Los grandes fondos ultraseguros suman tres meses de pérdidas
Estos productos conservadores suman 43.000 millones de euros
Los inversores más conservadores están viviendo un arranque de año muy difícil. Los 12 mayores fondos españoles con un perfil de bajo riesgo, que suman un patrimonio de 43.000 millones de euros, están todos en pérdidas en los tres últimos meses. La inflación desbocada y la guerra de Ucrania están haciendo que los gestores tengan serias dificultades para encontrar activos refugio para lograr preservar el capital.
La situación es especialmente compleja por las fuertes subidas de precios, que hacen que los retornos en términos reales (una vez descontada la inflación), estén siendo muy pobres. El mayor fondo de inversión de España, Quality Inversión Conservadora (de BBVA Asset Managment), con un patrionio de 8.250 millones de euros, ha perdido en tres meses un 2,32% de su valor.
El fondo de Caixabank Soy Así Cauto (procedente de Bankia) suma en tres meses una caída del 3,92%. Este vehículo tiene unos 160.000 partícipes y 5.860 millones de euros de patrimonio.
Incluso los fondos que invierten en renta fija a muy corto plazo o los fondos monetarios están en pérdidas, puesto que el Banco Central Europeo sigue manteniendo en negativo la facilidad de depósito (el precio al que presta a los bancos comerciales), pese a que la inflación ha escalado en la eurozona hasta el 5,9% (en febrero, en términos interanuales). En España, los precios está creciendo a una tasa del 7,6%.
De acuerdo con los datos facilitados por Inverco, la asociación sectorial, los fondos españoles que invierten en renta fija a corto plazo han perdido de media un 0,38%. Y los que invierten a renta fija a largo plazo un 1,38%.
La mala evolución de todos estos fondos se explica por el deterioro de la mayoría de bonos soberanos y corporativos. Durante muchos años, estos activos se fueron revalorizando, gracias en buena medida a la labor de los grandes bancos centrales, que han comprado cantidades ingentes de deuda para abaratar los costes de financiación e ayudar a las economías a salir primero de la crisis de la deuda soberana europea (2012) y luego de la crisis del Covid-19.
Los activos que ya no son refugio
Deuda soberana. Tradicionalmente, la inversión en bonos se movía en sentido opuesto a la inversión en acciones. Cuando iba mal la Bolsa, como está ocurriendo ahora, la deuda soberana se convertía en un activo refugio. Sin embargo, tras muchos años de políticas monetarias expansivas, los bancos centrales están teniendo que ir pensando en ir normalizándola, por la alta inflación. Esto ha hecho que la deuda pública se haya depreciado en los últimos meses.
Oro. El activo refugio por excelencia tampoco ha funcionado en esta ocasión. Aunque sí que tuvo un cierto repunte justo al inicio de la guerra de Ucrania (superó los 2.000 dólares el lingote) en las últimas semanas ha corregido su precio.
Criptomonedas. Sus defensores argumentaban que son un activo que puede servir para protegerse cuando hay fuertes correcciones bursátiles. No obstante, durante los últimos cuatro meses la mayoría de las criptodivisas ha ido perdiendo valor, en paralelo con la depreciación de los bonos.
Tras muchos años de tipos cero en la renta fija, la inflación se ha acabado disparando (por diferentes motivos), y los bancos centrales han visto incrementarse la presión para que normalicen sus políticas monetarias. Esto hace que se devalúe los bonos porque los inversores exigen mayores retornos para comprarlos.
No solo los fondos de renta fija soberana han ido mal. El CaixaBank Renta Fija Privada, que invierte en bonos emitidos por empresas (a través de otros fondos de inversión) ha perdido en tres meses un 5% de su valor.
José María Luna, agente de Caser Asesores Financieros, explica que en el actual contexto de mercado “hay que tratar de evitar los fondos que invierten en renta fija a corto plazo y a largo plazo; mejor tener el dinero en liquidez o en fondos de retorno absoluto”.
Tradicionalmente, los bonos soberanos, sobre todo de países muy sólidos (como Estados Unidos, Alemania o Japón) habían sido un buen refugio en momentos de turbulencias financieras. Sin embargo, tras los largos años de tipos cero, ese posible refugio ha quedado desactivado.
Tampoco la inversión en oro se ha demostrado tan segura y descorrelacionada del mercado como en otras crisis. Las criptomonedas, que algunos vendían como una alternativa de inversión para los momentos más convulsos, también llevan meses depreciándose. De los pocos activos que ha tenido un buen comportamiento en los últimos meses ha sido la deuda soberana de China.
“La prolongada política monetaria expansionista ha acabado provocando muchas decepciones y desconcierto para los inversores más conservadores”, resume Luna.