Cómo ahorrar sin rentabilidad en tiempos de inflación
Sin subidas de tipos a la vista, es poco probable que la banca empiece a pagar por las cuentas y los depósitos, que no remuneran desde hace años, salvo excepciones La subida de precios por la recuperación tras la pandemia devalúa todavía más el dinero
Al desafiante entorno para el ahorro conservador, con cero rentabilidad en la mayoría de depósitos y cuentas desde hace años, se suma un nuevo frente: la inflación, que amenaza con agravar la pérdida de poder adquisitivo de las familias, ya tocadas por el Covid. Los precios se han disparado por la recuperación económica en marcha tras la pandemia. En paralelo, hay más dinero ahorrado que nunca, cerca de un billón de euros, que no renta. Incluso ya hay entidades que cobran por la acumulación de liquidez. Así, con la entrada en escena de la inflación, conocida como el enemigo silencioso de los ahorradores, se complica aún más la inversión sin riesgo.
Según datos de Inverco, el ahorro financiero de las familias ya perdió un 0,4% de su poder adquisitivo en los tres primeros meses de este año por el efecto de la inflación. “La inflación va mermando el poder de compra del ahorro. Los últimos años hemos disfrutado de una inflación reducida, lo que ha supuesto un cierto alivio en las inversiones, especialmente las de perfil conservador. Sin embargo, comienza a repuntar para retornar posiblemente a lo que serían niveles normalizados del 2%”, señalan desde BBVA. De este modo, hay que tener muy en cuenta que aquellos productos financieros que no den rentabilidades superiores a la inflación existente hacen que el ahorro pierda valor.
“Se ha producido el mayor embalsamiento de ahorro de la historia en depósitos bancarios por la incertidumbre y la precaución de los hogares ante la pandemia. Pero parte de ese dinero ya se está trasladando a fondos de inversión, compra de vivienda y decisiones de consumo retrasadas”, señala Esteban Sánchez Pajares, socio director del área de Consultoría Bancaria de Analistas Financieros Internacionales (Afi). Esa vuelta al gasto de los consumidores tras las restricciones está alimentando la inflación. Cree Sánchez, no obstante, que será “transitoria”.
Aunque el debate sobre su duración está abierto, muchos analistas, y los propios bancos centrales, opinan que el fenómeno de la inflación será temporal. Con todo, el Banco Central Europeo (BCE) ha decidido flexibilizar su histórico objetivo de inflación “por debajo, pero cercano al 2%” para tolerar subidas puntuales de los precios superiores al 2%. En España, donde el IPC se sitúa en el 2,9%, la Comisión Europea prevé que la inflación supere el 2% hasta principios de 2022 y luego disminuya al 1,4%.
Además, en su última reunión, el BCE ha prometido tipos bajos durante más tiempo para mantener a flote la economía. Así, el mercado no espera alzas de tipos en bastante tiempo. Teniendo en cuenta que el BCE contempla que la inflación de la zona euro esté en el 1,4% en 2023, Gilles Moëc, economista jefe de AXA IM, cree que no habrá subidas de tipos en la zona euro antes de 2024 “como mínimo”. Para el experto de Afi, el movimiento al alza podría darse en 2023 o 2024 o “más allá”.
Y sin subidas de tipos en un horizonte cercano, no hay expectativa de aumento de las rentabilidades en los productos más conservadores. “Con los tipos a cero, las entidades, salvo excepciones, no pueden remunerar con generosidad ni las cuentas ni los depósitos. La única opción para mitigar la inflación es invertirlo”, defienden en MyInvestor.