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Valor a examen

El mercado mantiene su apoyo a ACS a la espera de más detalles de su oferta a Atlantia

Los analistas vigilan la deuda y la respuesta de Mario Draghi. El objetivo de la compañía es preservar el grado de inversión

La acción de ACS desde 2020

Dicho y hecho. ACS anunciaba el martes su interés por los peajes italianos de Atlantia, agrupados en la concesionaria ASPI (Autostrade per l’Italia), y dos días después ha presentado su oferta. El precio anunciado es de 10.000 millones de euros, por encima de la propuesta que había sobre la mesa de la Cassa Depositi e Prestit (un banco público) junto con Blackstone y Macquarie, por 9.100 millones.

El movimiento de ACS responde a uno de los objetivos anunciados por su presidente, Florentino Pérez, tras la venta de la filial industrial Cobra a la francesa Vinci. Pérez dijo ante analistas e inversores que gran parte del dinero obtenido, cerca de 5.000 millones, los destinaría para crecer y convertirse en un referente en concesiones y renovables.

La respuesta del mercado ha sido diferente para las dos protagonistas. ACS ha tenido un comportamiento lineal, mientras que Atlantia ha subido hasta máximos de un año. Ahora, los analistas esperan conocer más detalles para revisar sus valoraciones, aunque la percepción inicial es positiva. “Hay mucha incertidumbre sobre los términos exactos de la operación, que debe pasar además, por una aprobación compleja en Italia”, explican desde UBS. El banco, que recomienda comprar acciones de ACS, considera que de salir adelante la transacción “crearía valor para ACS”; “aumentaría notablemente su free cash flow y el potencial del dividendo”.

Banco Sabadell, que por ahora mantiene una valoración para ACS de 31,30 euros por acción, reconoce que “las informaciones son muy limitadas” hasta el momento, pero adelanta que “la situación actual de pandemia unida a la obligación por parte de Atlantia de tener que deshacerse de su participación en ASPI –debido al derrumbe de un puente en Génova en 2018 donde fallecieron 43 personas– supone un entorno más favorable para el comprador. “El Gobierno tomará muy en cuenta cómo quede la foto final en lo que a la participación de Atlantia y la familia Benetton (principal accionista) se refiere”. “Podría ayudar la incorporación de CDP a la operación”, explican.

Bankinter señala que es importante conocer si finalmente ACS acudirá de forma individual o con otros inversores a la compra de ASPI, la deuda que incorpora, los plazos de ejecución y las condiciones. “Son aspectos clave para saber cuál sería el endeudamiento final, dado que además la operación de Vinci no se cierra hasta el último trimestre del año”, destacan. En cualquier caso, Bankinter valora “la idea de crear un gran grupo de autopistas integrando Autostrade con Abertis y convertirlo así en líder europeo de las autopistas de peaje”. En su opinión, la incertidumbre podía pesar a corto plazo sobre la acción, “pero a medio plazo sigue habiendo valor en la compañía”, subrayan.

Hace un mes, S&P recortó la calificación de ACS hasta BBB- (a solo un escalón de perder el grado de inversión), debido al incremento de deuda (pasó de 54 millones en 2019 a 1.820 millones en 2020), y a la venta que realizó Cimic (filial australiana) de la minera Thiess, ya que cree que reducirá su diversificación geográfica y operativa. La agencia mantuvo la perspectiva estable, pero advirtió de un empeoramiento si la deuda empeora o recibe menores dividendos de Abertis.

Pablo García, director de Divacons-Alphavalue, explica que “la familia Benetton está muy interesada en la oferta de ACS”. “Es normal que acceda a un negocio que conoce muy bien de la mano de Abertis, que es un socio directo en Atlantia”, dice. “Es una operación que gusta al mercado y tiene bastante sentido”, añade.

La venta de Cobra, “una de las mayores operaciones a nivel europeo de este año” a juicio de Admiral Markets, está siendo un revulsivo para ACS, que sigue una trayectoria ascendente en Bolsa desde el 2 de octubre, día en el que anunció la desinversión. Desde entonces se ha revalorizado más del 50%, aunque este año apenas gana el 2%. Bank of America valora de manera positiva la decisión tomada. “La estrategia de sustituir la exposición a las actividades cíclicas de contratación por activos de infraestructuras es sensata”, sostiene.

Atractiva por valoración y dividendo

Evolución. La cotización de ACS ha sufrido un importante revés desde que marcara máximos en abril de 2019 en la cota de los 40 euros. El punto de inflexión fue el inicio de la pandemia, que presionó a la acción hasta los 11,4 euros en marzo de 2020 y que supuso una pérdida de valor del 71,5% desde el récord. Desde aquellos mínimos de marzo, el valor ha remontado el 162%. ACS tiene una capitalización actual de 8.570 millones y ofrece una rentabilidad por dividendo del 6,5%.

Potencial. El valor tiene el favor del mercado: no tiene ni una sola recomendación de venta y el 70% de los analistas se inclina por comprar, según recoge Bloomberg. El precio objetivo estimado a 12 meses es de 32,4 euros, que implica un potencial de subida sobre el nivel actual del 17%. Morgan Stanley considera que el sector del transporte tendrá un año marcado por la recuperación de la demanda, la resistencia de los volúmenes de comercio y las operaciones corporativas.

Ampliación. La junta de accionistas del 7 de mayo tiene prevista la aprobación de una ampliación de capital de hasta 574 millones con cargo a reservas con el fin de retribuir a los accionistas. Y en medio de los cambios de negocio de ACS, se ha producido la salida de Marcelino Fernández Verdes como consejero delegado a petición propia.

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