Los consejeros de Indra retrasan la polémica sustitución de Abril Martorell por Murtra
La comisión de nombramientos del Consejo de la tecnológica decide continuar este mates su deliberación sobre la idoneidad del candidato de la Sepi para presidir la compañía
La Comisión de Nombramientos, Retribuciones y Gobierno Corporativo de Indra continuará este martes con la deliberación sobre el relevo del presidente de la compañía tecnológica, Fernando Abril-Martorell, y valorará la idoneidad para el cargo de Marc Murtra, el candidato propuesto para sustituirle por la SEPI, máximo accionista del grupo tecnológico español.
Fuentes próximas al consejo de Indra aseguraron hoy a este periódico que, aunque lo más probable es que el cambio obtenga luz verde, las críticas al relevo por parte de algunos consejeros (la comisión está integrada por cinco miembros, la mayoría independientes) habrían evitado que el nombramiento saliera hoy cómodamente adelante. "La comisión ha querido fundamentar bien cualquier decisión y para ello necesita más tiempo de análisis y debate", añade otra fuente.
La demora de la Comisión de Nombramientos complica la agenda prevista para llevar a cabo el cambio en la cúpula de Indra, pues una vez la comisión eleve su propuesta al consejo de administración de la compañía y este lo apruebe, deberá ser la junta de accionistas del grupo, prevista para el 30 de junio, quien finalmente ratifique el nombramiento. Si se quieren cumplir estos plazos, la fecha límite para que Murtra sea nombrado presidente de Indra sería este próximo jueves 27 de mayo, pues se necesita un mes de plazo para convocar dicha junta después de su nombramiento.
El relevo de Abril-Martorell por Murtra, un hombre del entorno del Partido socialista de Cataluña (PSC) y afín al presidente del gobierno Pedro Sánchez, está envuelto en la polémica desde el pasado viernes cuando saltó la noticia. La propuesta de la Sepi, con un 18,7% de Indra, no solo sorprendió y disgustó a muchos consejeros de Indra; también lo hizo entre los inversores. Las acciones de la compañía sufrieron este lunes un descenso del 4,7% (el mayor del Ibex) que se suma al 8,36% del viernes, cuando se conoció la salida del hasta ahora presidente. Una caída del 12,3% en dos días, que lleva la valoración de la tecnológica española a 1.265 millones de euros.
La decisión del Gobierno de situar al frente de Indra a Murtra, actual patrono de la Fundación La Caixa y experto en finanzas y tecnología, despierta recelos en la comunidad inversora, que ve en el candidato a presidente un perfil mucho más político y menos independiente que el de Abril-Martorell. Murtra, ingeniero industrial, fue jefe de gabinete del ministro de Industria Joan Clos durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y director general de Red.es en 2006. Si bien posee un amplio conocimiento del sector, carece del bagaje empresarial de Abril-Martorell, que antes había ocupado puestos de responsabilidad en Telefónica, Credit Suisse y PRISA. Murtra es socio gerente de Closa Investment Bankers desde 2020 y asesora en operaciones corporativas a ravés de Crea Inversión.
Indra despierta una visión mayoritariamente positiva entre los inversores –con un 65% de recomendaciones de compra según el consenso de Bloomberg–, en gran parte gracias a las medidas tomadas por el presidente saliente durante su gestión. Pero tras la polémica por el cambio de presidente ya son varias las firmas que acaban de rebajar su recomendación para Indra desde comprar a mantener. Alantra fue la primera y hoy se sumaron al movimiento Mirabaud y Bestinver. Desde Alantra indican que con Abril-Martorell, “la empresa se ha reestructurado, ha mejorado su credibilidad, rentabilidad y balance”. Y justifican la salida de este por motivos políticos, por lo que consideran que “el atractivo de la valoración se ha vuelto más limitado”.
“Consideramos que bajo Fernando Abril-Martorell la gestión del grupo era muy positiva. Ahora se podría romper con la continuidad en la gestión”, señala Iván San Félix, analista de Renta4. Esta firma sí mantiene su recomendación de sobreponderar pero advierte que “con un cambio en la presidencia sería más factible que Indra adquiera ITP, un movimiento corporativo que creemos que podría ser valorado negativamente en el mercado, al ser una compañía que lleva en venta mucho tiempo y que no encuentra comprador”.
Precisamente, la negativa de Abril-Martorell a comprar ITP, compañía española de componentes de la industria aeronáutica (hoy propiedad de Rolls Royce), se esgrime como la principal desavenencia entre el directivo y el Gobierno. Tanto es así que algunas fuentes consultadas lo sitúan como la verdadera causa del cese.
El enfrentamiento se arrastraría desde 2019, cuando, tras avanzadas conversaciones con Rolls Royce para comprarle una participación de control en ITP, Indra diera por rotas las negociaciones. La situación se habría enconado ahora tras la negativa de Abril-Martorell a retomar las conversaciones, después de que el grupo británico haya vuelto a poner en venta la firma con sede en el País Vasco y el Ejecutivo español insista en su deseo de que Indra la adquiera para mantener su control en España.
Otras fuentes restan credibilidad a este argumento y aseguran que en 2019 se alcanzó un principio de acuerdo para la compra pero se rompió porque Rolls Royce quiso cambiar algunas de las condiciones ya pactadas, afectando al precio final de la operación.
Algunos analistas también añaden que hoy ITP tiene un valor muy diferente a hace dos años. “Entonces se indicó que ayudaba a posicionar a Indra en el proyecto del futuro avión europeo FCAS, que será el sustituto del Eurofighter, pero Indra ya ha logrado posicionarse en el proyecto como coordinador industrial español y como líder de varios pilares internacionales del programa sin ITP”, subrayan.
Otras causas argumentadas para provocar la salida de Abril-Martorell han tenido que ver con la destrucción de empleo en la compañía, como consecuencia de los EREs llevados a cabo desde que llegó en 2015, y el escaso empuje de la acción de Indra en Bolsa. El valor cae el 48% desde el punto máximo alcanzado con su gestión, en julio de 2017, tras la apreciación que sí supuso su llegada a la presidencia. Quienes defienden su labor recuerdan que, pese a los ajustes de empleo (el último un ERE en la filial de TI de 580 profesionales), la plantilla en Indra era de 50.000 empleados a cierre de 2020 frente a los 37.060 que tenía al inicio de 2015. Y sobre su valor en Bolsa, apuntan que a cierre del pasado jueves, la compañía llevaba acumulado un alza del 17% en 2021.
Las críticas al relevo de Abril-Martorell han trascendido al ámbito político. El PP se sumó este lunes a las críticas vertidas por los cambios en la cúpula de Indra. Elvira Rodríguez, exministra y expresidenta de la CNMV, criticó el relevo y cómo se ha llevado a cabo porque, a su juicio, va “en detrimento de la imagen de España como país que respeta las normas de entendimiento”.
"Dicen sin reparo que se va a reunir la comisión de nombramientos de Indra para proponer a un presidente que tiene que elegir la junta general de accionistas. No sé dónde están las buenas prácticas y el código de buen gobierno", añadió Rodríguez, que destacó que "estamos hablando de palabras mayores, de una gran empresa tecnológica con fondos internacionales que apuestan por ella. En un sector puntero, estas cosas no se hacen", añadió.
En opinión de la diputada del PP en el Congreso, Abril-Martorell “estaba haciendo las cosas bien” y “no hay razón aparente” para su salida. “Este es un ejemplo más de la intervención [del Gobierno] en las empresas españolas, cotizadas incluidas, y se une a una lista de presidentes de empresas participadas con cargos políticos del partido de Gobierno, “todos ellos sin experiencia previa en el sector”.
Aunque se espera que el nombramiento de Murtra salga adelante (no hay que olvidar que el Estado además de ser máximo accionista de Indra es también su principal cliente), las tensiones provocadas por el cambio prometen complicar unas horas más el proceso. Y es que el consejo de administración de la multinacional española está conformado por una mayoría de representantes independientes (siete) frente a seis (dos ejecutivos, dos de la Sepi y uno de Corporación Financiera Alba).