Los problemas de China anuncian más tensiones por la transición verde
El aumento del precio del carbón es el principal responsable de su escasez de electricidad
Los problemas energéticos de China pueden suponer una útil sacudida ecológica. El aumento de los precios del carbón es el principal responsable de la escasez de electricidad. Incrementar las importaciones de combustibles fósiles ayudaría, pero también pondría en peligro los objetivos de neutralidad del carbono. Es mejor soportar el daño ahora y acelerar los cambios estructurales.
El racionamiento de electricidad se está convirtiendo en algo estacional. Los precios fijados por los reguladores chinos hacen que el mercado sea ineficaz y vulnerable a las crisis de demanda u oferta. Este año se están produciendo ambas cosas a la vez: un espectacular repunte del sector manufacturero en verano coincidió con una escasez de carbón igualmente espectacular, lo que hizo que los precios se dispararan antes de la temporada alta de invierno. El precio del carbón de referencia de Qinhuangdao, de 5.500 kcal/kg, se disparó un 66% interanual en julio, según Fitch Ratings.
Ello encarece la generación de electricidad para las centrales de carbón locales, que representaron casi el 60% del suministro total el año pasado. El problema es que solo se les permite ajustar la tarifa fija que se cobra a los operadores de la red en un 10%. No es suficiente: cada aumento del 1% en la llamada tarifa de red solo compensa una subida del 2% en los costes del carbón, según estiman los analistas de Citi. El Consejo de Electricidad de China calcula que el 70% de las centrales de carbón nacionales estaban en números rojos en junio.
Una mayor oferta es la solución rápida. Sin embargo, el conflicto político con Australia implica que China tendría que competir por las importaciones de Rusia y otros países. La extracción de más carbón en el país podría hacer fracasar el impulso del presidente Xi Jinping para reducir el consumo y la intensidad energética.
Una solución dolorosa, pero bienvenida, sería permitir a los generadores trasladar el aumento de costes a los consumidores. Los usuarios industriales, entre ellos las acerías estatales y los fabricantes de cemento, representan más de dos tercios del consumo de energía de China e históricamente han disfrutado de tarifas relativamente bajas. Si Xi se toma en serio la idea de conseguir una economía neutra en carbono para 2060, es fundamental que dejen de consumir energía barata y sucia.
Hay señales alentadoras. En algunas provincias, los límites de precios en los mercados de comercio de electricidad al por mayor se han relajado ligeramente, y es la primera vez que los clientes finales absorben costes más altos, dice David Fishman, de la consultora Lantau Group. Las autoridades también están estudiando la posibilidad de aumentar las tarifas fijas de la red o los ajustes para los consumidores, según Bloomberg. Ello sugiere que se esperan reformas más significativas, que anuncian nuevas tensiones por la transición energética.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías