La justicia declara improcedente el despido cuyo juicio se había fijado para 2024
El abogado defensor consiguió que se adelantase y ha obtenido una victoria para su cliente
Esperar tres años para conseguir una indemnización por despido improcedente o ingresar el dinero antes de que finalice el año del cese. Esta es la diferencia entre una justicia lenta y la justicia. Y se ha puesto de manifiesto recientemente en un caso resuelto por el Juzgado de lo Social número 5 de Sevilla. El juicio había sido agendado para mayo de 2024, pero el abogado del trabajador recurrió y consiguió que lo adelantasen a noviembre de 2021.
El juzgado sevillano ha dado la razón a su defendido, y ha condenado a la empresa a pagarle la correspondiente indemnización.
La compañía, recoge la sentencia, no le entregó el finiquito junto a la carta de despido tal y como la ley exige “sin paliativos ni matices”. Esta falta implica la improcedencia del cese, salvo que la compañía pruebe su iliquidez. Pero no pudo demostrarla. Es decir, Daniel Sánchez, el letrado defensor del trabajador despedido, tenía claro que iban a ganar el juicio. Así que peleó para poder adelantar la fecha de la vista y evitar que su cliente tuviera que irse al paro sin su dinero.
Para Sánchez esta es una clara demostración de que la lentitud de la Administración puede conculcar el derecho a la tutela judicial de los ciudadanos. Los abogados tienen una herramienta: el recurso. No es aceptable, opina, que un juicio de estas características se fije a tres años vista.
El letrado confía en que este caso “sirva para animar a los compañeros a recurrir estas barbaridades y para que, en definitiva, los colegios profesionales y todos los operadores jurídicos, en general, nos apoyen”.