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La electricidad termina 2021 un 72% más cara que el año anterior

Suben con fuerza gasolinas y alimentos, y los peajes bajan el 22,5%. El INE corrige dos décimas el IPC de diciembre, hasta el 6,5%

Evolución anual del IPC en España hasta dic. 2021
CINCO DÍAS

La subida en vertical del precio de la luz en la segunda mitad de 2021 ha dejado un histórico encarecimiento del 72% en la factura que pagan los hogares por la energía. Una factura que, a su vez, ha sido el principal componente en la escalada de la inflación general: un 6,5% en el año, según los datos definitivos de IPC de 2021 publicados por el INE este viernes. La cifra es dos décimas inferior a la estimada inicialmente en a finales de diciembre, y supera en un punto la de noviembre.

El panorama que dejan los datos de precios a cierre de año confirma la fortísima presión inflacionista en dos partidas de gran peso en la cesta de la compra: la energía y los alimentos. Además del alza del 72% en la electricidad, los combustibles domésticos se encarecen un 45% (los líquidos) y un 33% (los licuados como propano o butano), y las gasolinas un 24%. El aceite de oliva, la carne y la pasta, por su parte, son al menos un 15% más caros que en diciembre de 2020.

Así, la inflación subyacente, que mide los precios sin tener en cuenta estos elementos más volátiles, se queda en el 2,1%, en niveles de 2013. Con todo, este nivel está cuatro décimas por encima del nivel del mes anterior, lo que sugiere que la presión de los precios se traslada, de momento sin demasiada virulencia, a otros artículos. Es en esta capacidad de contagio donde economistas y banqueros centrales tienen puesta la lupa en estos momentos, pues determinará en qué medida la inflación es transitoria o estructural.

La escalada de los precios, que ya es punto y medio superior a la media europea, sería aún mayor de no haber mediado el recorte de impuestos a la electricidad. La bajada del IVA y la práctica eliminación del impuesto de generación y el impuesto especial de electricidad han compensado una parte del impacto. El IPC a impuestos constantes, que no tiene en cuenta la rebaja fiscal, es del 7,3%, medio punto más. La electricidad, que se ha encarecido un 72%, habría duplicado su precio respecto al año anterior de no haber mediado el cambio fiscal. Las medidas no son suficientes para cumplir el objetivo el Gobierno de dejar la tarifa eléctrica a niveles de 2018, al menos según los datos del INE: los precios son un 50% más caros que en diciembre de aquel año.

El INE, en todo caso, contabiliza solamente el efecto en la inflación de los hogares acogidos a la tarifa regulada, que recoge directamente la subida de la electricidad en el mercado mayorista. El precio del megawatio hora en 2021 fue de 119 euros, frente a los apenas 34 de 2020, y en el último trimestre no bajó de 200, escalada que se trasladó al mercado regulado o PVPC, que pagan en torno al 40% de los hogares. Por el contrario, los datos del IPC no computan la factura de los hogares acogidos al mercado libre (las ofertas de luz de las comercializadoras), donde la subida de precios se traslada más lentamente. Actualmente los técnicos del INE están estudiando si es pertinente la inclusión en el IPC de estos contratos.

Así, los servicios domésticos como luz, gas o combustibles, suponen la mitad de la subida de los precios: 3,16 puntos sobre 6,5.El transporte (gasolinas, principalmente) aporta 1,3 puntos y los alimentos, 1,17. El resto de partidas presenta alzas de precios moderadas, con la excepción de la hostelería, que tras un 2020 marcado por el confinamiento estricto, en 2021 recuperó actividad y pudo subir los precios una media del 3,1%, aportando 3,1 décimas a la inflación. De hecho, los hoteles y servicios de alojamiento se han encarecido un 31% en el año y están un 8,3% más caros que antes de la pandemia. Los paquetes turísticos, por el contrario, apenas suben el 9% y están en niveles similares a 2019.

Principales partidas del IPC a diciembre de 2021

Otro epígrafe que se encarece son las comisiones bancarias, un 10% más caras que el año pasado. Y en el apartado alimenticio, la escalada de precios afecta a numerosas categorías con mucho peso en la lista de la compra, casi todos frescos o poco elaborados: aceite de oliva (26,7%), carne de ovino (21,8%), pasta alimenticia (15,2%), margarina (11%), fruta fresca (9%) o legumbre fresca (8%). Por el contrario, el impacto de los problemas de suministro en bienes de consumo apenas se deja ver en los datos anales del IPC. Destacan algunos apartados puntuales com olas bicicletas (8,1%) o cafeteras (9%).

En el lado de las caídas, la retirada de la concesión de autopistas como la AP1 o la AP7 abaratan los peajes en un 22,5% en el año. La guerra de precios en las telecos, por su parte, hace que los precios de los equipos de telefonía móvil (5%) y de los servicios telefónicos (1,4%). Baja el precio también de los ordenadores y del transporte de pasajeros, ya sea por mar o por aire, así como el de los coches de segunda mano, si bien en estos casos los descensos rondan el 1%.

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