Lagarde sugiere por primera vez una subida de tipos antes de que termine el año
Señala que la probabilidad es "muy elevada" y que las compras netas de deuda finalizarán en el tercer trimestre
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, por fin ha dado el paso. Después de meses de presiones para acelerar la retirada de estímulos ante el alza de la inflación, que se han acentuado después de que en la pasada cita del 14 de abril eludiera pronunciarse sobre cuándo subir los tipos, hoy ha señalado que hay una “gran probabilidad” de que suban antes de que finalice el año.
Es su declaración más clara hasta el momento sobre una primera subida del precio del dinero, para la que el BCE ya ha comenzado a preparar el terreno con la aceleración de la rebaja en las compras de deuda. En declaraciones realizadas hoy en Washington a la televisión CNBC, Lagarde ha reiterado que las compras netas de deuda terminarán con toda probabilidad en el tercer trimestre y ha sido más explícita que nunca sobre un alza de tipos. “Si la situación continúa como hasta el momento”, hat una elevada probabilidad de que el alza de tipos llegue antes de que termine el año”, ha asegurado. Y ha precisado que la cuantía de esa subida, o de alzas sucesivas, dependerá de los indicadores económicos.
La presidenta del BCE ha ido acercando su mensaje hacia esa subida de tipos, sobre la que esta semana el vicepresidente Luis de Guindos ya dio una importante señal. Afirmó que podría darse tan pronto como en el mes de julio, coincidiendo con el final de las compras netas de deuda, o quizá más adelante, en función de los datos de inflación y de crecimiento. Su mensaje ya ha llevado al mercado de futuros a descontar que la facilidad de depósito, ahora en el -0,5%, estará a cero o incluso en positivo a final de año, después de hasta tres alzas de tipos.
La presidenta del BCE ha afrontado en los últimos meses una creciente crítica interna por su resistencia a retirar estímulos monetarios ante el avance de la inflación. Incluso ha decidido llamar al orden a los consejeros más díscolos para evitar dar una imagen de aún mayor división, a la vista de que una respuesta de consenso ante el alza desaforada de precios cada vez resulta más difícil en el seno de la institución.
La presidenta del BCE ha solicitado a los miembros del Consejo de Gobierno que se guarden de expresar a los medios sus opiniones personales sobre política monetaria al menos unos días después de cada reunión, según avanza hoy la agencia Reuters. Se trata de una petición informal, o más bien un deseo por parte de quien llegó a la presidencia del BCE, a finales de 2019, con el objetivo de reconstruir el consenso roto durante la presidencia de Mario Draghi, que impuso su política acomodaticia de estímulos sin fin sobre el ala más dura.
Lagarde sí logró un amplio consenso y el firme respaldo a la respuesta inicial del BCE ante la pandemia, cuando activó un plan extraordinario de compras de deuda arrollador y sin precedentes. Ahora las continuas intervenciones de miembros del BCE favorables a abordar ya sin dilación el alza de precios en la zona euro, y a la que Lagarde se resiste, no son del gusto de la presidenta. Al menos, no cuando se realizan a continuación de las reuniones de política monetaria. Pide si quiera unos días de tregua.
Así, lo habitual es que tras las reuniones del Consejo de Gobierno de los jueves, al día siguiente lleguen a los medios ya las primeras opiniones de quienes participaron en el encuentro. En muchas ocasiones, para puntualizar e incluso discrepar de lo que recoge el comunicado posterior al encuentro o los mensajes de Lagarde en la rueda de prensa.
En un difícil equilibrio entre la construcción del consenso y el respeto a la diversidad de opiniones, la presidenta del BCE solicita ahora que los miembros del consejo se contengan de dar su opinión personal hasta al menos el lunes siguiente al jueves del encuentro. Y es lo que ha pasado en esta ocasión: el presidente del Bundesbank, Joaquim Nagel y el gobernador del Banco de Bélgica, Pierre Wunsch, se dieron un tiempo y esperaron a esta semana a proclamar su defensa de un alza próxima de los tipos de interés, tan pronto como en el tercer trimestre.
Sus posturas difieren de la decisión adoptada en la cita del pasado 14 de abril, cuando el BCE decidió acelerar al final del tercer trimestre el final de las compras netas de deuda pero sin precisar cuándo llegaría el alza de tipos de interés. Lagarde afirmó que podría ser " una semana o meses después", dependiendo de los indicadores económicos y del impacto que la guerra de Ucrania tenga en la zona euro.
Pero la advertencia de Lagarde para evitar el ruido mediático a continuación de las decisiones del Consejo de Gobierno ha soliviantado a algunos de sus miembros. “¿Quiere que haya filtraciones? Porque es lo que va a pasar. Si no se puede hablar abiertamente, se podrán usar canales diferentes”, señalan a Reuters fuentes del ala dura del BCE que prefieren guardar el anonimato.
Los defensores de la petición de Lagarde sostienen en cambio que las críticas a las decisiones del BCE con posterioridad al encuentro debilitan el mensaje y despiertan las dudas. “Una vez que se toma una decisión, deberíamos respaldarla incluso si algunos de nosotros tienen opiniones diferentes”, señalan a Reuters otras fuentes del Consejo de Gobierno.