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La inflación obliga a los hogares a ajustar su compra: más ofertas, marcas blancas y crédito

Hay una caída interanual media del 2,4% en la compra de comida con tarjeta El 40% de los españoles busca promociones, según Kantar

Importe y tiquet medio compras
Infografía: Belén Trincado
Denisse López

Ante los precios desbocados del aceite, la leche, los huevos, y casi cualquier otro producto de la cesta de la compra, a los consumidores no les ha quedado otra opción que ajustar sus hábitos de consumo. En los primeros cinco meses del año, BBVA Research ha registrado una caída interanual media del 2,4% en las compras de alimentos con tarjeta. La bajada del tique medio en mayo coincidió con el mayor repunte en la historia de los comestibles y bebidas: un 11% interanual, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Las cifras bancarias muestran que el número de transacciones ha aumentado, pero los usuarios gastan menos que hace un año. El servicio de estudios de la entidad cree que esto se debe a que las familias están tirando del crédito incluso en las compras más pequeñas, con tal de aplazar los gastos. Si hace unos meses la barra de pan se pagaba con efectivo, hoy es con tarjeta. BBVA añade otra opción: los consumidores van al supermercado más a menudo, pero compran menos productos o se llevan la opción más barata. Esto también aumentaría el número de transacciones y disminuiría el tique medio.

Los bancos no son los únicos que detectan cambios en los hábitos de consumo. La consultora Kantar también cree que los españoles están sorteando el encarecimiento de la cesta de la compra recurriendo a distintas estrategias. Según la empresa, a día de hoy cuatro de cada 10 hogares busca promociones en productos de gran consumo, lo que implica la sustitución de un alimento por otro y la predilección de las marcas blancas. Aunque el efecto aún no es muy pronunciado, la empresa teme que empeore a lo largo del año y termine por reducir el gasto de los hogares hasta un 10%. Su temor es compartido por la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc), según la cual, los usuarios recomponen sus preferencias de compra y evitan los gastos en bienes duraderos siempre que hay una inflación duradera, como es el caso.

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De acuerdo con la consultora, el 40% de los hogares también ha recortado su consumo en otros productos y servicios, en particular en bares y restaurantes, al no suponer un gasto de necesidad básica. Los datos de BBVA corroboran esta tendencia. En términos intermensuales se observa que, tras el impulso que supuso la Semana Santa, el crecimiento del gasto con tarjeta se moderó en todas las actividades de servicios, sobre todo en las asociadas al turismo y el entretenimiento, como viajes, alojamiento, transporte, restauración y ocio,donde el gasto pasó de crecer un 72% en abril a un 52% en mayo.Si se compara con el año anterior, se observa que los bares registraron en mayo una caída del 4,9%, mientras que la del ocio en general fue del 4,6%. La pérdida de dinamismo coincide además con un aumento interanual en las tarifas de estos sectores del 6,3%, máximo en 21 años, según el INE.

En cualquier caso, los españoles se están apretando el cinturón ante la incertidumbre generada por la guerra en Ucrania y la escalada en el IPC. La pérdida de poder adquisitivo hundió el gasto de las familias en el primer trimestre del año un 3,7%, de acuerdo con los datos oficiales. La semana pasada, el Banco de España revisó a la baja su previsión de crecimiento para este año hasta el 4,1% desde el 4,5% que preveía en abril, como consecuencia de este hundimiento del consumo. Prevé que la confianza se restablezca en la segunda mitad del año, pero el incremento en el consumo privado respecto al año pasado será mínimo: un 1,4%, según las proyecciones del organismo supervisor.

Kantar determinó a finales de marzo que el 89% de los hogares piensa que ya no se puede comprar sin mirar el precio de los productos, un 61% dice que no es buen momento para determinados desembolsos, a otro 56% ahora le apetece menos gastar, y un 45% tiende a consumir menos en sus compras habituales. En el contexto actual es previsible que la incertidumbre aumente. El pan y los cereales se están viendo impactados de lleno por la guerra, al ser Ucrania y Rusia grandes exportadores de grano. Los productos lácteos y la carne también suben, al hilo del encarecimiento de los piensos. El aceite de oliva se ha encarecido un 36,5% frente al año pasado y los huevos un 25,3%. En el cómputo global, los alimentos aportaron en mayo casi dos décimas al IPC interanual, influyendo más que la electricidad en el alza de los precios.

Producción de la industria alimentaria

La industria española de alimentación y bebidas recuperó en 2021 gran parte de lo perdido en la pandemia, al registrar una producción de casi 140.000 millones de euros, un 5,3% más con respecto a 2020, según el informe publicado ayer por la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas. Al sector le faltaron 600 millones para alcanzar las cifras de 2019. Al margen de la producción, el valor añadido bruto (VAB) en 2021 se cifró en 26.660 millones de euros, con un crecimiento del 11,2%. De esta manera, el peso de los alimentos y bebidas sobre el total de la economía se sitúa en el 2,5%.

Sobre la firma

Denisse López
Es redactora de la sección de Economía de EL PAÍS y CINCO DÍAS. Escribe habitualmente de macroeconomía y coyuntura. Se incorporó a esta casa en 2022, después de haber trabajado en distintos medios digitales en México. Estudió Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional Autónoma de México, y el Máster de Periodismo UAM-El País.

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