El Ingeniero toma ventaja en las operaciones corporativas en el sector promotor
El descuento en el precio de las acciones limita las operaciones. El empresario mexicano Carlos Slim está presente en el sector desde 2015 a través de Realia
La opa lanzada por el magnate mexicano Carlos Slim sobre el 24% de Metrovacesa puede servir para comenzar con la reconfiguración entre las grandes promotoras que el sector espera desde hace meses. La intención de Slim es convertirse en un socio industrial relevante de la promotora controlada actualmente por Santander y BBVA y, tras la oferta presentada ayer, toma ventaja sobre otros protagonistas.
En el baile de operaciones de concentración que se espera suenan constantemente los mismos grandes nombres: las cotizadas Aedas, Neinor y Vía Célere, y las empresas controladas por fondos como Vía Célere (de Värde Partners), Habitat (Bain Capital) o Culmia (Oaktree).
Neinor ya protagonizó una operación relevante el pasado año quedándose con la cotizada Quabit. Aedas también se hizo con Áurea, la promotora de ACR. Y en los últimos meses, el fondo estadounidense Värde Partners ha intensificado los contactos para encontrar una salida en Vía Célere. De hecho, entró en conversaciones en exclusiva con Neinor, pero la negociación fracasó.
El principal problema para concretar operaciones en las que participen las cotizadas es el importante castigo bursátil de estas empresas respecto al valor neto de sus activos (NAV) y los descuentos del precio de las acciones respecto al estreno bursátil en 2018 (51% de caída).
En el caso de Metrovacesa, precisamente, este descuento es una de las grandes incógnitas respecto al éxito de la opa parcial de Slim. El banco presido por Ana Botín valora en la actualidad su participación en la promotora en 1.100 millones de euros, según se recoge en su cuenta de resultados de 2021, reconociendo deterioros por 150 millones en los últimos dos años. Al precio de 7,8 euros por acción ofrecidos por el ingeniero mexicano, la participación de Santander estaría valorada en alrededor de 570 millones.
Desde que la inmobiliaria volviera a cotizar en Bolsa, Santander ha estado activo en posibles movimientos que permitan una salida o una reducción de su participación en un negocio, el ladrillo, que no es relevante para la entidad financiera. De hecho, el banco ha recibido muestras de interés en los últimos años y la participación –como en sus otras compañías participadas– podría estar a la venta, pero a un precio que merezca la pena a la entidad.
De momento, Slim toma ventaja en los movimientos corporativos y sumará una participación relevante en una actividad en la que ya está en España desde 2015 a través Realia. Desde el sector se considera que quien consiga entrar a estos precios con descuento en las promotoras cotizadas hará un buen negocio.