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A Fondo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

¿El comienzo de una nueva era de inflación?

Si resulta no ser solo temporal, la gente puede perder la confianza en la información de los bancos centrales

CINCO DÍAS

Es probable que muchas personas se hayan frotado los ojos con sorpresa cuando la Oficina de Estadísticas Laborales de EE UU ha anunciado la inflación de los precios al consumidor. Increíblemente, los precios están subiendo un 5% interanual, el mayor aumento desde agosto de 2008. Muchos se preguntan ahora si esto es solo un efecto temporal o el comienzo de una nueva era.

La alta tasa de inflación es, por supuesto, también el resultado de la comparación con el bajo nivel de base creado en el año anterior debido a la pandemia del coronavirus. El aumento de precios fue especialmente acusado en los productos básicos y la energía, lo que también provocó un aumento del 56% en el precio de la gasolina en comparación con el año anterior.

Para evitar la distorsión causada por estos efectos especiales, se utiliza la denominada core inflation rate (excluyendo energía y alimentos), que tiene como objetivo crear una mejor imagen de la tasa de inflación subyacente. Aunque el aumento del 3,8% en la tasa básica es considerablemente menor que la tasa de inflación general del 5%, sigue siendo el mayor aumento de precios en casi 30 años.

Sin embargo, la core inflation rate también podría deberse en gran medida a la escasez temporal de suministros relacionada con la pandemia, que no existía en períodos inflacionarios anteriores. El fuerte aumento de los precios de los automóviles usados en EE UU es un buen ejemplo de ello. Con un peso de la cesta del 3%, este artículo en realidad tiene un limitado efecto sobre los precios al consumidor. Sin embargo, dado el aumento del 29,7% en los precios de los automóviles usados en comparación con el año anterior, contribuyó alrededor de un punto porcentual a la inflación subyacente.

La gran caída en las ventas de automóviles nuevos al comienzo de la pandemia redujo la oferta de automóviles usados alrededor de un año después. Y, por otro lado, la demanda aumentó al mismo tiempo debido a los generosos programas de ayuda del Gobierno y al aplazamiento de la compra de automóviles por parte de los clientes, lo que provocó un aumento desproporcionadamente grande en los precios.

Efectos extraordinarios como este ilustran la gran magnitud de la distorsión de precios en algunos sectores debido a la pandemia. Estos efectos probablemente disminuirán en los próximos meses, pero aún existe el riesgo de que el actual impulso de la inflación debido a los cuellos de botella de la cadena de suministro continúe un poco más, aumentando así las expectativas de inflación de la gente y creando una demanda de mayores aumentos salariales.

A pesar de esto, en lugar de aceptar la realidad, muchos inversores esperan volver a los buenos viejos tiempos. Quizás el aumento de la inflación los despierte de su letargo. Los bonos corporativos solían ser un santuario para los inversores ya habituados a los bonos gubernamentales. La mayoría de las veces proporcionaron rendimientos significativamente más altos que los bonos del Gobierno. Pero todo esto ha cambiado debido al entorno de tipos de interés bajos que nos acompaña desde hace ya varios años. Los bancos centrales sienten que los riesgos asociados con un endurecimiento de la política monetaria son tan grandes que preferirían correr el riesgo de mantener su política monetaria ultralaxa durante demasiado tiempo.

Con un 2% en mayo y un 1,9% en junio, la inflación de la eurozona fue casi exactamente igual a la tasa objetivo del Banco Central Europeo. La core inflation rate, sin embargo, fue solo del 0,9%, situándose muy por debajo de la tasa de Estados Unidos. El gran efecto que tendrá la mayor presión inflacionaria en EE UU se hará evidente en Europa durante el transcurso del año.

Actualmente, el Banco Central Europeo no ve efectos significativos en este sentido y espera una tasa de inflación del 1,5% en 2022 y del 1,4% en 2023. Sin embargo, las previsiones tan precisas como estas deben considerarse con cautela.

Estas previsiones bien son el resultado de una ilusión de control o bien se están utilizando intencionalmente para señalar un bajo riesgo de inflación con el fin de justificar el mantenimiento de una política monetaria ultralaxa. La comunicación indirecta de expectativas de baja inflación hace que el alto nivel de inflación actual parezca temporal y, por lo tanto, irrelevante. También alivia los temores de los inversores sobre el aumento de los tipos de interés y los rendimientos de los bonos y calma los mercados financieros. Sin embargo, si la inflación resulta no ser solo un fenómeno temporal y la gente se da cuenta de que estas comunicaciones del banco central son simplemente ilusiones, podrían perder la confianza en la información del banco central.

No sabremos si el aumento de la inflación es solo temporal o indica el comienzo de una nueva era de inflación hasta que desaparezcan las distorsiones causadas por la pandemia del coronavirus. Lo que sí parece claro es que los bancos centrales están preparados para continuar con su política monetaria ultra laxa incluso si aumenta la inflación.

Bert Flossbach es cofundador de Flossbach von Storch

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