Las grandes tecnológicas de EE UU apenas acusan en Bolsa la reforma fiscal respaldada por el G7
Las naciones más ricas del mundo acuerdan gravar con al menos el 15% a las grandes empresas
Las grandes tecnológicas de EE UU registran ligeras caídas en la preapertura del mercado estadounidense, después de la decisión del G7 este fin de semana de crear un impuesto mínimo global de sociedades del 15%. El acuerdo sobre la reforma del sistema fiscal, calificado de "histórico", está teniendo poco impacto en los valores tecnológicos en Bolsa, pese a que, de ratificarse, supondría tener que contribuir vía impuestos sea cual sea su sede.
"El pacto alcanzado requerirá que los gigantes tecnológicos multinacionales hagan su contribución fiscal", señaló el ministro británico de Economía, Rishi Sunak. El foco de atención se traslada ahora a los países del G20 para lograr un acuerdo más amplio sobre las nuevas propuestas fiscales. En este contexto, las acciones de Facebook, Amazon.com, Apple, Microsoft y Alphabet se dejan entre un 0,3% y un 0,6% en las operaciones previas. El índice de valores tecnológicos europeos se mantiene plano.
La propuesta del G7, liderada por Estados Unidos, pone en la diana a las empresas tecnológicas que venden servicios a distancia y atribuyen gran parte de sus beneficios a la propiedad intelectual en jurisdicciones de baja tributación. El objetivo es impedir que las grandes multinacionales deslocalicen su sede a otro país donde tengan un trato fiscal mucho más favorable, además de hacerles pagar en los países donde operan.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, calificó el pacto como un "compromiso relevante y sin precedentes" que "pondrá fin a la carrera hacia las rebajas" en los impuestos de sociedades. EE UU pretende financiar con la subida impositiva el ambicioso plan de gasto público, de alrededor de cuatro billones de dólares, auspiciado por Joe Biden.
Gilles Möec, economista jefe de AXA Investment Managers, selaña en un informe que uno de los motivos que ha movido al G7 es "el interés por tener cierta capacidad para gravar los beneficios de las empresas sin temer deslocalizaciones". No obstante, recuerda que el pacto debe ser confirmado en el G20 de julio y luego negociado de forma aún más extensa por la OCDE. "Todavía hay mucho trabajo por hacer antes de que se aplique cualquier decisión definitiva”, concluye el experto.
La propuesta fiscal de Biden tiene una clara intencionalidad a la vista de que el sector tecnológico representa a nivel global casi una quinta parte de los beneficios empresariales del mundo pero solo un 10% de la recaudación de impuestos por sociedades, según señala Goldman Sachs en un informe.
Un portavoz de Google, una de las empresas que resultaría afectada, ha expresado su "fuerte apoyo al trabajo que se está haciendo para actualizar las normas fiscales internacionales". "Esperamos que los países continúen colaborando juntos para garantizar un acuerdo equilibrado y duradero que se cierre pronto", ha añadido.
Los analistas afirman que el acuerdo fiscal no tendrá mayor repercusión a menos que se acuerde con los países que tienen un paraíso fiscal. El impuesto del 15% está por encima del de algunos países como Irlanda, que lo sitúa en el 12,5%. Irlanda es uno de los países que más empresas ha atraído con un impuesto de sociedades tan bajo y el propio ministro de Finanzas irlandés, Paschal Donohoe, ha publicado en Twitter que "es en interés de todos conseguir un acuerdo sostenible, ambicioso y equitativo sobre la arquitectura fiscal internacional", aunque ha indicado que cualquier acuerdo debe "satisfacer las necesidades de los países pequeños y de los grandes, de los desarrollados y los que están en desarrollo".
Donohoe ha cifrado en unos 2.000 millones de euros anuales las pérdidas que podría suponer para el país, una quinta parte de sus ingresos por impuesto de sociedades. Dublín, que se ha resistido a los intentos de la Unión Europea de armonizar sus normas fiscales, es poco probable que acepte un tipo mínimo más alto sin luchar.