Hacienda pretende bajar el impuesto especial de gasolinas y gasóleo
Bajar el IVA tendría que contar con el visto bueno de Bruselas La gasolina ha repuntado el 15,5% y el diésel el 22,7% con la guerra
El Gobierno está trabajando en estos momentos a marchas forzadas para limitar el impacto de los precios de los carburantes en el consumidor final. Fiel al compromiso lanzado el domingo por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de bajar los impuestos ligados a la energía, una bajada del impuesto especial que grava las gasolinas y el gasóleo al tipo mínimo que marca la directiva europea, es hoy por hoy la opción más factible.
En estos momentos este impuesto grava con 400,69 euros por cada 1.000 litros la gasolina sin plomo, frente a los 359 euros que fija el tipo mínimo de la directiva europea. Ello supondría que si ahora cada litro estaría gravado con 0,4 euros por este impuesto, pasaría a estarlo en 0,36 euros, un recorte mínimo, pero que contribuiría a moderar el precio en un momento excepcional junto con alguna otra medida que pueda estar estudiando Hacienda.
En el gasóleo se cuenta con menos margen, ya que frente al nivel mínimo de 302 euros por cada 1.000 litros de carburante de la directiva comunitaria, este tributo está fijado actualmente en los 307 euros por cada 1.000 litros.
La segunda vía que se baraja para ayudar a un recorte de los precios de los carburantes en España, vendría de la mano de una bajada del IVA, actualmente en el 21%. Aquí el problema sería sensiblemente mayor, ya que hay que contar con el beneplácito y la autorización de Bruselas. Esto porque las gasolinas son productos que hasta la fecha se encuentran dentro de la lista de bienes que tienen que ir gravados al tipo máximo.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, dejó ayer abierta la posibilidad de bajar los impuestos a los carburantes a fin de afrontar la crisis energética agravada con la guerra en Ucrania. “Vamos a estudiar un paquete de medidas, algunas de ellas pasarán por revisar a la baja la fiscalidad de algunos sectores o productos”, dijo.
Los carburantes están gravados por dos impuestos: el impuesto especial sobre hidrocarburos y el impuesto sobre el valor añadido (IVA). El primero se aplica a cada litro de combustible y supone el 32% del precio de venta al público. El segundo está fijado en su tipo máximo, es decir al 21%. A esto se suma el impuesto sobre ventas minoristas que nació con carácter estatal, y fue cedido a las comunidades para dar cobertura de gastos sanitarios y de actuaciones medioambientales.
La Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) señaló en diciembre del año pasado que de 50 euros en repostaje, 23 euros se iban en impuestos, 17 euros a pagar el coste de la materia prima, 9 euros eran el coste de logística y comercialización, y un euro era por el margen bruto mayorista.
La recaudación del Estado por hidrocarburos en 2021 experimentó un importante incremento del 11,3% hasta los 11.492 millones de euros frente a los 10.326 millones recaudados en 2020. Los datos evidencian que esta partida sería la que podría soportar un margen para abaratar su fiscalidad.
Desde que comenzó la guerra en Ucrania, el 24 de febrero, el precio de la gasolina en España ha repuntado un 15,5% y el diésel un 22,7%, de acuerdo con los datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO). La semana pasada ambos carburantes encadenaron su décima subida consecutiva y todo apunta a que el escenario se replicará por undécima ocasión. Ayer la gasolina de 95 octanos alcanzó un precio medio de 1,869 euros el litro. El gasóleo le siguió de cerca, con un importe medio de 1,851 euros el litro.
En consecuencia, llenar un depósito de gasolina de 55 litros cuesta ahora en torno a 92 euros, unos 21 euros más que hace un año. Para un coche con diésel el repostaje asciende a unos 87 euros, unos 22,45 euros más que en la misma semana de 2021. Además de los particulares, el encarecimiento está afectando al tejido productivo. En algunas regiones de España, la industria, la pesca y el transporte ya han tenido que cesar su actividad al menos de manera parcial a causa del incremento de los combustibles.
En estos momentos de alta volatilidad en los precios, la recaudación tributaria que el Gobierno obtiene por el combustible ha sido criticada en la última semana por la oposición. El precandidato a la presidencia del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, aseguró ayer que “el Gobierno se está forrando con el incremento de la luz y de la gasolina” debido a que la mitad del precio son impuestos. La patronal de las gasolineras ha solicitado a su vez, bajar el IVA al 10% a fin de seguir siendo competitivos.
El butano sube el 5%, hasta18,63 euros
Nueva disposición. El precio máximo de la bombona de butano de 12,5 kilogramos se incrementará un 4,96% a partir de este martes, hasta situarse en 18,63 euros. Así lo fija una resolución publicada ayer en el Boletín Oficial del Estado, que especifica que el nuevo precio pasa a ser de 121,6989 céntimos de euro por kilogramo, sin incluir impuestos. La subida se debe al fuerte ascenso de las cotizaciones de la materia prima (14,3%).
Facua. Consumidores en Acción advierte de que con esta subida, la bombona costará un 33,5% más que hace un año, por lo que pide al Gobierno que modifique los instrumentos de cálculo en la revisión de tarifas, a fin de que “aseguren la protección de los intereses económicos de los consumidores”. La asociación recuerda además que se trata de la segunda vez consecutiva en la que el butano supera su máximo histórico, luego de que en enero llegara a los 17,76 euros.
Bono social. Para compensar el incremento de precios, el Gobierno aprobó en octubre del año pasado una mejora del bono social térmico con cargo a los Presupuestos Generales de ese año. En virtud de esta medida, la compensación para los consumidores vulnerables, que depende de la zona climática en que vivan, ha aumentado de un mínimo de 25 a 35 euros, el equivalente a dos bombonas. El máximo también ha subido, de 123 a 370 euros.