El Banco de España recorta el crecimiento del PIB este año al 4,5% y no descarta una posible recesión
La inflación estará en el entorno del 10% hasta el verano e insiste en el pacto de rentas para evitar espirales precios-salarios El IPC medio para este ejerciciolo sitúa en el 7,5%, eleva al 2% su estimación para 2023 y mantiene en el 1,6% la tasa de inflación para 2024
La invasión de Ucrania por parte del ejército ruso está constituyendo una perturbación económica tan severa, que viene a condicionar los distintos escenarios macroeconómicos a nivel mundial y consecuentemente también el de la economía española.
La palabra incertidumbre es la más empleada a la hora de realizar los escenarios de previsiones de la economía. Y es que todo va a depender de la duración del conflicto ucraniano. Sin embargo, a nadie se le escapa que si el conflicto se prolonga buena parte de este ejercicio, las previsiones actuales volverían a diluirse y sería necesario su corrección y consecuentemente su empeoramiento.
Tal es el grado de preocupación, que el propio Banco de España no descarta que la economía española pueda entrar en recesión dependiendo de la evolución de la guerra, lo que provocaría que incluso puedan verse descensos transitorios de la actividad en algún trimestre.
Aparte de esta consideración y bajo los condicionantes actuales, lo cierto es que el conflicto bélico se está traduciendo en un impacto negativo generalizado que está reduciendo los niveles de la actividad económica, al tiempo que la dinámica de los precios se tensiona al alza.
Bajo estos antecedentes, el Banco de España presentó las nuevas proyecciones para la economía española de la mano de su nuevo director general de Economía y Estadística, Ángel Gavilán, integradas dentro de su Informe Trimestral de la Economía Española.
Sus proyecciones contemplan una tasa media de crecimiento del PIB del 4,5% en este año, lo que supone 9 décimas menos de las proyecciones presentadas en diciembre pasado. El Banco de España, advierte de hecho, que esta rebaja sería aún más pronunciada si no fuera porque, desde la publicación de las proyecciones de diciembre, los datos que se han conocido de la evolución de la segunda mitad de 2021 han sido más favorables de lo previsto, lo que tiene un impacto mecánico positivo de 8 décimas sobre la tasa de crecimiento del PIB de 2022, afirmación que hay que poner en cuarentena, ya que los peores augurios se esperan precisamente para la segunda mitad del presente año.
En los dos años posteriores, las nuevas proyecciones anticipan que la actividad mantendrá un dinamismo contenido. El PIB crecería un 2,9% y un 2,5% en 2023 y 2024, respectivamente, empeorando en un punto la estimación de 2023, pero mejorando en 7 décimas la de 2024.
Bajo este escenario la recuperación del nivel prepandemia de la actividad tendría lugar en el tercer trimestre de 2023 y todo ello siempre y cuando no se produzcan distorsiones mayores de las estimadas en estos momentos.
Por lo que respecta a la evolución de los precios, la tasa de inflación se situará en el 7,5%, por término medio, en 2022. Los mercados de futuros de la energía prevén una cierta relajación de los precios a partir de julio de este año, lo que contribuirá a una moderación de los mismos. No obstante, considera que los precios seguirán tensionados, por lo que las tasas de IPC estarán hasta el verano en el entorno del 10%. A recordar que el dato adelantado por el INE situó el IPC de marzo en el 9,8% interanual
El Banco de España considera un supuesto crucial que subyace en las proyecciones, que es la reducida magnitud de los efectos de segunda vuelta, de ahí los numerosos mensajes enviados desde la institución para alcanzar un pacto de rentas y no indexar la economía a la inflación, en línea con las últimas recomendaciones de su gobernador, Pablo Hernández de Cos.
Así considera que hay una escasa realimentación entre las presiones inflacionistas de precios y salarios, a la vista de la evolución actual de los salarios, por lo que se manifiesta favor del empleo de la tasa subyacente en negociación colectiva y para escenarios plurianuales. Hasta febrero de este año, la subida salarial pactada en convenio se sitúa en el 2,3%, por encima del 1,5% acordado para 2021, pero en línea con lo acordado para 2019, “en un entorno de mucha menor inflación”, recuerda Gavilán.
El Banco de España considera que la tasa de inflación descendería hasta el 2% en 2023 y hasta el 1,6% en 2024. Respecto al conjunto de medidas puestas en marcha por el Gobierno, dentro del Plan Nacional de choque a las consecuencias económicas y sociales de la guerra de Ucrania que suponen un recorte de diversas fuentes energéticas y la fijación de límites a la revalorización de los alquileres, restaría entre 0,5 y 0,8 puntos porcentuales la tasa de inflación media de 2022 y tendrían un impacto positivo de 0,2 puntos porcentuales en la tasa media de crecimiento del PIB en 2022.
La evolución del déficit público, tras el 6,9% del PIB de cierre de 2021 se estima una mejora hasta el 5% del PIB en 2022 aunque dos décimas más que el 4,8% previsto en diciembre. La estimación para 2023 también empeora hasta el 5,2% del PIB y un déficit del 4,7% en 2024, una perspectiva peor de lo previsto en la anterior estimación.
El conjunto de la deuda pública que cerró 2021 en el 118,4% del PIB, mejorar sus previsiones, ya que se moderará en este ejercicio hasta el 112,6% del PIB, para repuntar ligeramente al 112,8% del PIB en 2023 y el 113,5% en 2024.
Por lo que respecta a la evolución del empleo, estima que la tasa de paro finalizará en el 13,5%, se reducirá ligeramente al 13,2% en 2023 y al 12,8% en 2024. En respuesta a una pregunta de los periodistas, el Banco de España calcula que actualizar las pensiones con una inflación al 7% costaría unos 12.600 millones a las cuentas públicas, tras la entrada en vigor de la reforma de las pensiones que supone la revalorización de las mismas conforme al Índice de Precios al Consumo (IPC).
Ángel Gavilán, ha explicado que, tomando como punto de partida el gasto aproximado en pensiones en España y una inflación media para el conjunto del año 2022 de un 7% (noviembre sobre noviembre), cada punto que se elevan las pensiones por la revalorización suponen 1.800 millones a las cuentas públicas. De esta forma, la revalorización para 2023 ascendería a 12.600 millones de euros.