La campaña contra la adicción a los videojuegos beneficiará a las familias chinas
La aversión oficial a los juegos digitales se ve agravada por la preocupación por la epidemia de miopía en los niños y jóvenes país
El presidente Xi Jinping quiere reestructurar cómo pasan el tiempo las familias chinas. Las nuevas normas limitan a tres horas de videojuegos a la semana el tiempo que pueden dedicar los niños a esta actividad para combatir su adicción a los teléfonos inteligentes. El golpe financiero parece manejable para los gigantes del juego como Tencent. Pero el presidente quiere alejar a los niños de las pantallas para que realicen actividades más saludables, y eso exigirá medidas más duras.
Las últimas restricciones son estrictas. A los menores de 18 años solo se les permite una hora de juego los viernes, sábados y domingos, así como en los festivos. La norma anterior les permitía jugar una hora y media cualquier día, y tres horas los festivos. Los inversores de Hong Kong rebajaron en seguida en unos 20.000 millones de dólares el valor de mercado de Tencent, aproximadamente un 4%, al conocer la noticia. La oleada de ventas salpicó también a sus rivales NetEase y Bilibili.
El súper éxito de Tencent, Honour of Kings es tan popular que ha sido señalado por los medios de comunicación estatales en una columna que tachaba los videojuegos de “opio espiritual”. Aun así, la empresa, valorada en 575.000 millones de dólares, insiste en que sus sistemas para verificar la identidad y limitar el tiempo de juego son adecuados.
La aversión oficial a los videojuegos se ve agravada por la preocupación por la epidemia de miopía en el país. Se calcula que el 81% de los alumnos de secundaria son miopes, según cifras del Gobierno. Xi está oficialmente preocupado, al igual que el Ejército. El Gobierno ya ha prohibido las clases particulares con ánimo de lucro y pretende reducir la carga de deberes.
Para impedir que los niños se pasen a otras formas de entretenimiento en pantalla, es probable que saquen más restricciones para el entretenimiento en internet. Los padres notarán el cambio. A los adictos al trabajo les resultará más difícil usar juegos y aplicaciones adictivas como niñeras, pero el Gobierno también quiere reducir las horas extras. A la larga, todo esto podría resultar más saludable para las familias chinas, pero no tanto para las empresas.