Iniciativas necesarias para fomentar el uso de vehículos eléctricos
Las facilidades fiscales y las subvenciones a la compra son medidas que funcionan ya en otros países europeos
El precio del carburante está alcanzando máximos históricos, lo que provoca que cada vez más usuarios se planteen la compra de un vehículo de cero emisiones. Incluso si se tiene en cuenta la subida del precio de la luz, el consumo de un coche eléctrico supone alrededor de un 30% de ahorro con respecto a un coche de carburante diésel o gasolina.
A esto se une que la Comisión Europea quiere conseguir que el 90% de los vehículos que circulen por carretera en el año 2050 sean de cero emisiones, para lo que se se espera que todos los automóviles nuevos en venta en Europa a partir de 2035 sean eléctricos, híbridos o enchufables. Para lograr este objetivo se deben eliminar de forma gradual los motores de combustión interna, por lo que es necesario que se lleven a cabo una serie de iniciativas que fomenten la compra de vehículos eléctricos y faciliten el uso de los mismos.
De momento, en nuestro país se han desarrollado ayudas económicas financiadas por el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte), que pretenden movilizar 4.300 millones de euros antes del año 2023 para la reestructuración de la industria del automóvil. Dentro de estas medidas se encuentra el Plan Moves III, programa de ayudas directas a las comunidades autónomas para incentivar la compra de vehículos eléctricos y la instalación de infraestructuras necesarias para su recarga.
De forma reciente se ha propuesto además en España un real decreto con la intención de dinamizar la movilidad sostenible. De esta forma se pretende que en 2023 se hayan creado en España 100.000 puntos de recarga de uso público. El desarrollo de planes financieros, la mejora de las infraestructuras y las ayudas estatales son algunas de las acciones que pueden ayudar a incentivar la compra de coches no contaminantes, posibilitando el cumplimiento de los objetivos europeos.
Para empezar, las instituciones podrían fomentar la compra de vehículos de cero emisiones deduciendo directamente el precio de la compra de los vehículos eléctricos. Para que esto sea factible y no ahogue financieramente al concesionario, estas ayudas deberían reembolsarse de manera directa e inmediata a este. Unido a lo anterior, también sería un estímulo que estas subvenciones no computaran en el IRPF.
Hasta el momento se han desarrollado diversos planes de ayuda para fomentar la compra de vehículos eléctricos, tanto a nivel nacional como en el ámbito europeo. Un ejemplo de estos incentivos es, como señalaba, el Plan Moves III, del que la Comunidad de Madrid ha repartido ya más del 50% de los fondos. Este plan fue anunciado por el Ministerio para la Transición Ecológica el año pasado y seguirá vigente hasta el 31 de diciembre de 2023. En este sentido, sería deseable que el Gobierno estudiase en la futura adjudicación de fondos similares el reparto de los mismos en función de la cuota de mercado y no de la población, ya que este criterio ha generado que la cuantía inicial de los últimos planes se hayan tenido que redistribuir de unas comunidades a otras, bien por falta de demanda o por exceso.
La no aplicación del IVA a los coches eléctricos se ha demostrado en el resto de Europa como un impulso claro para la venta de estos vehículos. Con esta iniciativa se conseguiría reducir la diferencia de precio que hay entre modelos con distintos motores. Además, el desarrollo de ayudas fiscales para la compraventa por cuota de vehículos de cero emisiones para empresas y para particulares podría ayudar considerablemente a aumentar la compra de estos vehículos. Algunos países como Alemania ya ofrecen ayudas de este tipo, además de subvenciones de hasta 9.000 euros por la compra de un vehículo híbrido enchufable y una prima máxima de 6.750 euros por cada coche eléctrico.
Como hemos dicho anteriormente, aún teniendo en cuenta el alto precio de la electricidad los vehículos de cero emisiones suponen un ahorro económico en comparación con los de combustible; aún así, la aplicación de una tarifa reducida para la carga de eléctricos fomentaría su compra.
El real decreto propuesto por el Ministerio contempla, entre otras iniciativas, la creación de un mapa oficial en el que se puedan encontrar todos los puntos de recarga existentes, e incita a las estaciones a reforzar los puntos de recarga puntual, garantizando el acceso de todos los usuarios de vehículos eléctricos.
Aunque esta es una buena iniciativa para formentar la compra de estos vehículos, aún son necesarias numerosas medidas, como la ampliación de postes habilitados para carga rápida en las carreteras y la distribución de electricidad en carretera a precios asequibles para que la venta de vehículos de contaminación cero se generalice. En este sentido, mi recomendación es que se sitúe un poste de carga rápida cada 50 kilómetros en todas las vías principales del país.
En la actualidad, solo uno de cada nueve puntos de recarga de coches eléctricos en la Unión Europea cuenta con cargadores de carga rápida, según datos de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA). El resto de cargadores tienen una capacidad de menos de 22kw, y en numerosas ocasiones se trata de enchufes comunes o de baja capacidad. Para incentivar la compra de coches no contaminantes debemos eliminar todas las molestias asociadas con la carga, aportando puntos eléctricos rápidos y fáciles de utilizar.
Carlos Bustillo es presidente de la Asociación Madrileña de Distribuidores de Automoviles (AMDA)