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El hidrógeno, aún verde en las carteras de inversión

Solo hay un fondo centrado en el H2: el lanzado por Renta 4 en 2020 Otras gestoras ven un negocio todavía incipiente y sin rentabilidad clara

Getty Images

El primero que se dio cuenta de que el hidrógeno verde es la energía del futuro “fue Julio Verne en su novela La isla misteriosa. Ahora lo saben en los consejos de administración de las grandes energéticas, que ya están anunciando fuertes inversiones. Y también al máximo nivel político en Europa”. Quién esto afirma es Rafael Luque, director general de Ariema Energía y Medioambiente, asesor del primer fondo especializado en invertir en esta energía, el Renta 4 Megatendencias Ariema Hidrógeno.

“En Renta 4 estamos muy interesados en captar el crecimiento a futuro a través de temáticas, y estudiando las energías renovables, vimos que el hidrógeno era una oportunidad clara de rentabilidad”, explica Celso Otero, gestor de este vehículo, que desde su lanzamiento, en enero de 2020, lleva un 65% de subida y “ha llegado a duplicarse coincidiendo con el interés surgido en el último año por todo lo relacionado con el H2. Pero no perseguimos tanto incremento, buscamos crecimiento anualizado más estable”, aclara.

Ahora en fase de investigación, la industrialización de la tecnología está más cerca

El fondo está especializado en invertir en empresas con tecnología propia, “lo que aporta ventajas porque el escenario en los próximos años es de una gran demanda de nuevas instalaciones de producción y hay pocos proveedores de equipos con buena tecnología”, resalta Luque.

Entre las compañías en cartera hay fabricantes de pilas de combustible (como la canadiense Ballard o la norteamericana Bloom), fabricantes de electrolizadores (como la noruega NEL o la francesa McPhy) y especialistas en otras tecnologías complementarias, como depósitos, catalizadores, etc. También se incluyen “compañías que, aun teniendo otros campos de actividad más conocidos, son actores destacados en este campo”, caso de Panasonic o 3M, añade Luque.

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Además de este fondo, actualmente se puede contratar en España un indexado, el L&G Hydrogen Economy Ucits ETF. Pero ¿por qué esa escasez de estrategias de inversión con este foco?

Nicolas Jacob, gestor del Oddo BHF Green Planet, opina que todavía estamos en una fase muy inicial debido a la falta de infraestructuras de transporte y distribución. “Las empresas están más bien en fase de I+D y el segmento no es actualmente rentable. Pero lo importante es seguir el progreso para poder invertir en la tecnología adecuada y en la empresa idónea”.

“Evitamos las compañías más volátiles, como son hoy por hoy las dedicadas exclusivamente a hidrógeno. Su precio se llegó a multiplicar por nueve veces en 2020, incluso cotizando a 200 veces valor empresarial/beneficio de explotación. Así que no hemos invertido en ellas”, detalla Xavier Chollet, gestor de Pictet Clean Energy, quien lamenta que los esfuerzos por convertir esta molécula en fuente de energía limpia se han visto persistentemente obstaculizados por los costes.

Para Tim Bachmann, gestor del DWS Invest ESG Climate Tech, la pregunta clave es a qué coste estará disponible en el futuro el hidrógeno verde, ya que actualmente sigue siendo demasiado caro. De momento destaca que “los costes de los electrolizadores han disminuido un 60% en los últimos diez años y se espera que vuelvan a reducirse a la mitad en 2030, según las previsiones de la Unión Europea”.

Los costes entorpecen su desarrollo, pese a la bajada de los electrolizadores

Romain Hohl, gestor de Vontobel AM, con un fondo que invierte un 20% en firmas relacionadas con el H2, cree que es crucial seguir un enfoque diversificado “para equilibrar la exposición al riesgo, por ejemplo, entre empresas rentables establecidas y empresas de mediana capitalización, más arriesgadas en la fase inicial de su desarrollo, pero con un mayor potencial de crecimiento”.

En cualquier caso, el gestor del Renta 4 Megatendencias Ariema Hidrógeno insiste en que la inversión es a largo plazo. “Tras la fase de investigación, pronto tocará la industrialización de la tecnología y sus aplicaciones prácticas. La gran explosión será en cinco o diez años, y durante ese tiempo unas empresas desaparecerán, otras serán absorbidas y el resto se consolidarán, pero estamos convencidos de que en este proceso habrá crecimientos anuales. Por eso nos gusta”, señala Otero.

Otras derivadas

Privado. El fondo de capital riesgo Klima, desarrollado por Alantra en colaboración con Enagás y que ya ha recaudado 80 millones, busca invertir en tecnologías que ayudan a la descarbonización de la economía, donde el hidrógeno juega un papel crucial. En concreto, les interesa la logística. “Tanto su producción como su consumo requieren desplazamientos, lo que supone almacenamiento, compresión, infraestructuras y plataformas. Es por esto que la inversión es a cinco años mínimo”, aclara Bastien Gambini, socio director de Alantra.

Colores. El equipo de inversiones de Schroders cree que se necesitarán inversiones importantes, lo que dará lugar a un aumento de las oportunidades de inversión. “De hecho, el verde solo representa el 1% del mercado del hidrógeno en la actualidad”, aclaran. De momento, ven como una de las áreas de crecimiento más claras los electrolizadores, que son fundamentales para la producción, por lo que “tenemos algunas inversiones en este segmento”.

Negocio. El hidrógeno verde es un elemento clave para la transición energética marcada en la Agenda 2030 por la ONU. Por ello, Borja Fernández de Vega, asesor patrimonial en Portocolom AV, muestra interés por posicionarse, “pero todavía no hay una lista amplia de compañías que se dediquen exclusivamente a este negocio. No obstante, es interesante realizar un seguimiento para poder detectar las mejores oportunidades de cara al futuro”.

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