Las perspectivas que afrontan las mayores economías mundiales
Las sanciones impuestas a Rusia tendran efectos en la transición energética en Europa al acelerar las inversiones en renovables
En el actual contexto de rápidos cambios en el panorama económico y geopolítico mundial, conviene hacer un repaso de las perspectivas para cuatro de las mayores economías del mundo. Comenzamos por una de las mayores incógnitas de cara a 2022: ¿existe un riesgo real de recesión en Estados Unidos? Por un lado, la subida de tipos de interés por parte de la Reserva Federal, que se daba por descontada desde hacía semanas, ha comenzado a hacer mella sobre las previsiones del mercado, que podría empezar a descontar una recesión en un periodo de tiempo más corto. Mientras tanto, las tasas de interés real a 10 años volvieron a terreno positivo por primera vez desde marzo de 2020. Por contra, parece que los balances de las compañías se mantienen sólidos, al igual que los ingresos y actividad económica de los hogares tras la crisis pandémica. Los efectos de la inflación en ambos deberán ser seguidos con detenimiento puesto que son dos indicadores anticipados de una posible recesión económica.
En este contexto, el crecimiento chino será fundamental para las perspectivas del año. Para este 2022, que debería ser un año pro-crecimiento apoyado por las políticas fiscales y monetarias, el objetivo marcado para la evolución de su PIB es del 5,5%. Este objetivo, el más bajo de las últimas dos décadas, se explica por el cambio en el paradigma de desarrollo económico, pero también por la debilidad a corto plazo del sector inmobiliario, la intensificación de los confinamientos a raíz del repunte de los casos de covid y el shock en los precios de las materias primas. El objetivo para la inflación se mantiene estático en el 3%. Sobre este último punto, es importante mencionar que la única de las economías punteras que no ha empleado la flexibilización cuantitativa es la única que no está sufriendo una inflación desbocada por el momento.
Las sanciones impuestas a Rusia continúan impactando el desempeño de la economía global y los mercados de materias primas, teniendo en cuenta que el consumo de gas europeo está sustentado en un 40% por Rusia, el de petróleo en un 20% y el de productos refinados en un 10%. Esto tendrá sin duda efectos sobre la transición energética en Europa, acelerando la inversión en el desarrollo de energías renovables, pero también podría conducir al resurgir del uso del carbón y el petróleo y gas del Mar del Norte para garantizar el abastecimiento.
Por otro lado, la escalada de los precios en el sector alimentación parece que seguirá los movimientos al alza del petróleo. El trigo ucraniano es considerado como una importación esencial en 14 países, de los cuales el 50% sufre de inseguridad alimenticia severa como por ejemplo el Líbano o Yemen. Asimismo, los abastecimientos de trigo del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidos provienen en un 70% de Rusia y Ucrania. La escalada en los precios del trigo, así como de los fertilizantes, aumentará el coste de la alimentación y, por tanto, de vida, reduciendo los ingresos disponibles de los países más ricos y creando potencialmente desestabilización social y crisis humanitarias en los países menos desarrollados. Algunos de estos países se encuentran en una posición debilitada, especialmente tras décadas de desorden fiscal y niveles de deuda al alza y reservas de divisa extranjera a la baja.
Al mismo tiempo, la subida de los precios del petróleo incrementa los costes de transporte y viajes (la gasolina supone el 50% de los costes de las compañías logísticas y entre el 20%-35% de las aerolíneas), pero también se deja sentir en las compañías de automoción para las cuales los costes energéticos son la tercera mayor partida de gastos. Todo ello unido a que algunas compañías como Volkswagen, BMW, Hyundai y Toyota han cesado sus operaciones en Rusia, debería aumentar la presión sobre el sector.
Por último, es importante fijarse también en lo que está sucediendo en la India, tercer consumidor global de petróleo tras China y EEUU. Actualmente la India adquiere la mayor parte de su petróleo de los países de Oriente Medio. Esta situación podría cambiar, puesto que Rusia necesitará explotar nuevos mercados y la India, que apenas importa petróleo ruso, no se ha posicionado en el conflicto. De hecho, Rusia desde hace bastante tiempo es el principal exportador armamentístico de la India. Sin embargo, también es cierto que la India junto con EEUU, Japón y Australia es miembro de la Quad Alliance (Diálogo de Seguridad Cuadrilateral), iniciativa para contrarrestar la hegemonía china en Asia. Por ello, será muy interesante seguir de cerca la posición del país durante los próximos meses y su relación tanto con EEUU como con Rusia.
Christian Rouquerol es Sales Director en Iberia de Tikehau Capital