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Ingeniería

La banca se planta en Abengoa para evitar que los minoritarios se hagan con el poder en la matriz

Los accionistas rebeldes piden que el Gobierno intervenga y negocie con ellos

Mapa Abengoa
Belén Trincado / Cinco Días

Los pequeños accionistas de Abengoa, liderados por Clemente Fernández, expresidente de Amper, velan armas de cara a la junta del próximo 4 de marzo mientras invocan la intervención del Gobierno en el grupo de ingeniería y le instan a que negocie directamente con ellos. Por su parte, los acreedores detonaron el lunes el concurso de la matriz para impedir que estos socios rebeldes llegaran a la cúpula del poder. La compañía está asesorada por Ramón y Cajal en toda la estrategia procesal.

Fue una sorpresa para todos los fondos de capital riesgo que son acreedores de Abengoa. El lunes el grupo informó a la CNMV que no había conseguido la enésima prórroga para poder aprobar de una vez y para siempre su plan de salvamento. El fin de semana, Santander retiró el waiver (exención de pago) que el grupo necesitaba para seguir dándole patadas hacia adelante a su plan de salvamento. Esto provocó que otros acreedores se sumaran a la posición marcada por Javier García-Carranza, directivo del Banco Santander, en la mayor parte porque sus respectivos waivers estaban vinculados a la unanimidad. KKR, así como los españoles CaixaBank, Bankia, Bankinter, BBVA y el francés Crédit Agricole están entre los acreedores.

La razón de que se detonara el concurso voluntario de la matriz está en la futura junta de accionistas del 4 de marzo, según fuentes financieras. En ella, los accionistas díscolos quieren destituir a los actuales consejeros, considerados traidores a la sindicatura de accionistas AbengoaShares. Aunque fueron nombrados por esta asociación, con un 15,6% del capital del grupo, se negaron a seguir las instrucciones para dar paso como máximo negociador al expresidente de Amper, Clemente Fernández. La banca no lo quiere al mando, y ha optado por una vía que será dolorosa, pero que, según afirman, tratará preservar la mayor parte de los activos de la empresa con sede en Sevilla y de su plantilla, formada por unos 14.000 empleados. Aunque esta carta en la manga puede ser insuficiente y provocar la caída de la parte sana y la insana: la matriz tenía a cierre del año pasado un pasivo cercano a los 6.000 millones y un patrimonio neto negativo de casi 400 millones. Es decir, estaba ya en causa de disolución.

Los activos están en la filial Abewneco 1, que era la diana del plan de reestructuración. Los acreedores, como compensación, habían pactado entregar el 2,7% a Abengoa SA, que en realidad son los minoritarios, los accionistas de la empresa cotizada y que fue suspendida de negociación por la CNMV el 14 de julio del año pasado. Lo que ha ocurrido es que la matriz ha solicitado el concurso y esto limita su capacidad de control sobre sus filiales, incluida Abenewco 1. Su futuro pasará a estar bajo un administrador concursal, una vez que el juzgado de Sevilla lo declare, previsiblemente en el plazo de un mes.

Precisamente, AbengoaShares señaló ayer que haber instado el concurso ha dejado a la compañía “sin dirección ni salida, en manos de un consejo sin experiencia en empresas de este tipo ni situaciones distress”. Desde la sindicatura, solicitan al Gobierno que tome cartas en el asunto y que negocie directamente con ellos, una vez que se hagan con el control de Abengoa SA. Desde la agrupación, insisten en su disposición a inyectar hasta 30 millones de euros en Abenewco, a través de dos ampliaciones de capital.

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