Oficemen aplaude el alza en la obra pública, pero urge reformas en el mercado eléctrico
El consumo de cemento cerrará 2021 con una mejora del 9% y se prevé un crecimiento del 3% al 5% en 2022
La escalada en los precios eléctricos y de los derechos de emisiones de CO2, y la competencia de países del norte de África, siguen lastrando la competitividad del cemento español, según ha denunciado esta mañana la patronal Oficemen. Su nuevo presidente, José Manuel Cascajero, ha reclamado en rueda de prensa “una reforma estructural del mercado eléctrico” para favorecer el avance de la industria. La cementera podría afrontar en 2022 el mejor año de la última década si se cumplen las proyecciones de demanda.
El director general de la asociación, Aniceto Zaragoza, ha indicado que “no tiene sentido que a la industria no pueda beneficiarse de las ventajas que ofrecen las energías renovables” y ha apuntado soluciones como “un mercado de bilaterales más amplio y dedicado a clientes finales”. Para Zaragoza, la normativa eléctrica debe ser capaz de amortiguar efectos a largo plazo como es el del incremento en el precio de los derechos de emisiones en un contexto en que el sector deberá reducirlas en un 55% en 2030, respecto a los niveles de 1990, y alcanzar la neutralidad en carbono en 2050.
Las compañías representadas por Oficemen tienen en la electricidad un 42% de sus costes variables de producción, y se llama la atención sobre un encarecimiento de 12 puntos en la factura de la luz. En Francia o Alemania, sostiene el colectivo, se compensa ese sobrecoste con menores impuestos y exenciones y compensaciones por parte de los Estados. Para los representantes de las cementeras con actividad en España, el estatuto de consumidores electrointensivos aprobado en diciembre de 2020 o las medidas tomadas por el Gobierno para aliviar los cargos del sistema eléctrico, servirán para aliviar en parte una tensión de precios que se considera coyuntural, pero faltan medidas estructurales.
Mercado exterior
Las exportaciones españolas de cemento se sitúan en 7,1 millones de toneladas en el año móvil, de septiembre de 2020 a agosto de este 2021. La cifra está por detrás de la alemana y se asiste al fuerte desarrollo de la actividad exportadora de Turquía o Argelia, países ajenos a los requerimientos de la UE en materia ambiental.
Es en este escenario en el que Oficemen insiste en la urgencia de un mecanismo de ajuste en frontera. Esta última petición es afín entre la industria pesada de toda Europa y está siendo fruto de un proceso regulatorio en el seno de la UE.
Bruselas ha identificado cinco sectores industriales, entre ellos el cementero, necesitados de protección a través del citado mecanismo de ajuste de precios en frontera. La asociación que preside Cascajero estima que entre 2025 y 2026 podría estar implementado en Europa.
Tirón en el consumo
El mensaje ofrecido por Oficemen esta mañana torna hacia el optimismo en lo que atañe a la demanda doméstica. Tras presupuestar meses atrás un comportamiento plano para este 2021, el cierre de año se prevé ahora con un alza del 9%, hasta los 14,6 millones de toneladas de cemento. “Hemos recuperado niveles anteriores a la pandemia, que nos ponen en la senda de crecimiento para años futuros”, ha afirmado José Manuel Cascajero. Abril o junio ya fueron los mejores meses de los últimos diez años.
El consumo entre enero y agosto mejora un 13% en comparación con el mismo periodo de 2020, ejercicio que se completó con un desplome del 10%. Ese incremento se traduce en la venta de 1,1 millones de toneladas extra de cemento. Ya en el año móvil, la subida es del 8,4%, llegándose a los 14,5 millones de toneladas. La diferencia con 2019 apenas es de un 2% ó 210.000 toneladas.
Para 2022 se espera nuevo crecimiento. Oficemen augura que el consumo aumente entre un 3% y un 5%. “El año próximo podría ser el mejor de la última década”, aunque muy lejos de los años del boom de la construcción.
Esta mejoría se explica por la mayor demanda por parte de la obra publica, que retoma la preponderancia tras años en los que la construcción de viviendas era el principal punto de apoyo para el sector cementero. Desde Oficemen se ha aplaudido el incremento del 70% en la licitación de obra púbica y se espera que la llegada de fondos europeos para el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia sirva de palanca, especialmente en proyectos de infraestructuras del agua y medioambientales. El reto, ha remarcado Aniceto Zaragoza, es el de conseguir altos niveles de ejecución.
La obra civil representa al cierre de agosto el 50% del consumo de cemento en España, por el 32% que se debe a la edificación residencial. Y ello pese a que la construcción de viviendas también tira: se estima que el volumen de viviendas visadas en 2021 crezca un 18%, hasta las 101.000 unidades.