La Eurocámara pide un tipo mínimo comunitario en Sociedades si fracasa el intento en la OCDE
Los eurodiputados aplauden el mínimo del 21% planteado por la nueva administración de Joe Biden
El Parlamento Europeo ha aprobado este jueves una resolución no legislativa que anima a la Unión Europea (UE) a ratificar por su cuenta un impuesto de sociedades mínimo a las grandes empresas si las negociaciones que se están desarrollando en el marco de la OCDE terminan sin acuerdo antes de que finalice el año.
En el texto, la Eurocámara ha señalado la necesidad de superar unas normas fiscales obsoletas, ya que "las establecidas a principios del siglo XX no son adecuadas para la economía digital", y fijar un impuesto mínimo efectivo para las multinacionales que podría estar en el entorno del 21%, tal y como ha propuesto recientemente la nueva administración estadounidense de Joe Biden. En esta línea, los eurodiputados piden a la Comisión y al Consejo que intensifiquen el diálogo con la Casa Blanca sobre política fiscal digital, con el fin de encontrar un enfoque común cuanto antes.
Precisamente este jueves, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, se reunió con la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, en un encuentro en el que mostraron “la mutua buena disposición de ambos países para llegar a un acuerdo sobre fiscalidad en el marco de la OCDE”, explican desde el ministerio.
Este nuevo esquema fiscal, explica el Parlamento Europeo en una resolución aprobada con 549 votos a favor, 70 en contra y 75 abstenciones, serviría para reducir la elusión y hacer que los impuestos sean más justos, además de adaptar la política fiscal a la economía digital. Por ello, los eurodiputados exigen un tipo impositivo mínimo efectivo en un nivel "justo y suficiente" para desalentar la transferencia de beneficios y evitar una competencia desleal entre países.
La resolución insiste en que la UE debe preparar su propia estrategia ante la posibilidad de que las negociaciones a nivel internacional no fructifiquen antes de final de año. De hecho, el Parlamento pide para mediados de 2021 una propuesta sobre fiscalidad de servicios digitales y un plan de acción para los diferentes escenarios posibles, ya sean de acuerdo global o de parálisis.
Recientemente, la propia Comisión Europea advirtió que, aunque confía en que el debate en el seno de la OCDE llegue a buen puerto, pondrá en marcha su propia tasa comunitaria si finalmente no hay consenso a nivel global.
El debate internacional, tras varios meses casi paralizado ante la negativa de la antigua administración de Donald Trump, ha sido alentado recientemente por el nuevo Gobierno de Biden, que reclama un tipo mínimo del 21% modulable hasta el 28% para acabar con la carrera a la baja que lleva acelerándose en los últimos años.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) se ha mostrado a favor de esta posibilidad, siguiendo la propuesta lanzada a principios de abril por Yellen. La OCDE también abraza el planteamiento de EE UU, al igual que grandes países europeos como Alemania, Francia o España, además del propio Ejecutivo comunitario.