Mercedes-Benz plantea un nuevo ERTE en 2022 por la falta de chips
El 6% de la plantilla del centro de Vitoria está de baja por la Covid-19
Mercedes-Benz ha transmitido a los sindicatos la necesidad de negociar un nuevo Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para el centro de Vitoria en 2022 por la falta de semiconductores, un problema que se extiende por toda la industria de automoción desde el año pasado y que también ralentiza la producción de vehículos en las instalaciones alavesas.
El anterior ERTE de la marca de la estrella para su planta vasca concluyó el pasado 31 de diciembre. El déficit de chips condicionó su plan de trabajo durante 2021. De hecho, la filial de la multinacional alemana Daimler paró el ensamblaje de los modelos Vito y Clase V en Vitoria desde el pasado 18 de diciembre, por este motivo y por las jornadas festivas por Navidad.
La vuelta al trabajo se produjo este 3 de enero. Durante la semana actual, Mercedes-Benz operará durante cuatro días y a tres turnos. Con descanso el 6 de enero por la festividad de Reyes. Y durante la próxima semana, del 10 al 14 de enero, se recuperará el ritmo de los tres turnos. Sin recurrir de momento a trabajar los sábados y a la espera de la evolución del problema de suministro de los semiconductores.
El 6 % de la plantilla de la planta de Vitoria, que cuenta con 5.000 trabajadores, está de baja por contagio de la Covid-19. Esta afección alcanza a 300 empleados. El grupo ha tenido que reorganizar el funcionamiento de las instalaciones para que esas bajas no afecten a su actividad diaria.
Para 2022, la filial española de Daimler espera alcanzar una fabricación de 158.219 unidades de los citados modelos Vito y Clase V. Un 17 % por encima del volumen registrado en 2021. Si la logística y el virus lo permiten, Vitoria alcanzaría su récord histórico de fabricación. El anterior data de 2017 con 150.000 unidades.
Durante el ejercicio pasado, los responsables de la planta vasca tuvieron que modificar a la baja en varias ocasiones sus objetivos de producción por la incidencia de la falta de semiconductores. También recortó sus estimaciones en 2020, en este caso por la pandemia, que generó un parón industrial en todo el mundo y en la mayoría de los sectores.
El ERTE aplicado en 2021 se puso en marcha en julio del año pasado tras agotar el recurso del plan de trabajo flexible, que disponía de ocho jornadas de libre disposición antes de recurrir a las medidas de regulación. El ERTE incluía 30 días de aplicación. Mercedes-Benz utilizó la mayoría de ellos por las paradas a cuenta de los problemas con los semiconductores.
Durante el ejercicio anterior, la empresa tuvo que recurrir a los terrenos anexos a la planta como aparcamientos de urgencia para los vehículos que no pudieron concluir su ensamblaje por la falta de chips. Llegaron a acoger hasta 5.000 unidades.
Esta coyuntura de ajustes y reorganizaciones sobre la marcha se ha extendido a los 600 proveedores de la planta vasca de la marca de la estrella.