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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El déficit de chips estresa a la industria del motor y a toda la economía

Deben buscarse fórmulas que alivien los problemas de suministro para mantener las cadenas de producción y evitar indeseados efectos sobre precios y sobre el empleo

CINCO DÍAS

El presidente de Seat, Wayne Griffiths, ha alertado de una especie de profit warning sobre las cuentas de la empresa por la falta sistemática de semiconductores para la fabricación de coches en sus factorías. Los problemas de suministro de chips extendían su sombra ya desde hace un año hasta al menos el verano que ahora concluye, pero tanto las empresas como las autoridades económicas admiten que se prolongará como poco durante todo 2022. No se trata del único componente con déficits de suministro, ya que tanto la industria manufacturera, la intensiva en tecnología de última generación o incluso la construcción han detectado problemas con otras materias primas que han encarecido los procesos productivos. Pero es cierto que la incidencia que provoca la sola ausencia de semiconductores en la industrian española es muy elevada, dado que el impacto en actividades como la fabricación de automóviles es determinante.

Hay que recordar que la industria del motor está en pleno proceso de transformación acelerada hacia la fabricación de coches eléctricos o híbridos para acompañar a la revolución energética que necesariamente transformará la movilidad. En España hay ahora al menos cinco fábricas de montaje de automóviles total o parcialmente paradas por la falta de chips de muy diversas franquicias, así como factorías de componentes, y la situación puede prolongarse durante varios meses, con un impacto sobre la primera industria manufacturera exportadora muy serio. Los retrasos que ahora afectan a la entrega de coches (en algunos casos de más de un año) afectarán a todo tipo de actividades relacionadas de alguna forma con el motor, además de provocar una subida de precios que puede estrangular la demanda.

Buena parte de los repuntes de los precios se deben a los problemas de suministro de materias primas y productos semielaborados que forman parte de la cadena productiva de la industria en todo el mundo. El súbito crecimiento experimentado con la recuperación de la actividad pospandemia, así como por efecto del acaparamiento por parte de la industria asiática, fundamentalmente la china, está generando cuellos de botella que tardarán varios trimestres en solventarse. Las empresas más impactadas ya han empezado a aplicar ajustes temporales de personal, así como revisiones presupuestarias de proyectos en casos de obra civil, y no es descartable una escalada más intensa en este tipo de decisiones, en tanto que a nivel global deben buscarse fórmulas que alivien los problemas de suministro para mantener las cadenas de producción y evitar indeseados efectos sobre precios y sobre el empleo.

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