Moscú intenta frenar la sangría de capitales ante el desplome de sus mercados
Prohíbe la venta de activos por extranjeros y activa su fondo soberano para comprar acciones
El aislamiento de Rusia sigue marcando la actualidad financiera, y si bien la cotización del rublo intenta estabilizarse tras el histórico desplome del lunes, Moscú está adoptando todas las medidas en su mano para paliar la huida de capitales temerosos de nuevas depreciaciones. El lunes la divisa bajó un 30% a mínimo histórico contra el dólar, en 120 rublos por dólar. La decisión de los países occidentales de prohibir las operaciones con el banco central ruso (que no puede acceder a gran parte de sus reservas de divisas) y de expulsar a varios bancos del país del sistema Swift ha provocado una masiva fuga de capitales, que Moscú ha intentado paliar con medidas para proteger la moneda. El rublo se ha estabilizado, así, en torno a las 100 unidades por dólar. La desconexión financiera de Rusia y la prisa por vender han fragmentado el mercado: la divisa se cambia a 91 dólares en el mercado de Moscú y a 106 en el exterior.
La moneda encontró cierto apoyo después de que las autoridades ordenaran a las empresas exportadoras de energía, como Gazprom o Rosneft, la conversión a rublos de sus ingresos en divisas ante la incapacidad del banco central (que atesora 530.000 millones en reservas) de intervenir para defender la moneda. Aproximadamente la mitad de estas reservas estarían depositadas en bancos centrales de países que han congelado activos.
Ante el asedio financiero, Moscú ha prohibido la venta de activos rusos por parte de inversores extranjeros. La decisión, según ha argumentado el primer ministro, permitirá que dichos inversores se aseguren de tomar la decisión correcta. Tampoco está permitido que los extranjeros saquen divisas del país, prohibición que el Banco Central ha aclarado posteriormente, indica Bloomberg, que solo se refiere a créditos nuevos. Sí se puede sacar dinero para pagar créditos, dado que una prohibición llevaría a una oleada de impagos. El veto se extiende también a la transferencia de fondos en divisas hacia el exterior.
Mientras, la Bolsa rusa sigue cerrada (por segundo día consecutivo) y gestoras internacionales han paralizado los reembolsos en 11 fondos de inversión con 4.400 millones en activos, según Fitch. Gestoras como BNP o Pictet son responsables de algunos de los productos paralizados.
No obstante, quedan valores rusos negociados en el extranjero. Las cotizaciones en Londres de Gazprom o Sberbank bajan un 34% y un 27% en Londres, tras desplomarse el 53% y el 74%, respectivamente, el lunes. La Bolsa de Nueva York, por su parte, ha cancelado la negociación de ADRs de caris empresas rusas. Así, el ETF ishares de renta variable rusa (que replica el índice MSCI) bajó el 42% el lunes y hoy pierde la mitad de su valor. Blackrock ha paralizado la liquidez de este fondo, y DWS ha hecho lo propio con otro fondo de bonos. La cámara de compensación Euroclear ha anunciado que prohíbe cerrar operaciones en rublos, lo que efectivamente impedirá cobrar a los tenedores de la deda negociada en rublos.
Ante tanta sangría, El ministerio ruso de Finanzas prevé activar el fondo soberano ruso (con unos 150.000 millones de euros en activos) para reflotar las acciones rusas. La entidad prevé liberar unos 10.000 millones de dólares para reflotar el mercado local. Las autoridades rusas aún no han aclarado si el parqué de Moscú estará operativo en la sesión de hoy. La última vez que el mercado cerró dos días por decisión administrativa fue en el impago de deuda de 1998.
Por su parte, la plataforma de mensajería bancaria Swift ha indicado que aún está esperando la lista de entidades que la UE, junto con EE UU, Canadá y Reino Unido, ha decidido sacar del sistema. “Siempre cumpliremos las sanciones normativas aplicables”, señaló la plataforma. “Estamos en contacto con las autoridades para conocer qué entidades serán sujeto de las nuevas medidas, y las desconectaremos cuando una vez tengamos las instrucciones legales para ello”.
Según FT, las mayores navieras del mundo, MSC y Maersk, están ya dejando de operar con cargamentos de origne o destino Rusia, ante la probable complejidad para ejecutar los pagos. Las exportaciones petroleras también se están viendo afectadas por el bloqueo financiero decretado sobre Moscú.
En todo caso, la debilidad del rublo está siendo el termómetro más patente del impacto de los movimientos occidentales para aislar Moscú en términos financieros. Su caída afectará a las condiciones de vida en Rusia y avivará la ya elevada inflación, mientras que las sanciones occidentales crearán escasez de bienes esenciales.
El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), que representa a los grandes bancos del mundo, también advirtió que era muy probable que Rusia entre en impago de la deuda externa y la economía sufra una contracción de dos dígitos.
En Moscú se registran ya colas de ciudadanos ante los cajeros automáticos, en un intento de recuperar liquidez, y en algunos centros comerciales, ante el riesgo de subidas de precios inminentes en artículos de importación, principalmente electrónica. Las aplicaciones Google Pay y Apple Pay han dejado de operar en Rusia, al igual que las tarjetas de crédito Mastercard y Visa.