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El gas ruso se vuelve más difícil de comprar, pero menos de despreciar

La decisión de Putin de cobrarlo en rublos puede acelerar el plan de Bruselas de desrusianizar el gas europeo

Maqueta de gasoducto sobre billetes de rublos.
Maqueta de gasoducto sobre billetes de rublos.reuters

El gas ruso es cada vez más difícil de comprar. El presidente Vladímir Putin disparó los precios el miércoles al declarar que Europa debería pagar las importaciones del hidrocarburo en rublos. La maniobra podría acelerar un severo daño económico tanto para Rusia como para Europa. También puede acelerar el plan de Occidente de desrusianizar su combinación energética.

En un sentido estricto, apuntalar el rublo estimulando a la fuerza la demanda exterior tiene cierta lógica. Desde que el Kremlin ordenó a sus tropas invadir Ucrania el 24 de febrero, la moneda rusa se ha desplomado y las sanciones occidentales han congelado cientos de miles de millones de dólares de las reservas de Moscú en el extranjero. Pero el significado más profundo del edicto de Putin es la escalada de amenazas. Si los grandes importadores europeos, como la alemana Uniper, se niegan a pagar en rublos, podría cortarles el gas.

Ello supondría daño en ambas direcciones. Dado que Rusia suministra más de un tercio del gas de Europa, el cierre de los grifos golpearía duramente al bloque. Pero Moscú también ingresa hasta 800 millones de euros al día por la venta de gas, lo que le proporciona combustible financiero para su guerra. Hasta ahora, la amenaza de una destrucción económica mutuamente asegurada ha creado un equilibrio.

Puede que no dure. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homóloga en la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, presentaron el viernes el plan REPowerEU de Bruselas para remodelar su combinación energética. La promesa de Biden de exportar al menos 15.000 millones de metros cúbicos (15 bcm) adicionales de gas natural licuado (GNL) estadounidense a Europa este año debería hacer que Putin se pusiera en guardia.

REPowerEU prevé que Europa reduzca las importaciones de gas ruso en 2022 en dos tercios con respecto a 2021. Eso significa sustituir aproximadamente una quinta parte de sus 524 bcm de suministro global. Aparte del aumento de las energías renovables y de la bajada de los termostatos, el factor más importante es la posibilidad de importar 50 bcm de GNL. El acuerdo de Biden subestima con toda seguridad la cantidad adicional que pueden exportar Estados Unidos y sus homólogos, y Rystad Energy considera que el bloque puede soportar la carga. En teoría, sus terminales tienen capacidad para convertir 76 bcm de GNL extra en gas utilizable.

Biden y Von der Leyen no tienen una influencia ilimitada. El GNL es caro, y REPowerEU exige que el almacenamiento de gas europeo esté lleno en un 80% para noviembre. Rystad teme que eso requiera que Europa reduzca el uso de gas en un 18% con respecto a 2021. Alemania y Europa del Este, ambos más dependientes del gas ruso, se llevarían la peor parte. Aun así, al discurso duro de Putin sobre los rublos le queda poco tiempo.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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