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Amanece, que no es poco, para el vino español

La falta de suministros amenaza con desviar la recuperación del sector Preocupa el efecto de la inflación y la subida de tipos en el gasto de las familias

Vendimia nocturna en los viñedos de Quinta de Aves, en la comarca de Campo de Calatrava.
Vendimia nocturna en los viñedos de Quinta de Aves, en la comarca de Campo de Calatrava.Quinta de Aves

Para los pequeños productores de vino de Campo de Calatrava, la salida a la crisis de suministros y sobrecostes bélicos que afecta a toda la industria vinícola podría ser volcánica.

El grosor medio de la corteza terrestre en las zonas montañosas es de 70 kilómetros de profundidad, pero en esta comarca manchega ubicada en el centro mismo de la provincia de Ciudad Real es de 31,5 kilómetros. Este adelgazamiento propicia que el magma caliente bolsas de agua cuyos vapores dotan a los viñedos de la zona de una acidez y mineralidad singulares.

En 2011, las autoridades reconocieron esta particularidad e incluyeron al vino procedente de estas tierras dentro de la indicación geográfica protegida (IGP) Castilla. Ahora, seis bodegas y dos cooperativas que trabajan en la comarca quieren dar un paso más y obtener su propia denominación de origen (DO).

Después de dos años de trámites y estudios de suelo, en octubre del año pasado presentaron la solicitud a Bruselas. Los promotores esperan una respuesta en los próximos meses. “Creemos que será favorable porque ya hay una DO de aceite de oliva que coincide con nuestro territorio”, dice Juan Manuel de la Mata, director gerente de Quinta de Aves, una de las bodegas que participa en el proyecto.

Los productores son conscientes de que por sí sola una etiqueta no catapultará sus ventas –en España, el tercer productor mundial, hay 97 DO y 42 IGP de vino–, pero “todo suma”, defiende De la Mata.

“Una DO siempre es una forma de diferenciarse porque tenerla significa que detrás hay un consejo regulador”, coincide Rocío Martín, administradora de Reconquista, otra de las firmas involucradas. “Es un plus que ayuda a comercializar el producto porque da al consumidor una garantía de que ese vino ha sido elaborado siguiendo determinados controles de calidad”, refrenda Ángel Villafranca, presidente de la Interprofesional del Vino de España (OIVE).

La obtención de la DO sería un bálsamo para las bodegas de Campo de Calatrava que, al igual que el resto de la industria, sufren la escasez de suministros básicos como botellas, cartón y corcho.

Los costes de materiales como el vidrio, el corcho y el cartón se han disparado

En el caso de Quinta de Aves, una empresa familiar que cultiva 84 hectáreas de viñedos, la previsión en la compra de materiales auxiliares les ha permitido hasta ahora sortear el desabastecimiento. Aun así, los costes de los insumos se han incrementado un 60% en los últimos meses y cuando toque renovar los stocks, será muy difícil mantener las cuentas equilibradas, reconoce De la Mata.

“No podemos repercutir toda la subida en el cliente porque los distribuidores retrasan la renovación de los acuerdos para que no podamos actualizar los precios. Al final, tenemos que asumir el aumento de costes y sacrificar nuestro margen en un 10% o 15%”, lamenta.

El desajuste entre la oferta y demanda de materias primas ocasionado por la pandemia se agravó este año cuando la guerra en Ucrania disparó el precio de la energía (los hornos donde se funde el vidrio de las botellas, por ejemplo, se calientan con gas), poniendo en aprietos a empresas que vienen de sufrir el cierre de la hostelería en 2020. “Ese año nuestras ventas cayeron un 80%. Fue una época muy dura: tuvimos que financiar con plazos de pago más largos a los clientes y renegociar pólizas de crédito. Afortunadamente pudimos aguantar y ahora nos estamos recuperando”, afirma De la Mata.

Las bodegas se quejan de que los distribuidores les obligan a asumir los incrementos

El sector sobrevivió a la crisis sanitaria gracias a las exportaciones porque, a diferencia de España, donde más de la mitad del vino se consume en bares, restaurantes y eventos, en la gran mayoría de países se bebe principalmente en los hogares, explica José Luis Benítez, director general de la Federación Española del Vino (FEV).

A pesar de esa válvula de escape, la situación fue dramática. Los últimos datos oficiales, que publica el INE, son de 2019. Ese año el sector movió poco más de 8.000 millones de euros. El importe de 2020 se conocerá en junio, pero OIVE estima que cayó alrededor de un 20%, lo que habría dejado la cifra en unos 6.400 millones.

En 2021, la facturación se recuperó rápidamente hasta rozar los 8.000 millones, de acuerdo con cálculos de la organización. La OIVE sustenta esta estimación en la evolución de las exportaciones que, de acuerdo con el Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV), alcanzaron en el último ejercicio un valor de 2.879 millones, lo que supuso un crecimiento del 6% con respecto a 2019 y un 9,5% comparado con 2020.

Escenario incierto

La industria esperaba que 2022 sería el año en que se consolidaría esta tendencia, sin embargo, la incertidumbre asociada a la guerra amenaza con desviarla. Con su primer envío a Nueva York cerca de concretarse, en Quinta de Aves, que factura el 60% de sus ingresos en países de la UE, constatan que hasta abril las ventas “han sido espectaculares y mayo va muy bien”.

Sin embargo, ven con preocupación el efecto que la inflación y la subida de los tipos de interés tendrán en el consumo de un producto que no es imprescindible en la cesta familiar. “No tenemos claro que el año acabe tan bien como lo hemos empezado”, confiesa De la Mata.

Las cifras

4.300 bodegas producen vino en España, de las cuales 3.075 se dedican a la exportación, según la FEV. La gran mayoría de ellas son pequeñas empresas familiares, aunque en términos de valor, los 10 grupos más grandes acaparan el 40% de las ventas, estima la OIVE.

427.700 trabajadores dependen del sector vitivinícola, el 2,4% del total de España, de acuerdo con la OIVE. De estos, 215.300 son empleos directos y 212.400 indirectos o inducidos.

2.879 millones de euros exportó la industria en 2021, un 9,5% más que en 2020, según el Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV).

Entre Rusia y Ucrania sumaron 40 millones, pero los cinco principales destinos son, con diferencia, Alemania, Reino Unido, EE UU, Francia e Italia.

Antes de la guerra, Rusia era el 19º mercado del vino español en una lista de 189 países, con 24 millones de euros (incluyendo mostos y zumos) que suponen el 0,7% del valor total, por lo que su pérdida no es significativa. De hecho, el mercado ruso lleva dos años por debajo de los 30 millones de litros, lejos de los 87 millones de 2019 y del récord de más de 200 millones de 2006. La caída es consecuencia de la aprobación por parte de Moscú de una ley que restringe la importación de vino a granel.

No obstante, Benítez, de la FEV, matiza que hay DO como Rioja para las que Rusia era el octavo mercado y que hay bodegas para las que aportaba el 10% de los ingresos. “La distorsión mayor es la ruptura de una relación comercial que toma muchos años entablar”, agrega.

"La invasión de Ucrania sí que ha influido, no solo por los costes que una guerra lleva aparejados, sino porque, por ejemplo, desde la DO Rueda hemos dejado de hacer promoción en Rusia, que era un buen mercado para nosotros. Pero está claro que la situación actual no da pie a realizar acciones de esta índole allí", confirma Carlos Yllera, presidente del consejo regulador de la denominación de origen Rueda.

Ucrania, por su parte, importó de España 16 millones de euros en 2021, según la OEMV. Aunque venía creciendo con fuerza desde 2015, es un destino bastante modesto comparado con Alemania (379 millones), Reino Unido (365,5 millones) o EE UU (358 millones), los principales clientes.

Las dudas que se ciernen sobre el horizonte, ensombrecido también por el repunte del Covid en China (séptimo mercado español, con 142 millones de euros en 2021), planean sobre el sector, que la semana pasada celebró su feria nacional en Ciudad Real, la provincia con la mayor superficie de viñedos del país.

Los productores de Campo de Calatrava tramitan su propia denominación de origen

El presidente Pedro Sánchez ofreció en Fenavin ayudas por 1.800 millones procedentes de los fondos europeos para toda la cadena agroalimentaria. Pero el anuncio no entusiasmó demasiado a las bodegas, ya que todavía se desconoce cómo y cuánto de esa partida llegará a los viñedos. “La dotación es más escasa de lo que nos hubiera gustado, pero estamos trabajando para presentar proyectos transformadores”, señala Benítez.

Ya a inicios de 2021, la FEV entregó al Gobierno un plan específico que proponía inversiones de 195 millones en digitalización y sostenibilidad, sin que hasta el momento haya recibido respuesta.

El Hub Nacional Digitalización y Vino, un espacio creado por la FEV en noviembre de 2020 para dar a conocer las necesidades tecnológicas del sector, ha identificado una serie de problemas que pasan por la simplificación administrativa –"estamos ante un sector muy burocratizado", comenta Ignacio Gurría, coordinador ejecutivo de la iniciativa–, la instalación de sensores en el campo que faciliten e incluso anticipen la toma de decisiones y el uso de canales de comercialización online en todas sus vertientes. "Habrá que hacer un gran esfuerzo en formación y capacitación", precisa Gurría.

Mientras se convocan las líneas prometidas por Sánchez, las pequeñas bodegas de Campo de Calatrava apuestan todas sus cartas al reconocimiento de su propia DO. Como sugiere el gerente de una de ellas, Anhelo, Joaquín Sánchez, ante el temporal que parece avecinarse, contar con “un paraguas” siempre viene bien.

Compradores catan vino en la Feria Nacional del Vino (Fenavin) celebrada la semana pasada en Ciudad Real.
Compradores catan vino en la Feria Nacional del Vino (Fenavin) celebrada la semana pasada en Ciudad Real.Fenavin

Fenavin mueve 84 millones de euros

A pesar de “ausencias destacadas” por causa de la pandemia y de la invasión rusa de Ucrania, la Feria Nacional del Vino (Fenavin) de Ciudad Real cerró su undécima edición con 509.615 contactos comerciales que, de prosperar en contratos, tendrán una repercusión económica de 84 millones de euros, según el cálculo más conservador de los organizadores de la cita.

En la feria, que se celebró del 10 al 12 de mayo, participaron 1.874 bodegas que recibieron la visita de 114.538 compradores nacionales y 4.267 extranjeros procedentes de 84 países. Fenavin es organizada por la Diputación Provincial de Ciudad Real, que invirtió en el evento 3,7 millones de euros.

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