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Ahorro e inversión: la importancia de sacarle partido a nuestro dinero

La inflación, la educación financiera y nuestras emociones juegan un papel fundamental

La pandemia, las restricciones y el confinamiento domiciliario nos han llevado a cambiar, obligatoriamente, nuestras rutinas y hábitos de consumo, aunque seguimos arrastrando ciertos comportamientos: los depósitos continúan siendo el producto financiero por excelencia para muchos españoles.

A finales de marzo, el Instituto Nacional de Estadística publicaba las cifras de ahorro de los hogares españoles en 2020, un dato que se ha disparado, marcando máximos desde 1999. En concreto, durante el año pasado, los hogares españoles incrementaron su ahorro en más de 60.000 millones de euros, hasta un total de 108.844 millones. Esto hace que su tasa de ahorro se haya situado en 2020 en el 14,8% de su renta disponible -8,5 puntos por encima que en 2019-, después de que su renta disponible haya bajado un 3,3%, hasta los 739.585 millones y de que el gasto en consumo se haya reducido un 12%, hasta los 628.198 millones de euros.

¿Hacia dónde de está yendo ese ahorro? Las cifras demuestran también que hay ciertas cosas que no cambian. Cada cierto tiempo leemos titulares que hablan de los récords que están marcando los depósitos y cuentas corrientes y la realidad es que, salvo pequeños retrocesos en meses puntuales, el dinero que entra en este tipo de vehículos no para de crecer.

En diciembre de 2018, los hogares y las SFLSH (instituciones sin ánimo de lucro al servicio de los hogares) superaron, por primera vez, la barrera de los 800.000 millones de euros en depósitos. Las últimas cifras de 2021, correspondientes al mes de febrero, sitúan el ahorro en depósitos en 919.000 millones de euros.

¿Realmente nos conviene depositar nuestro dinero en productos que apenan dan rentabilidad? ¿Somos conscientes del riesgo que estamos asumiendo al no rentabilizar nuestro dinero?

El actual escenario de tipos bajos en el que llevamos años instalados hace que este tipo de productos resulten poco atractivos para el inversor. Según datos del Banco de España, la rentabilidad en febrero de los depósitos a la vista fue del 0,01% en España y del 0,12% en el caso de los depósitos a más de 2 años, unas cifras que hacen que con el paso del tiempo perdamos poder adquisitivo por no superar a la inflación.

¿Por qué no debería dejar el dinero ‘debajo del colchón’?

Muchas veces pensamos que dejar nuestro dinero parado es lo más seguro. Y la razón la encontramos, en parte, en la desconfianza y el miedo a los mercados que la crisis financiera dejó en la retina de muchos ahorradores. Además, a esto hay que sumarle la escasa cultura financiera que tenemos en España y que nos hace pensar que lo mejor es no arriesgar con el dinero del futuro.

Belén Alarcón, socia y directora de asesoramiento patrimonial de Abante, nos recuerda que el mayor riesgo al que se enfrenta el ahorrador es no superar la inflación y perder capacidad de compra a lo largo de los años. Por eso, destaca que a lo mínimo que debería aspirar cualquier inversor, para no perder dinero, es igualar a la inflación, más los impuestos de la rentabilidad que nos dé el activo en el que vamos a invertir.

Aquí, además, debemos tener en cuenta que las emociones también juegan un papel importante: “Tenemos estructuras cerebrales de millones de años diseñadas para pensar en el largo plazo y visualizar el futuro en tercera persona”, explica Alarcón, y esto nos perjudica enormemente a la hora de trazar un plan financiero e invertir para el futuro.

Un plan financiero para rentabilizar el ahorro

Para rentabilizar nuestro dinero y obtener la cantidad final que esperábamos, el primer paso es hacer un ejercicio de planificación financiera en el que definamos nuestros objetivos -para qué queremos invertir- y tengamos claro cuál es nuestro horizonte temporal de inversión. Esto nos va a ayudar a definir nuestro perfil de riesgo y trazar, con la ayuda de un asesor financiero, cuál es la estrategia de inversión que más se ajusta a nuestras necesidades y planes.

Este ejercicio nos va a ayudar a comprometernos con nuestro futuro porque nos va a permitir ver diferentes escenarios y qué opciones tenemos. ¿Me basta con ser conservador para cumplir mis objetivos y obtener la rentabilidad final que necesito? ¿Qué nivel de riesgo puedo asumir? Ver con números qué capital final podríamos obtener según el nivel de riesgo que asumamos nos va a ayudar a ser conscientes de que las decisiones que tomamos en el presente tienen consecuencias en el futuro. Y si trazamos un plan y estamos bien asesorados, podemos cambiar nuestra estrategia de inversión y adaptarla según vayamos necesitando o cambien nuestros planes.

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