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ACS quiere ASPI con su plan de obras de 21.500 millones y la crisis del viaducto resuelta

Supedita su oferta al plácet del Gobierno italiano a la estrategia de la concesionaria

El presidente de ACS, Florentino Pérez.
El presidente de ACS, Florentino Pérez.Pablo Monge
Javier Fernández Magariño

La oferta que ACS envió a Roma la semana pasada por las autopistas italianas de Atlantia incluye el deseo de una futura integración de Austostrade per l’Italia (ASPI) con Abertis, y también una condición que supedita la propuesta de 10.000 millones de euros: que sea aprobado por el Ministerio de Infraestructuras Sostenibles y Movilidad el multimillonario plan económico financiero de la concesionaria.

En esa programa de desarrollo de ASPI, que Atlantia envió al Gobierno italiano a finales de 2020, se incluye el mecanismo de compensación que articularía la empresa por el siniestro del viaducto Morandi, sucedido en Génova en agosto de 2018. Las medidas de resarcimiento alcanzan los 3.400 millones de euros entre rebajas tarifarias y obras en la ciudad costera del noroeste. Pero el plan también va acompañado de inversiones por 21.500 millones en toda la red de ASPI hasta el final del plazo concesional, en 2038.

ACS necesita que su pretendida tenga despejado cualquier frente con el Ejecutivo de Mario Draghi antes de poner un solo euro sobre la mesa, al tiempo que debe asegurarse del estado de unas infraestructuras que fue puesto en tela de juicio por la Administración tras el colapso del puente genovés. Distintos estudios advirtieron de un déficit de conservación entre 2018 y 2019.

14.500 millones hasta 2038 irían a obra nueva y 7.000 a mantener las autopistas

Sobre este último punto, ASPI afirma haber realizado 19.000 inspecciones durante todo el año pasado en las estructuras críticas de sus autopistas: puentes, túneles, pasos elevados, viaductos, etcétera, al tiempo que ha creado una plataforma basada en inteligencia artificial, conocida como Argo, para monitorizar el estado de sus 3.000 kilómetros de red.

La robustez de estas autopistas, con 50 años de servicio, es crítica para ACS, pero también lo es el citado proyecto de modernización incluido en la propuesta económico financiera que discuten ASPI y el Ministerio de Infraestructuras.

17 años de inversión por delante

De hacerse con la concesionaria de Atlantia, esta última obligada a desinvertir en Italia precisamente por la tragedia que costó la vida a 43 personas, ACS se encontraría con la palanca de un macroplan de inversiones para los próximos 17 años. ASPI tiene planificado el desarrollo de sus autopistas con 14.500 millones en obra nueva y otros 7.000 millones en actuaciones de mantenimiento. El grupo que preside Florentino Pérez, explican fuentes del mercado, persigue sinergias pasa su negocio de construcción.

Fitch mantiene la nota ‘A-’ a Vinci tras la compra del área de Servicios Industriales de ACS

ASPI viene de destinar cerca de 700 millones a mantenimiento en 2020, lo que duplica el esfuerzo medio del periodo 2017-2019. Las inversiones propuestas ahora al Gobierno se basan en buena parte en crear una red de autopistas conectadas o inteligentes, en un momento en que las arcas públicas apenas destinan el 0,2% del PIB a infraestructuras.

La operadora ha argumentado en su país que se trata de preparar al mayor entramado de carreteras de peaje para los próximos 50 años.

Fitch bendice a Vinci

Buena parte de los fondos para que ACS sostenga la posible compra de la mayor concesionaria de Italia proceden de la desinversión en el área de Servicios Industriales, por la que cobrará entre 4.932 y 4.982 millones de euros en efectivo de manos de Vinci. Una suma a la que podrían añadirse hasta 600 millones en ocho años en función del cumplimiento de objetivos de desarrollo de activos en renovables.

La agencia de calificación Fitch argumentó ayer que el grupo francés tiene pulmón para acometer esta voluminoso acuerdo con ACS sin ver penalizada su nota de investment grade ‘A-’ con perspectiva estable.

Fitch aplaude una mayor diversificación geográfica en la Vinci resultante. Los ingresos del conglomerado saltarán de 45.000 a 51.000 millones anuales y el peso del negocio francés bajará del 55% al 48%.

En cuanto al ratio de deuda neta frente al ebitda, el promedio entre 2021 y 2024 se incrementaría en 0,4 veces, pasando de 3,3 a 3,87 veces.

Integrar en uno todos los negocios de construcción

La dirección de ACS está dando vueltas a las distintas fórmulas para reunir todas sus actividades de construcción en una división única con el fin de simplificar la gestión, tal y como anunció el martes de la semana pasada el presidente Florentino Pérez.

Una de las posibilidades sobre la mesa, según informa Bloomberg, es la escisión de ese negocio mientras el grupo se centraría en la gestión de concesiones de autopistas y en el desarrollo de una gran cesta de renovables invirtiendo de forma conjunta con Vinci.

De momento, ACS ha pactado la creación de una joint venture con la francesa, en la que contaria con el 49%. Y se dispone a simplificar su compleja estructura corporativa salga o no salga su ofensiva sobre Austostrade para crecer en autopistas.

ACS tiene presencia en el sector de la construcción a través de Dragados, distintas constructoras en Estados Unidos, y las cotizadas Hochtief, en Alemania, y Cimic, en Australia. En las dos últimas cuenta con holgado control, pero Pérez asegura tener descartada la adquisición de los paquetes minoritarios. La presencia en Bolsa de ambas complica la referida escisión.

Sobre la firma

Javier Fernández Magariño
Es redactor de infraestructuras, construcción y transportes en Cinco Días, donde escribe desde junio de 2000. Ha pasado por las secciones de Especiales, Cinco Sentidos, 5D y Compañías siguiendo la información de diversos sectores empresariales. Antes fue locutor de informativos en la Cadena Cope, además de colaborar en distintos medios de Madrid.

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