El triunfo de Toyota en Estados Unidos lleva un asterisco
Puede que la empresa haya conseguido una victoria histórica con los coches actuales, pero su dominio en el futuro está en duda
Toyota Motor ha ganado la carrera del año pasado. El fabricante japonés de automóviles vendió más vehículos en Estados Unidos que cualquiera de sus rivales, desbancando a General Motors del primer puesto por primera vez desde 1931. Pero su ventaja inicial gracias a haber acaparado semiconductores en un mundo que se enfrenta a una aguda escasez de chips está desapareciendo, y Toyota se está quedando rezagada en la transición a los vehículos eléctricos.
La crisis en el suministro de chips obligó a casi todos los grandes fabricantes de automóviles a reducir su capacidad de producción en 2021, pero Toyota se adelantó a estos problemas a primeros de año. Esto permitió a la compañía valorada en 322.000 millones de dólares mantener la producción mientras sus competidores se quedaban sin repuestos, alcanzando finalmente unas ventas de 2,3 millones el año pasado. Aunque eso fue suficiente para superar a su rival de Detroit, se queda por debajo de los casi 2,4 millones de coches que Toyota vendió en Estados Unidos en 2019. Además, sus reservas de chips están disminuyendo. A mediados de 2021, la empresa dirigida por Akio Toyoda redujo la producción en Japón y Norteamérica. Las ventas en Estados Unidos en diciembre descendieron un 30% en términos interanuales. Con las presiones de la oferta que afectan a todo el mundo, a Toyota le costará mantener su cetro en Estados Unidos.
La lucha por el liderazgo del mercado también importa menos que la carrera por cambiar al vehículo eléctrico. Los Gobiernos se proponen acabar con los coches que consumen gasolina. Y la mayoría de los fabricantes de automóviles se dirigen rápidamente hacia un futuro electrificado; GM ha presentado planes agresivos para transformar su cartera y alejarla del motor de combustión interna. Toyota, a pesar de haber tomado la delantera con el popular híbrido Prius, se ha quedado rezagada: su primer vehículo totalmente eléctrico no llegará a las carreteras estadounidenses hasta mediados de este año. Puede que la empresa haya conseguido una victoria histórica con los coches actuales, pero su dominio en el futuro no está ni mucho menos asegurado.