Las 10 barreras del emprendimiento femenino
La falta de acceso a la financiación sigue siendo uno de los principales obstáculos Cada vez más mujeres crean sus propias empresas como vía de acceso al mercado laboral
Cada vez más mujeres se atreven a emprender. Según el Monitor de Emprendimiento Global (GEM), el 80% de las mujeres participan en el emprendimiento en un 80% más que los hombres, lo que implica una mejora significativa con respecto a los últimos 20 años, dado que en el informe equivalente a 2001 encontró que las mujeres participaban en el espíritu empresarial en la mitad de la tasa que lo hicieron los hombres. A pesar de la mejora, explica Andrew Pitt, jefe global de investigación del grupo de clientes institucionales de Citi, en la presentación del estudio Women entrepreneurs. Catalyzing growth, innovation, and equality, las mujeres todavía han de enfrentarse a muchos más desafíos que los hombres en el momento de iniciar y de hacer crecer un negocio.
Además, gran parte de esa vivero empresarial se ha realizado en economías en desarrollo donde las mujeres a menudo comienzan su propio negocio con un capital mínimo dado que supone una manera de acceder a un empleo a título individual. La Organización Internacional del Trabajo, estima que en 2021 la participación media de las mujeres en el empleo fue el 63% de la de los hombres, significativamente menor que el ratio de participación como emprendedoras.
Lamentablemente, añade Pitt, hay estadísticas preocupantes que demuestran las barreras a las que se enfrentan muchas mujeres empresarias. La falta de acceso a la financiación es uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan las mujeres emprendedoras en todo el mundo. La barrera está quizás mejor documentada en la etapa de capital de riesgo: la financiación global de capital de riesgo que se destinó a empresas lideradas por mujeres alcanzó el 2,8% de todos los fondos de capital de riesgo en 2019 –un máximo histórico–, y cayó a 2,3% en 2020. En otras estadísticas, las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) de propiedad femenina representan el 23% del número total de empresas, pero representan el 32% de la brecha financiera total de las Mipymes.
Señala el directivo de Citi que en las conversaciones mantenidas con las empresarias que contribuyeron a dar forma al citado estudio, la principal dificultad que manifestaron fue el acceso al crédito, algo común en los países desarrollados como emergentes y en todas las etapas de la actividad empresarial, desde la puesta en marcha hasta la consolidación del negocio. El acceso a la financiación, asegura, cae en estereotipos que insisten en la idea de que los préstamos a las mujeres son más arriesgados, a pesar de que los datos indican que no es así. “De hecho, existen pruebas de que las empresas dirigidas por mujeres son más rentables que la media de todas las empresas cuando reciben financiación externa”. Otro hecho que llama la atención es la escasa representación de mujeres en la industria tecnológica, y la sobrerrepresentación en el sector minorista.
También se destaca que la mejora del acceso a la financiación no garantiza que se reduzca la brecha de género en el ámbito empresarial, dado que la capacidad para hacer negocios también está infrautilizada –así lo cree la OIT, que estima que el 50% del potencial empresarial femenino está desaprovechado, en comparación con solo el 22% del de los hombres–.
Y, según el Banco Mundial, 104 de 190 países tienen barreras legales para el emprendimiento de las mujeres, además de limitaciones a la participación de las mujeres en el comercio, la dificultad de acceder a los mercados nacionales e internacionales, la necesidad de crear redes personales, con vínculos a mentores que puedan ayudar a navegar por el ecosistema empresarial, menor acceso a la educación y la formación, especialmente en materia de negocios y habilidades digitales; y la desproporción de responsabilidades personales y domésticas, sobre todo en las mujeres con familia a su cargo.