Bruselas insta a España a tener previstas medidas de apoyo si la recuperación se frena
La Comisión advierte de riesgos de avance a la baja en el corto plazo Pide prudencia en materia fiscal por los altos niveles de deuda
La Comisión Europea pidió este miércoles a España agilidad y flexibilidad para adaptar las medidas de apoyo desplegadas durante la crisis a unas posibles “circunstancias cambiantes” en el corto plazo. Así, aunque Bruselas mantiene que la recuperación económica del país “está ganando terreno”, también advierte de que “se avecinan ciertos desafíos”, ya que los riesgos para las perspectivas se “inclinan ligeramente a la baja en el corto plazo”. Por eso, y dados los altos niveles de deuda, la Comisión insta a España a preservar una “política fiscal prudente” y mantener la reducción del gasto recurrente en 2022.
El Ejecutivo comunitario, que presentó hoy la evaluación de los planes presupuestarios de los 27 socios, aprobó el proyecto de cuentas públicas español, que ya cuenta con los apoyos necesarios para ser aprobado este jueves en el Congreso de los Diputados. Por un lado, Bruselas aplaude que el país tire del fondo comunitario para financiar la recuperación y las inversiones. Calcula, de hecho, que esta bolsa se habrá consumido en un 44% con los planes presupuestarios para 2022, y llegará al 65% en 2023. A su vez, ve con buenos ojos la prudencia en el corto plazo a la espera de ver qué sucede a partir de 2023.
En paralelo, Bruselas constata que de acuerdo con la información incorporada en el Proyecto de Plan Presupuestario de España, “se prevé que la postura fiscal, incluido el impulso proporcionado por la Línea de Recuperación y Resiliencia, sea contractiva”, sin entrar a valorar la idoneidad de estas políticas en estos momentos.
Hace dos semanas, la Comisión recortó las perspectivas de avance de la economía española en comparación con las proyecciones dadas a conocer en verano. En concreto, Bruselas prevé para 2021 y 2022 un crecimiento del producto interior bruto (PIB) del 4,6% y 5,5%, respectivamente, lejos del 6,5% y 7% que espera el Gobierno. Para 2023, por su parte, el avance según Bruselas sería del 4,4%. Con estos ritmos de crecimiento, los niveles prepandémicos no se recuperarían hasta el año 2023.
Así las cosas, y aunque en términos generales prevé que la orientación fiscal de la Eurozona sea expansiva durante el período 2020-2022, la Comisión aplaude que en España reine la prudencia a lo largo del año próximo.
Bruselas, en concreto, establece una serie de recomendaciones en función del nivel de deuda pública de los países, que en el caso español prevé que escale hasta el 120,6% del PIB al cierre de 2021 para ir reduciéndose hasta el 118,2% en 2022 y el 116,9% en 2023. Dado estos ratios, el organismo presidido por Ursula von der Leyen invita a España a alejarse de la senda de la mayoría de los socios y “tomar medidas presupuestarias de apoyo destinadas a preservar la prudencia fiscal y asegurar unas finanzas públicas sostenibles a medio plazo”, algo que también extiende a Bélgica, Francia y Grecia. Italia, que también recibió este aviso, se lleva un pequeño rapapolvo por tirar en mayor medida del gasto corriente pese a sus elevados niveles de deuda.
La vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, aseguró en declaraciones recogidas por Europa Press que el aval de la Comisión al plan presupuestario, así como el guiño por hacer propias las reivindicaciones y propuestas comunitarias, confirma “que éste es un Gobierno prudente y responsable”.
Fuera de toda sorpresa, la Comisión también mantiene a España en el grupo de 12 Estados miembros a vigilar por los desequilibrios excesivos macroeconómicos.
Como ya hizo el año pasado tras la suspensión temporal de la senda fiscal debido a la crisis sanitaria y económica, la Comisión no ha evaluado si los presupuestos nacionales de los socios permitirán cumplir las metas de déficit o deuda. El Ejecutivo comunitario, a su vez, vuelve a invitar a todas las partes interesadas a participar en el debate sobre la reformulación del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que estará en suspenso por el momento durante todo el año 2022.
En 2023, si se vuelve a la senda fiscal, Bruselas y un puñado de países (incluyendo España) esperan que las normas se hayan flexibilizado y adaptado a la época pospandémica. La razón es que a día de hoy estas reglas establecen límites del 3% al déficit y del 60% a la deuda pública de los Estados miembros, unas cifras inasumibles para los países más golpeados por el Covid.