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Guerra en Ucrania

Moscú restringe el cambio del rublo para particulares y deja la Bolsa cerrada

Los ahorradores con cuentas en divisas solo podrán retirar hasta 10.000 dólares; el rublo sigue a la baja

Imagen de una agencia de cambio en Moscú.
Imagen de una agencia de cambio en Moscú. AP

El Banco Central de la Federación Rusa ha puesto en marcha nuevas medidas de control de capitales para intentar contener la fuga de divisas ligada a las sanciones occidentales. Así, los bancos tendrán prohibido, desde ahora y hasta el 9 de septiembre, vender divisas a los ciudadanos. Solo podrán obtener dólares (u otra divisa fuerte) los ahorradores que hayan abierto una cuenta corriente denominada en divisas.

Los rusos que sí tengan cuentas en divisas podrán sacarlas, pero con límites: un máximo de 10.000 dólares en efectivo. El 90% de las cuentas en divisas tiene menos de 10.000 dólares en depósito y no se ven afectadas; por encima de ese nivel se permiten los reembolsos, pero en rublos. Las retiradas en divisas se pagarán en dólares estadounidenses, independientemente de la divisa original de la cuenta. Las nuevas cuentas en divisas solo podrán obtener reembolsos en rublos.

Asimismo, la Bolsa de Moscú (MOEX) permanecerá cerrada este miércoles, en lo que supone el periodo de clausura más largo del parqué moscovita, superando incluso el registrado durante la crisis económicas de 1998, ya que la última sesión celebrada se remonta al pasado 25 de febrero. "El Banco de Rusia ha decidido no reanudar las sesiones de negociación el 9 de marzo de 2022 en la Bolsa de Moscú", ha anunciado la institución, que fijará mañana, antes de las 9.00 horas de Moscú (7.00 horas en Madrid), el calendario de negociación del jueves si lo hubiera. El parqué estuvo cerrado la semana pasada por decisión administrativa y, este lunes y martes, por festividad.

Sí ha reabierto el mercado local de divisas después de los dos días festivos, con nuevas caídas del rublo. Baja un 7,8%, a 114 unidades por dólar, en comparación con el cierre del viernes. En estos días se han ampliado las sanciones, en particular con la prohibición de EE UU y Reino Unido de comprar materias primas energéticas rusas y con las rebajas de rating de las agencias de calificación, que han dejado la deuda rusa al borde del impago. En los mercados internacionales la volatilidad de la moneda ha sido máxima, oscilando en un rango de los 111 y los 177 rublos por dólar. Las negras perspectivas financieras de una Rusia desconectada del mundo financiero exterior y la escasísima liquidez están detrás de tanta inestabilidad.

Es la segunda ronda de medidas adoptadas por el banco central para paliar la fuga de capitales. Los inversores extranjeros no pueden vender activos rusos, ni las empresas rusas abonar dividendos o intereses a inversores extranjeros. Tampoco están permitidas las transferencias o los préstamos que impliquen cambiar rublos por a divisa fuerte, y las empresas exportadoras de energía están obligadas a cambiar a rublos cuatro quintas partes de sus reservas. Los tipos de interés han subido al 20%.

De este modo Moscú intenta compensar la pérdida de reservas de divisas provocada por las sanciones, que han incluido la prohibición de operar con el banco central ruso, lo que en la práctica ha privado a Rusia de aproximadamente la mitad de sus reservas (cifradas en torno al medio billón de euros). Pese a todo, el rublo ha pasado de cotizar en 80 unidades por dólar a las 110 actuales. En Asia, el rublo ha caído a un mínimo histórico de 20,5718 unidades por yuan, frente a los 13,2817 de finales de febrero. Algunos bancos chinos han suspendido la negociación de estas divisas. La tensión en el mercado se palpa, también, en los amplios diferenciales (de más del 7%) entre los precios de compra y de venta.

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