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Total se convierte en improbable protagonista de las sanciones a Rusia

Su decisión de reducir su presencia allí aumenta la presión sobre los Gobiernos para un verdadero embargo

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Hasta Total lo ha pillado. Tras semanas de silencio sobre Rusia, ha dicho al fin que suspenderá “gradualmente” sus actividades en el país. Responde así a las críticas de que ha tardado más que sus homólogos en irse. Sigue siendo tímido en cuanto a lo que piensa hacer con sus participaciones minoritarias en firmas rusas, sobre todo su 19% en Novatek, controlada por la oligarquía. Y seguirá vendiendo el gas natural licuado de su planta ártica de Yamal. Pero dejará de comprar crudo ruso, de comercializarlo, y los contratos de compra a largo plazo se desharán a finales de año, incluidos los suministros para la refinería alemana de Leuna.

Se suma a la lista de energéticas, como Vitol, que están rehuyendo el crudo ruso. Así que este cotiza con un descuento de hasta 30 dólares respecto al Brent, frente a menos de 5 en tiempos normales. Pero este incipiente embargo privado no es suficiente para privar a Rusia de los miles de millones que ingresa por sus exportaciones de energía a Europa. Los Gobiernos europeos aún están debatiendo si deben imponer una prohibición decente al crudo ruso. El 25% del europeo procede de allí, por lo que es más fácil de atacar que el gas, que supone el 40% de las importaciones.

Pero a medida que el embargo privado se amplía, aumenta la presión sobre los Gobiernos. Una prohibición general castigaría directamente a Putin, y no solo haría subir los precios del crudo a los consumidores occidentales. También dificultaría que las empresas siguieran comprando petróleo de los Urales a través de intermediarios, por ejemplo. Tendría un precio: los países con una combinación energética más dependiente del crudo se verían más afectados (el regulador alemán ya está haciendo planes de racionamiento). Otros podrían evitar medidas tan drásticas, pero aún así tendrían que pagar para reorientar las importaciones.

Rusia recibió unos 88.000 millones de la UE por su petróleo en 2021, cuando cotizaba a 71 dólares. Sigue financiando la guerra con sus ingresos de exportación, a 92 dólares. La decisión de Total, aunque sea a regañadientes, refuerza los argumentos a favor de un verdadero embargo.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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