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EDF no será la última energética en ir a la enfermería

Dado que el Estado posee el 84%, la nueva medida anticrisis de Macron perjudica a contribuyentes e inversores

Banderas de EDF y Francia, en una planta de la firma en Bouchain, cerca de Valenciennes
Banderas de EDF y Francia, en una planta de la firma en Bouchain, cerca de Valenciennesreuters

El duro invierno de Jean-Bernard Lévy acaba de empeorar. Un mes después de que el director general de EDF tuviera que cerrar cuatro de sus 50 centrales nucleares por problemas técnicos, la compañía energética francesa dijo que cerraba otra y que se enfrentaba a un golpe de 8.000 millones de euros por un plan del Gobierno para proteger a los hogares de los precios en alza. No será la última empresa europea que se vea atrapada en el fuego cruzado de la crisis energética de 2022.

En igualdad de condiciones, EDF debería de estar aislada de la tormenta, que ha visto cómo los precios del gas al por mayor se han cuadruplicado en un año y han arrastrado los costes de la electricidad. Repercutir el aumento en los ciudadanos franceses habría supuesto una subida de las tarifas del 35%, mientras que el coste de funcionamiento de las centrales nucleares de EDF debería de haber permanecido estable. Los analistas de JP Morgan calculan que eso habría aumentado el ebitda este año en 8.000 millones de euros.

Pero el presidente francés, Emmanuel Macron, que se enfrenta a unas elecciones este año, está decidido a proteger a los clientes. Limitar la subida de los precios al por menor al 4% significa que los contribuyentes y los inversores tienen que tragarse la diferencia. Eso perjudica a EDF de varias maneras. En primer lugar, tiene que vender 20 teravatios hora de energía adicional a sus rivales más pequeños a 46 euros por megavatio hora. Luego tiene que recomprar esa energía al precio de mercado, mucho más alto. EDF cree que el impacto de esto en el ebitda de 2022, más el aplazamiento de algunas subidas de tarifas, podría ser de 8.000 millones de euros. Los analistas de JP Morgan creen que el impacto global en la empresa de los apagones y el control de las tarifas podría ser incluso mayor.

Dado que el Estado francés posee el 84% de EDF, cuyas acciones cayeron hasta un 25% el viernes por la mañana, la confiscación perjudica tanto a los contribuyentes como a los inversores. EDF podría intentar recuperar parte de sus ayudas mediante subidas de tarifas “diferidas” en 2023, aunque el ministro de Economía, Bruno Le Maire, dio a entender el jueves que el Estado y la empresa podrían absorber todo el golpe en lugar de hacer que los consumidores paguen más tarde.

El daño financiero a EDF es mucho mayor que la tasa de 1.200 millones de libras (1.400 millones de euros) a los productores de petróleo del Mar del Norte propuesta por el Partido Laborista, en la oposición al Gobierno británico. Los consumidores de energía de Reino Unido e Italia, que también está estudiando la posibilidad de intervenir, se enfrentan a subidas de precios mayores que en Francia. En la enfermería de los servicios básicos hay espacio para muchas más víctimas.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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