Claves de sostenibilidad para la Alta Direccion
Nuevo Estudio sobre Sostenibilidad
Los conceptos de futuro y sostenibilidad van de la mano: no se entienden el uno sin el otro. Las empresas, como piedra angular del entramado socioeconómico, deben asumir el reto de identificar sus oportunidades, riesgos y costes en esta materia para encaminarse hacia una actividad productiva más sostenible. La pandemia derivada de la COVID-19 ha influido en este proceso y en el ritmo de la transformación. ¿Ha resultado un catalizador para la sostenibilidad?
Las opiniones son diversas, pero lo que está claro es que la sostenibilidad en las empresas ha llegado para quedarse. El aumento de la sensibilidad hacia estos temas, y las propias exigencias de la sociedad, los inversores y la legislación, la convierten en un elemento esencial.
En un reciente informe (https://bit.ly/3ngiopJ) que recoge las visiones de más de 2300 altos directivossobre la aplicación de criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) para aportar una panorámica del estado del arte de la sostenibilidad en las empresas, podemos extraer algunas interesantes claves:
- · Las tareas relacionadas con la sostenibilidad se desempeñan, sobre todo, en departamentos específicos, aunque en ocasiones se integran en otras áreas. De un modo u otro, es reseñable que un 69,1% de las empresas ya destina una parte de su presupuesto a la sostenibilidad.
- · Una prueba más de que la sostenibilidad en las corporaciones ha llegado para quedarse es su presencia tanto en el Consejo de Administración, como en la agenda del CEO o en el Comité de Dirección. En los tres casos, el 95,2% de los encuestados la corrobora.
- · Aunque las empresas muestran diferentes motivaciones al impulsar acciones e inversiones en sostenibilidad, entre ellas sobresalen la mejora de la imagen de marca y las exigencias externas (de legislación o de inversores) como principales palancas.
- · Por el contrario, las barreras son compartidas entre las compañías, siendo la falta de recursos o de tiempo del equipo el obstáculo principal al apostar por la sostenibilidad, que destaca un 40,2% de los CEO encuestados.
- · La huella de carbono es una de las métricas ambientales más extendidas, y un 53,3% de los entrevistados ya la conoce. En su cálculo se consideran tres tipos de alcances, pero tan solo el 44,3% de los directivos sabe cuáles son los tres de su compañía.
- · Las contribuciones en especie son el mecanismo más utilizado para mejorar el impacto social de las empresas encuestadas. Se emplean en el 66,7% de los casos, seguidas de las donaciones financieras y el voluntariado durante la jornada laboral.
- · La dimensión social de la sostenibilidad está viviendo un repunte, según los directivos entrevistados, que señalan la equidad salarial entre hombres y mujeres y por rango salarial, la creación de valor para la comunidad y la formación a los profesionales en nuevas habilidades como los principios ESG más relevantes para sus compañías.
- · La toma en consideración de los grupos de interés es clave para impactar en la sociedad y en las comunidades más desfavorecidas. No obstante, el grado de diálogo e implicación con los mismos varía según la empresa, y tan solo un 19,4% cuenta con un Consejo de Administración que los represente.
- · La mayoría de las compañías encuestadas ya han dado pasos en materia de gobernanza, aunque a diferentes niveles. Un 58,5% ya ha establecido objetivos cuantitativos y miden su desempeño en el tiempo, al igual que un 52,4% ha definido los indicadores y aspectos a tener en cuenta.
- · No obstante, la vinculación directa de la compensación de los empleados o directos de la compañía con la consecución de los objetivos de sostenibilidad aún no es una realidad muy extendida.
La sostenibilidad no es solo un elemento complementario y reputacional en las empresas: ha cobrado protagonismo, constituye un asunto transversal y ya no se puede disociar de la actividad habitual de la compañía.
Estas claves marcan una panorámica del punto en el que se encuentran las compañías en el área de la sostenibilidad. Su rol central en la economía las empuja a tener en consideración estos aspectos, que cada vez más suponen una exigencia y un compromiso. A lo largo de los próximos años, será necesario evaluar y considerar qué acciones están llevando a cabo las empresas, para corroborar si están siguiendo o no el rumbo adecuado.