entorno en el que crecen las señales de recesión.
El aumento de los costes de financiación y las señales de desaceleración se convierten en el caldo de cultivo perfecto para las pérdidas. El Ibex 35 retrocede un 2,47% y suma su tercera sesión consecutiva a la baja. Después de que el viernes se dejara más de 300 puntos, el selectivo dijo adiós a otros 207 puntos y se sitúa por debajo de los 8.200 puntos, mínimos de un mes. Si acusados están siendo los recortes de las dos últimas jornadas, en tres sesiones la Bolsa española pierde un 7,5%, la peor racha desde el estallido de la guerra en Ucrania y cerca de su peor balance en tres sesiones desde el estallido de la pandemia en marzo de 2020.
En el inicio de la semana, Naturgy (1,85%) y Red Eléctrica (2,25%) fueron los únicos valores del Ibex 35 que escaparon a las ventas. Entre los valores más castigados sobresalieron firmas cíclicas como Melía (-8,76%) que se ven penalizadas por las alertas de recesión, así como cotizadas defensivas como Pharma Mar (-7,38%) o Cellnex (-6,31%), lastradas por el aumento de los costes de financiación. Los bancos, que venían clamando por el fin de las tasas cero para mejorar sus maltrechos márgenes, se ven perjudicados ahora por los fantasmas de fragmentación en la zona euro y los temores de recesión.
Pero los descensos no fueron solo cosa de la Bolsa española. El resto de índices europeos se sumaron a las ventas. El Dax alemán bajó un 2,43%; el Cac francés, un 2,67%; el Euro Stoxx, un 2,69% y el Mib italiano, un índice muy bancarizado, retrocedió un 2,79%. Aunque el BCE ha asegurado que está trabajando en un mecanismo para evitar una reedición de la crisis de deuda de 2011, la falta de concreción se ha saldado con sustanciales aumentos de las primas de riesgo. La española subió 10 puntos básicos, hasta 136, máximos de abril de 2020 con la italiana al filo de los 240 puntos básicos, niveles no vistos desde el inicio del programa de compras frente a la pandemia (PEPP).
Wall Street no permaneció al margen de las caídas. Con una inflación en máximos de 40 años, los inversores aguardan ahora a conocer la decisión de la Reserva Federal. Aunque es precipitado en las últimas jornadas el mercado ha empezado a poner en precio una subida más acelerada de los tipos de interés. El Dow Jones retrocedió un 2,79% y el Nasdaq, un 4,68%. Por su parte, el S&P 500 cedió un 3,88% y entraba en fase bajista. Es decir, retrocede más de un 20% desde los máximos que registraba a comienzos de año. “El efecto combinado de la inflación y los tipos de interés al alza aumentan el riesgo de una recesión en los próximos meses”, señala Nicolás López, director de análisis de renta variable de Singular Bank.
En la misma línea se mueve Juan José Fernández Figares, director de análisis de Link Securities, que defiende que los inversores temen que las fuertes subidas de tipos precipiten a muchas economías desarrolladas hacia una nueva recesión al hacer mucho más restrictivas las condiciones de financiación. Aunque de momento los analistas no han revisado a la baja las previsiones de resultados para los próximos trimestres, el experto apunta cuando comiencen a hacerlo darán la razón a los inversores que han optado por reducir sus posiciones de riesgo.
La clave para que el mercado recobre cierta estabilidad es que ver cuándo los precios tocan techo en EE UU. “La inflación está desbordada y solo a partir del momento en que alcance su punto máximo, puede haber un punto de inflexión para el mercado. Será cuando los bancos centrales puedan empezar a moderar el tono”, explica Natalia Aguirre, directora de estrategia de Renta 4. Aunque el aumento de los precios ha sido una constante a lo largo del ejercicio para la experta el impacto de la inflación sobre la economía no estaría recogido en su totalidad en las Bolsas. “Hasta el momento, las compañías han ido trasladando costes de producción al cliente, pero ya no va a ser tan fácil. La capacidad de los márgenes para cargar con el alza de precios está al máximo, pero eso no está del todo reflejado en mercado”, remarca.
Pero pensar que las Bolsas han tocado suelo es toda una quimera. Los estrategas de Morgan Stanley y Goldman Sachs consideran que incluso después de la repentina liquidación que han sufrido la renta variable en las últimas semanas, las valoraciones no reflejan los grandes riesgos que presentan los beneficios corporativos y la demanda más débil de los consumidores. “La prima de riesgo de la renta variable no refleja los riesgos para el crecimiento, que han aumentado debido a la presión de los márgenes y una demanda más débil a medida que los inversores comienzan a atrincherarse”, señala el departamento de análisis de Morgan Stanley.
En el entorno actual los analistas de Bankinter consideran lo más adecuado es proteger las carteras adoptando posiciones más conservadoras y reduciendo la exposición a riesgo de cara a este verano, que puede deparar algún que otro sobresalto.