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Fede, el primer atomizador inteligente y conectado

El fabricante de Cheste desarrolla un equipo que es capaz de dosificar el pesticida o abono con inteligencia artificial La empresa está inmersa en un proceso de digitalización para liderar la protección de cultivos de alto valor

Un atomizador inteligente de Pulverizadores Fede atraviesa un cultivo de almendros en Albacete.
Un atomizador inteligente de Pulverizadores Fede atraviesa un cultivo de almendros en Albacete.

Se habla mucho del cambio climático, pero muy poco de otro de los grandes desafíos a los que tendrá que enfrentarse la humanidad en los próximos 30 años: la sobrepoblación.

De aquí a 2050, la cantidad de personas que habita este mundo aumentará desde las actuales 7.800 millones a las 9.000 millones, según la FAO, la agencia de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura. Este crecimiento demográfico comporta una mayor demanda de agua y comida, lo que pone bajo presión unos recursos ya bastante degradados por la acción del hombre.

¿Cómo recuperar el equilibrio entre población y disponibilidad de alimentos? La clave, para Federico Pérez Salvador, propietario de una fábrica de atomizadores de fertilizantes en Cheste (Valencia), reside en el internet de las cosas y la inteligencia artificial.

Aunque la receta la prescribe una empresa familiar que lleva 50 años dedicada a la fabricación de hardware agrícola, Pulverizadores Fede tiene bastante claro que su futuro pasa por el software, la digitalización del campo y la sostenibilidad de los cultivos.

La sobrepoblación nos obliga a producir más alimentos con menos recursos, algo que solo se va a conseguir con la digitalización del campo

Federico Pérez, administrador único de Fede

“El crecimiento de la población nos pone ante un reto social enorme: producir cada vez más alimentos con cada vez menos recursos. Eso se va a conseguir gracias a la digitalización”, afirma Pérez, quien junto con su hermana Remedios está al frente de la empresa que fundó su padre, Federico Pérez Español, en 1967.

Federico Pérez Español, fundador de la empresa.
Federico Pérez Español, fundador de la empresa.

Antes de llegar a esta conclusión, los Pérez repararon en un detalle importante. Los grandes fabricantes de maquinaria agrícola, como las estadounidenses John Deere y New Holland, destinan el grueso de su inversión tecnológica a cultivos extensivos, que ocupan vastas superficies, como el maíz, el trigo, la soja o el algodón, donde el rendimiento por hectárea es habitualmente bajo, por lo que es fundamental reducir el coste de producción.

Por contra, las multinacionales del sector dedican una cantidad pequeña de recursos a los llamados cultivos de alto valor, que ocupan menos extensiones, pero ofrecen una rentabilidad bastante mayor. Es en esta tipología, algo desatendida por sus competidores y en la que figuran principalmente árboles como los olivos, cítricos, viñedos y almendros, en la que Fede ha decidido centrar sus esfuerzos.

Detrás de esta apuesta, hay también un aliciente económico. A pesar de que España es el mayor productor de aceite de oliva, el número uno en hectáreas de viñedos y cosecha una de cada tres naranjas que se venden en el mundo, Pérez advierte que solo el 13% de su tierra cultivable es de alto valor. Y, sin embargo, el 55% de sus ingresos agrícolas proceden de esta categoría, lo que reafirma su importancia.

La cifra

4 millones de euros lleva invertidos la empresa en proyectos de I+D+i desde 2017. La Unión Europea ha contribuido a ese total con 2,9 millones de euros en subvenciones. Pero los proyectos de investigación no se detienen y la compañía tiene aprobadas inversiones hasta 2030 por 5 millones. Además, sigue involucrada en programas europeos. Fede destina el 12% de su facturación anual a I+D, lo que en 2020 supuso alrededor de 660.000 euros.

“Somos el país en el que todo el mundo se fija porque tenemos los mejores agrónomos y el mejor clima, pero hay un desequilibrio tecnológico entre los cultivos extensivos y los de alto valor. Las empresas pequeñas y medianas como Fede estamos cerca del agricultor, conocemos sus necesidades, pero no tenemos el músculo financiero suficiente para desarrollar la tecnología”, explica Pérez.

En ese sentido, las ayudas europeas canalizadas por el CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial) han sido primordiales para que la empresa pueda ejecutar el cambio de modelo de negocio y pasar de producir atomizadores y nebulizadores básicos a máquinas que toman decisiones inteligentes y que son capaces de alojar datos en servidores virtuales que luego pueden ser compartidos con sus usuarios y otros proveedores agrícolas.

En 2015, la empresa accedió al programa Horizonte 2020 de la UE que financió el 60% de una inversión en tecnología de 1,4 millones de euros. Con esos fondos desarrollaron el Smartomizer H3O, un sistema que en función del frutal y su tamaño es capaz de ofrecer la dosis de fertilizante o pesticida más adecuada.

Los atomizadores convencionales, en cambio, arrojan la misma cantidad independientemente de la masa vegetal. Como consecuencia de ello, gran parte de los nutrientes o químicos terminan en el entorno. “Hemos comprobado que H3O reduce en un 50% esa deriva, es decir, todo el producto va al árbol”, asegura.

Interior de la fábrica de Pulverizadores Fede en Cheste (Valencia).
Interior de la fábrica de Pulverizadores Fede en Cheste (Valencia).

El sistema patentado por la empresa reduce también el uso de pesticidas hasta un 25%. De este modo, contribuye directamente al cumplimiento del Pacto Verde de la UE que entre sus objetivos establece una reducción del 50% en el uso de químicos y de al menos un 20% en el de fertilizantes.

El equipo se lanzó al mercado en 2018 y actualmente hay más de 500 unidades trabajando. El beneficio no solo es para el medio ambiente sino también para el bolsillo del agricultor. Con una máquina tradicional bien optimizada, Pérez calcula que el gasto anual en químicos es de entre 60.000 y 100.000 euros.

“Si la mitad de pesticidas se va en deriva, significa que estás tirando al medio ambiente entre 30.000 y 50.000 euros al año. H3O reduce esa pérdida a la mitad y genera un ahorro de entre 15.000 y 25.000 euros anuales, menos emisiones y una disminución en el consumo de gasoil de 15 a 4 litros por hora”, destaca.

Pero este desarrollo ha sido solo el primer paso. Fede trabaja ahora para dotar a sus máquinas de una mayor precisión a través del proyecto Eurostars-2 FieldCompanion que también financia la UE. La meta es elevar la reducción en el uso de pesticidas del 25% al 40% con la incorporación de inteligencia artificial.

Mientras que H3O necesita que el operario introduzca en la interfaz las medidas del árbol, FieldCompanion, aún en fase de ensayos, será capaz de detectarlas y autorregularse por sí solo.

Desde su primera versión, la información recogida por el Smartomizer se guarda en la nube. El agricultor y el distribuidor pueden consultar ahí la cantidad de dosis aplicadas en cada frutal y obtener una mayor trazabilidad del proceso.

Al frente del negocio, Federico Pérez Salvador.
Al frente del negocio, Federico Pérez Salvador.

Apuesta tecnológica

Facturación. Los ingresos de Fede bajaron en 2020 de los 6,1 millones a los 5,5 millones de euros debido a la pandemia pero también a la decisión del grupo de invertir más en tecnología y menos en marketing. El grupo espera que sus ventas se recuperen este año hasta los 6,2 millones. De ahí en adelante solo espera crecer: 8,7 millones en 2022, 12 millones en 2023 y 15 millones en 2024.

Exportaciones. Un tercio de los ingresos de Fede proceden de exportaciones, una veta que abrió en 2016. Sus principales mercados son Marruecos, Perú, Argentina, China (donde tiene una joint venture) y Polonia.

Empleos. En los últimos seis años, la empresa valenciana ha incrementado su plantilla, de los 20 a los 45 empleados, con la incorporación de nuevos perfiles tecnológicos.

Smartomizer H3O.
Smartomizer H3O.

Un acuerdo con John Deere para llegar a todo el mundo

En sus inicios, Fede se dedicaba a la venta de pequeños tractores. Pero en 1977, su fundador Federico Pérez Español decidió darle un giro al negocio. Con la venta de dos pisos en Valencia compró el molde de lo que sería su primer pulverizador.

La empresa asegura que es la segunda proveedora de estos equipos en España, solo por detrás de la también valenciana Máñez y Lozano. Las dos lideran un mercado en el que compiten un centenar de marcas.

Los hijos del fundador, Federico y Remedios, tomaron las riendas del negocio a finales de los noventa y hace seis años decidieron invertir en tecnología. Ahora su reto es llevar los avances conseguidos al mercado mundial, con el fin de liderarlo dentro de tres años. Así, en 2018 firmaron un acuerdo de distribución con John Deere, aunque están abiertos a otras fórmulas, incluyendo la entrada de un socio.

“Estamos listos para crecer. El año pasado abrimos una fábrica nueva que produce tres unidades al día, pero tiene capacidad para hacer 10”, dice Pérez Salvador.

Entre los clientes de Fede figuran grandes firmas como las bodegas españolas Muga, Matarromera y González Byass, el productor brasileño de cítricos Lucato y el distribuidor estadounidense de aguacates Mission.

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