Qué cabe esperar tras las elecciones de Alemania
El jueves se iniciaron las conversaciones entre los partidos que se perfilan como los integrantes del próximo Gobierno alemán. La cuestión climática, modernización económica y una mayor integración europea pueden ser los ejes primordiales de la ‘ampelkoalition’
Las elecciones alemanas del pasado 26 de septiembre siguen todavía atrayendo la atención de toda Europa. Tras el repartido resultado, el país que marca los ritmos en la Unión Europea y su fraccionado parlamento se ven abocados a una gran coalición para poder nombrar un nuevo canciller después de la era Merkel.
Todas las apuestas y los hechos apuntan con decisión hacia una unión encabezada por el ganador de las elecciones, el socialdemócrata SDP de Olaf Scholz. El pasado jueves, SDP, Los Verdes (partido ecologista) y FDP (Partido liberal en lo económico) celebraron su primera reunión en busca de formalizar la bautizada como ampelkoalition (coalición semáforo, en una alusión a los colores de los partidos que la conformarían). No obstante, por el momento no ha quedado descartado ni por Los Verdes ni por el FDP el pacto que podría elevar de nuevo al poder al CDU-CSU, unión demócrata-cristiana que ha dirigido Ángela Merkel y que por ahora capitanea Armin Laschet. Por ahora es la expresión adecuada, ya que también el jueves, el candidato se ofreció a facilitar un nuevo liderazgo al haber firmado el peor resultado en la historia de su formación.
Aunque puso sobre la mesa la posibilidad de dar un paso al lado y dejar el protagonismo a otros, Laschet aseveró que una hipotética coalición de su partido con Los Verdes y el FDP no debería depender de quién dirige la CDU-CSU.
En medio del baile político, se intuye la música que resultará de la unión de las distintas formaciones. Los programas electorales de cada partido dan pistas de qué tipo de Alemania puede surgir una vez que la era Merkel haya quedado definitivamente atrás.
Propuestas del SPD
El partido más fuerte en la actualidad considera que la nueva década es completamente decisiva para determinar el papel que jugará tanto Alemania como Europa en el próximo siglo. El SPD de Scholz defiende la necesidad de convertir los años 20 en la década de la energía renovable con el fin de generar toda la energía que consume Alemania de forma limpia para el año 2040 y conseguir la neutralidad climática en 2045 “si no antes”.
En el lado de la sociedad, se apuesta por una sociedad “respetuosa” de la diversidad, en la que “quienes trabajen todo el día puedan ganarse la vida sin apoyo adicional”. El SPD propone subir el salario mínimo a al menos 12 euros la hora y estudiar futuras alzas. En impuestos, planean bajar el de la renta a las clases medias y bajas y subirlo a las altas en torno al 3%. En lo referente a la inmigración, Scholz entiende que sirve para enriquecer a la sociedad alemana y aboga por una postura europea común que favorezca que el bloque se convierta en un lugar de solidaridad para los refugiados e inmigrantes.
El SPD se muestra partidario de retomar la disciplina en cuanto a deuda y déficit y ha prometido retomarla “lo antes posible”.
Propuestas de Los Verdes
El programa verde titulado “Alemania. Todo es posible”, pretende acelerar la neutralidad climática, la descarbonización y realizar más inversiones a costa de una mayor deuda pública. Quieren la descarbonización para 2030.
En los impuestos, proponen alzas a los dos tramos de rentas superiores ( a partir de más de 100.000 euros al año por persona soltera) y además crear un impuesto de patrimonio del 1% anual si este es superior a dos millones de euros por persona.
En el plano de la vivienda, Los Verdes establecerían un límite de precio máximo estipulado a nivel nacional para contener el encarecimiento de los alquileres.
Al igual que el SPD, promulgan subir el salario mínimo a 12 euros la hora. Su programa prevé que a partir de 2030, solo se permita la matriculación de vehículos de cero emisiones, creando subvenciones para ayudar a las rentas bajas a adquirirlos. Tienen por objetivo potenciar el tren y bajar el límite de velocidad a 130 km/h en autopistas.
Los Verdes modificarían el freno de la deuda para hacer inversiones extra por valor de 50.000 millones de euros al año, y en la inmigración, quieren proveer un derecho de permanencia asegurado a todo inmigrante que resida cinco años en Alemania. Los Verdes se oponen abiertamente a elevar el gasto militar hasta el 2% que exige la OTAN. Una petición que el partido considera “arbitraria”.
Propuestas de los demócratas
El hombre que afirmó que “es mejor no gobernar que hacerlo mal” tiene en su mano la llave de la cancillería, al igual que Los Verdes. El partido de los demócratas liberales hace una férrea defensa del libre mercado y su visión es opuesta al intervencionismo que ha entrado en escena especialmente con la pandemia.
Con Merkel fuera de la ecuación, con quién el líder del partido mantenía una resonada rivalidad, el FDP estaría más cómodo en un Gobierno junto con el CDU-CSU.
Una de las líneas rojas del partido es la de la subida de impuestos, una línea difícil de mantener en una coalición en la que los otros dos miembros defienden un alza. Precisamente, el FDP propone salir de la crisis del Covid bajando impuestos y favoreciendo el crecimiento económico. En el clima, más que basarse en prohibiciones, defienden la innovación como la clave para lograr un menor impacto. La digitalización y modernizar el tejido productivo son dos de sus mayores fijaciones.
Posibles medidas de la coalición
Todavía queda por ver si la ampelkoalition sale adelante de forma definitiva o no pero los resultados están a favor de los socialdemócratas. Laschet ha estado sometido a una gran presión tanto dentro de su propio partido como en el exterior. Las encuestas postelectorales muestran que la ciudadanía prefiere un Gobierno pilotado por Scholz.
En este hipotético Gobierno, el principal punto de fricción a juzgar por los distintos programas electorales se encontraría en la cuestión fiscal. Tanto SPD como Los Verdes defienden la necesidad de subir los impuestos mientras que esa medida atenta directamente contra la razón de ser del partido liberal democrático.
La cuestión climática también está llamada a levantar fricciones ya que el FDP cree en soluciones distintas a las prohibiciones. La ecología es una clara línea roja de Los Verdes, un partido que ha enarbolado la bandera de tomar acciones más decididas.
En el lado del entendimiento, es probable que un Gobierno de la coalición semáforo termine por adoptar acciones más contundentes en el lado climático, sea más favorable a la inmigración y muestre reticencias a aumentar el gasto militar.
La pretensión de Los Verdes de reducir los vuelos de corta distancia a base de potenciar las infraestructuras ferroviarias puede tener buena acogida por parte de un SPD que busca reactivar la economía con inversiones.
En la protección social parece claro que el salario mínimo alcanzaría los 12 euros la hora y, sin embargo, quedarían en entredicho las intenciones de Los Verdes de intervenir los precios de los alquileres al colaborar el FDP con el Gobierno.
Una coalición encabezada por el CDU-CSU se antoja complicada y más después del resultado electoral. También favorable a adoptar medidas contra el cambio climático, tomar resoluciones contundentes al respecto puede ser la moneda de cambio para el que sería el miembro más discordante dentro del pacto: Los Verdes.
¿Qué dirección tomará Europa?
El SPD ve con buenos ojos una mayor integración europea. El propio Scholz se ha referido al fondo de reconstrucción como un posible “momento Hamilton”, en alusión a cuando una vez acabada la guerra de independencia, los Estados que conformaban EE UU empezaron a emitir deuda conjunta. “Esto puede volverse relevante. Si el fondo de rescate tiene que reembolsarse, no debería ser a expensas del presupuesto normal de la UE”, valoró.
Pinceladas sobre los líderes
Olaf Scholz
Del papel secundario a los focos principales
Olaf Scholz, abogado laboralista y militante del SPD desde la adolescencia, ha ocupado por el momento un puesto que pese a ser también relevante, no era el número uno. De carácter moderado y europeísta, el hasta ahora número dos del Gobierno de coalición encabezado por Angela Merkel tiene carácter pragmático y se muestra a favor de replantear las reglas tanto de deuda como de déficit, aunque precisamente se ha comprometido a volver a ellas. Su trabajo se ha visto recompensado por los votantes y ahora los focos principales apuntan hacia él a la espera de que asuma la cancillería.
Armin Laschet
El periodista que heredó el trono de Merkel
Laschet primero trabajó como corresponsal y posteriormente compaginó puestos como el de editor jefe o director de un medio con su ascendente carrera política. El sucesor de Merkel se resiste a tirar la toalla de la coalición, aunque sí ha decidido proponer una renovación en su formación política. Católico devoto, el Barcelona Center for International Affairs lo describe como un “perfil merkeliano”. Nacido en Aquisgrán, Laschet se muestra orgulloso de la historia de la ciudad y ve a Alemania y Europa como los herederos de aquel imperio impulsado por Carlomagno.
Annalena Baerbock
Ecología para acercar un cambio histórico
Baerbock, titulada en Ciencias Políticas y Derecho Internacional Público, ha sido la cara visible de Los Verdes. El partido, ambicioso en lo que a políticas ambientales se refiere, a punto estuvo de protagonizar una sorpresa electoral de calado. Algunas encuestas anticipaban que superaría a la CDU-CSU y se alzaría como partido más votado. Si bien no lo logró, su tercer puesto y su habilidad negociadora de la que todos hablan garantiza tener mucha voz en el futuro Gobierno alemán. Y, sobre todo, mucho voto.
Christian Lindner
SPD o CDU, esa es la cuestión
Lindner lidera al partido liberal de Alemania. También en su mano estará decidir quién ostentará el puesto de canciller. Estudió Ciencias Políticas, Filosofía y Derecho Público. Con ideas más próximas al CDU-CSU, coincidió con el partido de Baerbock en la necesidad de dar prioridad en las conversaciones a Scholz. Entre los logros de Lindner está el haber devuelto al Bundestag a su partido tras un periodo en el que quedó fuera. SPD o CDU, esa es la cuestión, y el filósofo tendrá la palabra.
Weidel y Chrupalla
Orígenes distintos en busca de alternativa
Alice Weidel y Tino Chrupalla son los candidatos que Alternativa para Alemania eligió para la cancillería. Weidel, procedente de la parte occidental y con pasado profesional en bancos de inversión, habla un lenguaje más próximo a las clases medias y altas. Chrupalla, oriundo de la Alemania del Este y pintor de profesión, fue propuesto con la idea de acercarse a los menos favorecidos. Ambos pertenecen al ala más radical del partido, que cuenta con un cordón sanitario a su alrededor.
Wissler y Bartsch
Oposición férrea a los demócratas cristianos
Janine Wissler y Dietmar Bartsch también ofrecen una paridad entre la Alemania del Este y la del Oeste, al ser Bartsch de la primera y Wissler de la segunda. Wissler está licenciada en Ciencias Políticas y comenzó su carrera en este campo allá por 2004. Bartsch, formado en economía política, ya había sido el candidato principal de Die Linke en otras dos ocasiones. El caballo de batalla primordial de la formación se basaba en garantizar que de ningún modo pactarían con el CDU-CSU.