El mercado ve con buenos ojos el resultado electoral en Alemania pese a que las negociaciones serán largas
Los resultados apuntan a un pacto a tres bandas
Con el 25,7% de los votos, Olaf Scholz, cabeza de cartel de los socialdemócratas y actual ministro de Finanzas, podría ser el próximo canciller de Alemania. Después de 16 años de liderazgo del CDU, los socialdemócratas esperan tomar las riendas del país, pero para que así sea necesitarán apoyos. Una semana después de que el Dax alemán afrontara su mayor reforma en 33 años y con los temores a la quiebra de Evergrande sobrevolando los mercados, la política alemana consirgue abrirse un hueco entre los inversores. El resultado del domingo obliga los partidos políticos alemanes a pactar pero despeja un horizonte de cambios bruscos tanto en el Bundestag como en la política europea, que trata de vislumbrar cuál será su rumbo tras la crisis derivada por la pandemia.
La estabilidad política de la que ha gozado la locomotora de Europa parece haber llegado a su fin y el país se enfrenta ahora un parlamento muy dividido, una situación que puede poner fin a la recuperación de las Bolsas en un momento en el que crecen las voces que apuntan a la posibilidad de que la mejora de la economía haya tocado techo. Aunque los expertos no descartan que mientras duren las negociaciones las Bolsas se enfrenten a un proceso correctivo, hoy los inversores prefirieron ver el vaso medio lleno. El hecho de que el peso de los partidos más extremos haya sido bajo (el partido de izquierdas Die Linke solo logra el 4,9% de los votos y el ultraderechista AfD, el 10,3%) fue celebrada por los inversores. El Dax alemán, que en niveles intradía repuntó más de un 1%, concluyó con un alza del 0,27% y se sitúa a 404 puntos de los máximos históricos que marcó el 13 de agosto. “Este resultado tranquiliza a los inversores porque ninguno de los dos partidos podrá llevar a cabo medidas radicales y puede suponer una continuidad en las políticas económicas”, explican los analistas de IG. Que no vaya a haber muchos cambios hace que el impacto en las Bolsas y la deuda haya sido neutro.
Desde Deutsche Bank se muestran positivos y aunque creen que la formación de Gobierno se podría prolongarse más de los 171 días que tardó en las elecciones de 2017 –el récord hasta la fecha–, las caídas que acompañen a la incertidumbre podrían ser aprovechados como una oportunidad de entrada por los inversores con apetito de riesgo. Los expertos de la entidad consideran que de las diferentes alternativas que existen, la opción más favorable para el mercado sería una alianza entre la Unión Cristianodemóctra (el CDU logró el 24,1% de los votos), el partido liberal (FDP con el 11,5%) y Los Verdes (14,8%).
Tanto la CDU como el FDP rechazan una amplia intervención gubernamental en la política climática y el mercado de la vivienda, pero apoyan el cumplimiento de los límites de la deuda pública a la vez que rechazan las subidas de impuestos. “Este tipo de política es considerada por el mercado como favorable al crecimiento. La renta variable es especialmente interesante para los inversores en este entorno”, señalan. Los expertos de BlackRock defienden que con esta coalición esperarían un impulso a la inversión en tecnología verde, la digitalización, el ferrocarril y así como desregulación y la privatización “todo ello positivo para las acciones alemanas y para los bonos verdes a medio plazo”.
La otra alternativa de Gobierno pasa por un acuerdo entre los socialdemócratas, los verdes y los liberales, una alianza que coloquialmente se conoce como coalición “semáforo” y en la que las medidas de apoyo al sector público y al aumento de los impuestos centran las miradas. “Las intervenciones del Gobierno en la política climática y el mercado de la vivienda son más probables lo que supondría un entorno más difícil para las empresas que operan en esos sectores”, apuntan en BlackRock. Con independencia de quiénes logren formar Gobierno en la firma descartan un retorno a la austeridad al estilo de 2011. “Esto combinado con el impulso de Los Verdes a la unión bancaria europea debería favorecer a los bonos periféricos de la zona del euro”, remarcan.
Excluyendo a las formaciones más extremas (Linke y AfD), los candidatos a tomar el testigo de Angela Merkel comparten objetivos en torno al impulso de la digitalización y descarbonización, así como su compromiso con la UE. Los analistas de Bankinter esperan que en los escenarios de coaliciones más probables exista un enfoque fiscal más expansivo que reforzará y alargará el ciclo crecimiento. Esto favorecerá a sectores como las renovables, los fabricantes de vehículos, los semiconductores y a las operadoras.
Donde los analistas de Bankinter no prevén cambios es en el mercado de renta fija. Un eventual mayor déficit público pasará de puntillas sobre la deuda dado el apoyo del programa de compras del BCE y una emisión neta que seguirá moderada después del esfuerzo que realizaron los tesoros en 2020 para captar recursos con los que sufragar las medidas para hacer frente a la crisis de la pandemia. Siguiendo la tendencia alcista que impera desde que los bancos centrales confirmaran que preparan su salida, la rentabilidad de la deuda alemana a 10 años cerró sin apenas cambios en el -0,22%, máximos de julio. La misma estabilidad se replicó en los plazos cortos con la deuda a dos años al filo del -0,7%. Esta calma tensa se trasladó a la periferia. El bono español a 10 años se mantuvo en el 0,41%, máximos de finales de junio mientras la deuda italiana al mismo plazo roza el 0,8%, niveles de hace tres meses. En cuanto al euro, cualquier escenario orientado al crecimiento y la cohesión interna será beneficioso, añade la firma de análisis.
"Es muy probable que no haya un nuevo canciller antes de que la campaña presidencia francesa esté en pleno apogeo" vaticina Giles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers. El experto cree que esto supondrá que podría no haber mucho movimiento en la UE antes del verano próximo y advierte que "los asuntos de la UE podrían permanecer estancados hasta el próximo verano".
La consulta alemana es la primera primera de una serie de elecciones (Francia en 2022, Italia en 2023 y la UE en 2024) que pueden ser decisivas para configurar el futuro de Europa. ala incertidumbre política en Alemania se dejará notar también en la UE, que podría tener que retrasar decisiones relevantes, como la posible flexibilización de las reglas de deuda, que está ahora en discusión, añaden desde MacroYield.