La UE y el reacondicionamiento de equipos
Hay que avanzar en la transformación del caduco modelo económico lineal de usar y tirar por uno circular
La basura electrónica se ha convertido en los últimos años en uno de los principales problemas medioambientales en la Unión Europea. Con unos datos abrumadores, se prevé que en 2050 llegaremos a 120 millones de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) en el mundo, según las últimas aproximaciones del Fondo Económico Mundial. Móviles, ordenadores, tabletas o televisiones que ya no funcionan bien o no queremos pasan a formar parte de grandes cantidades de basura electrónica que acaba, sobre todo, en las llanuras de las zonas más pobres de Asia o África, creando grandes vertederos tecnológicos como el de Ghana.
Para reducir estos residuos y, con ello, las emisiones de gases de efecto invernadero, es necesario avanzar en la transformación del caduco modelo económico lineal de usar y tirar por uno circular que abogue, en el campo tecnológico, por el reacondicionamiento y reciclaje de equipos.
El gran incremento de las tasas de consumo de aparatos electrónicos y la llamada obsolescencia planificada –programar conscientemente el fin de la vida útil de un producto– han fomentado el gran aumento de este tipo de residuos. En este escenario, el reacondicionamiento de equipos se ha convertido en la mejor herramienta para alargar la vida operativa de los aparatos electrónicos y apostar por la economía circular.
Pero ¿qué es exactamente el reacondicionamiento de equipos y qué ventajas tiene? Este proceso consigue dar una segunda vida a aparatos que habían quedado obsoletos para las empresas que los adquirieron porque han cambiado sus necesidades o por la obsolescencia programada, pero que pueden ser completamente útiles para otras compañías o usuarios. Estos equipos, además de tener un menor coste económico de adquisición, son sostenibles y contribuyen a la mejora del medioambiente.
Por ello, cada vez más empresas y ciudadanos apuestan por este tipo de productos: de hecho, según una encuesta del Eurobarómetro, ya en 2017 el 77% de los consumidores europeos prefería reparar sus bienes antes que comprar unos nuevos. En este sentido, el consumo responsable gana más y más adeptos por sus múltiples beneficios.
Además, la legislación también está de parte del reacondicionado y cada vez son más países los que se adhieren a las recomendaciones del Parlamento Europeo, que quiere garantizar que los productos comercializados en la Unión Europea tengan “un buen rendimiento, sean duraderos, reutilizables, reparables, no tóxicos, actualizables y reciclables”.
En este sentido, el Parlamento Europeo ya aprobó en noviembre de 2020 la denominada ley del “derecho a reparar”. Esta directiva, entre otras cuestiones, obliga a los fabricantes a ofrecer productos electrónicos que se puedan reparar de forma accesible.
En definitiva, en los próximos años comenzaremos a ver los efectos de estas nuevas leyes y el sector del reacondicionado continuará creciendo y se convertirá en una herramienta imprescindible para potenciar la economía circular.
Jaume López es cofundador y director de desarrollo de negocio de MercadoIT