El mercado de renta fija de BME se seca y la negociación se hunde a niveles de 1999
Hasta julio se han negociado 44.474 millones, un 62% menos que en 2020
El mercado español regulado de renta fija pública y privada de BME (AIAF) está de capa caída. El importe negociado en este mercado se ha hundido hasta niveles no vistos desde 1999. En los siete primeros meses del año la cuantía negociada se sitúa en los 44.474 millones de euros, un 62% menos que el importe que se movió un año antes.
Unas cifras que se sitúan a años luz de las registradas en 2011, cuando en ese mercado llegaron a negociarse 3,4 billones de euros en los siete primeros meses del año, el récord histórico hasta la fecha. Un ejercicio en el que la negociación total del año ascendió a 5,4 billones de euros, gracias al fuerte tirón de los bonos de titulización y las cédulas, con 2,8 y 2 billones, respectivamente.
Pero esos máximos son ya cosa del pasado, y las cifras del AIAF han ido mermando considerablemente desde entonces conforme ha ido desapareciendo del mercado la negociación de pagarés, cédulas, bonos titulización y participaciones preferentes. Estas últimas fueron muy utilizadas por la banca durante unos años con el gancho de las altas rentabilidades pero que, en gran parte, acabaron en los tribunales por las fuertes pérdidas que provocaron entre los pequeños inversores al utilizarse como instrumentos de rescate.
En la actualidad, solo se negocian en AIAF bonos corporativos, que han reducido más que considerablemente sus importes y número de operaciones de negociación, y bonos, obligaciones y letras del Tesoro.
Desde el mercado explican que la irrupción del BCE con sus programas de compras de deuda corporativa ha provocado que el mercado secundario se seque y ha reducido de forma más que considerable el número de transacciones. Así, la avalancha de emisiones nuevas que se registran desde el año pasado ha provocado que el secundario haya mermado.
Antonio Aspas, socio de Buy & Hold, comenta además que ha desaparecido el inversor retail. "El pequeño inversor antes apostaba por la renta fija animado por las rentabilidades que ofrecía pero ahora, además de que la rentabilidad de las emisiones es muy baja, el importe mínimo para entrar ha pasado de 1.000 euros a 100.000 euros en muchos casos, lo que dificulta su acceso", explica, para añadir que su ausencia ha reducido la liquidez del mercado. Fuentes del mercado explican además que uno de los motivos de la fuerte caída registrada desde el año pasado es un efecto colateral de la decisión de la CNMV de solicitar a las gestoras de fondos que cuando hubiera reembolsos se vendieran los activos de forma proporcional, tanto los líquidos como los ilíquidos, dentro del afán del supervisor por tener bajo control a estos últimos. "Este tipo de activo es para mantener en cartera, si tengo que malvender de cualquier manera lo hago, pero no volveré a comprar", aseguran dichas fuentes.
A todo ello se suma además que casi la totalidad de las operaciones se realizan fuera del mercado en acuerdos bilaterales entre los brókeres. "Los precios de las pantallas son absurdos y se utilizan como una consulta pero los precios se cierran fuera", comentan en el mercado.
Saldo vivo
AIAF acumula un saldo vivo de 6,4 billones de euros, importe que se mantiene desde mediados de 2018, cuando experimentó un fuerte incremento, desde los poco más de dos billones anteriores.
En lo que va de año han sido admitidos a negociación emisiones por importe de 832.837,14 millones de euros. De esa cuantía, el 88% son emisiones del Tesoro, mientras que del ámbito corporativo se han incorporado 39.327,04 millones de euros en bonos, 24.150,98 millones en cédulas y 12.345,34 millones de euros en pagarés.